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Los cubanos «eligen» a 605 diputados entre 605 candidatos

Los legisladores designados a dedo nombrarán al sucesor de Raúl Castro el próximo 19 de abril

El primer vicepresidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, hace cola junto a su mujer para votar este domingo en Santa Clara Afp
Carmen Muñoz

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Más de ocho millones de cubanos han sido llamados este domingo a las urnas en la última fase de un enrevesado proceso electoral que, en definitiva, consiste en ratificar a los 605 candidatos designados a dedo por el oficialismo para los 605 escaños de la Asamblea Nacional . La única particularidad de estos comicios generales es que entre los aspirantes se halla el sucesor de Raúl Castro –su familia lleva casi seis décadas al frente de la dictadura–, que será nombrado por la Asamblea en la simbólica fecha del 19 de abril (victoria de Bahía de Cochinos).

Los cubanos mayores de 16 años también eligieron este domingo a los 1.265 delegados de las asambleas provinciales . Aunque el voto no es obligatorio, los ciudadanos se sienten presionados a acudir a las urnas en sus centros de trabajo, estudio o en los barrios. El ambiente este domingo era especialmente represivo para los opositores. Varios puntualizaron a ABC que se trata de «una mascarada», «una votación, no una elección».

La edad media de los candidatos es de 49 años, según el diario Granma, para un momento en que Cuba se encamina hacia el relevo de la generación histórica de la revolución con la marcha del menor de los Castro (86 años), aunque el general seguirá al frente del partido único hasta 2021 y extraoficialmente del Ejército.

Díaz-Canel

Algunos de los aspirantes más emblemáticos son Mariela Castro (55), hija del dictador, y dirigentes históricos como José Ramón Fernández (94), José Ramón Machado Ventura (87) o Ramiro Valdés (85). Y, en especial, el primer vicepresidente y favorito para suceder a Castro en la mayoría de las quinielas, Miguel Díaz-Canel (57), que en los últimos tiempos ha aumentado sus apariciones públicas y declaraciones a tono con el castrismo . Al votar en Santa Clara (centro de la isla), Díaz-Canel aseguró que participar en estas elecciones implica «compromiso» con la revolución, que está siendo «atacada y amenazada» por Estados Unidos, país que ha aprobado medidas que «ofenden y perjudican a millones de cubanos».

Los candidatos a la Asamblea Nacional pasaron el filtro de un sistema electoral organizado en escalones , en el que para subir al siguiente peldaño es necesario pasar la criba de las llamadas comisiones de candidaturas, que existen a nivel municipal, provincial y nacional, férreamente controladas por organizaciones oficialistas. «Nadie que tenga otra opinión puede ser elegido» , apostilla la periodista independiente Miriam Leiva . Varios grupos de la disidencia intentaron presentar a candidatos independientes. La plataforma ciudadana #Otro 18 propuso a 156 aspirantes en toda la isla, explica su portavoz, el opositor Manuel Cuesta Morúa . Pero no les dejaron ni pasar la criba para las municipales del pasado 26 de noviembre.

Rosa María Payá , líder del movimiento Cuba Decide , se encontraba en La Habana para promover la abstención, la anulación del voto y el rechazo a esta «sucesión dinástica» que supone en realidad que «el heredero sea designado a dedo por la familia Castro y los generales en el poder». La hija del desaparecido disidente Oswaldo Payá - muerto en un cuestionado accidente de tráfico en julio de 2012- propone celebrar un plebiscito vinculante que cambie el sistema de gobierno y haya elecciones libres. Payá denunció en Twitter el arresto del director de teatro Adonis Milán , así como que seis equipos de observadores de Cuba Decide en esta «farsa electoral» se encontraban «bajo acoso impedidos por ahora de llegar a los colegios». El pasado jueves, la opositora cubana entregó de forma simbólica el Premio Oswaldo Payá a la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), después de que el día anterior el régimen de La Habana vetara la entrada al país a los expresidentes Andrés Pastrana y Jorge Quiroga .

Pese a la represión y sus pésimas condiciones de vida, los cubanos no pierden el sentido del humor. Según testigos presentes en otros escrutinios, para demostrar su malestar y anular la papeleta, escriben palabras como «plebiscito», «elecciones libres» o una expresión muy cubana: «¡Abajo el que suba!» .

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