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La Coalición Jamaica se le resiste a Merkel

Hasta las cinco de la mañana, quince horas consecutivas de sesión, ha estado Merkel negociando con los liberales del FDP y Los Verdes sin conseguir cerrar un acuerdo de gobierno

La canciller alemana, Angela Merkel EFE

ROSALÍA SÁNCHEZ

Hasta las cinco de la mañana, quince horas consecutivas de sesión, ha estado Merkel negociando con los liberales del FDP y Los Verdes sin conseguir cerrar la denominada « Coalición Jamaica ». El socio socialcristiano bávaro (CSU) de la canciller alemana, Horst Seehofer, ha salido incluso de la sede de la Sociedad Parlamentaria, donde tenían lugar las conversaciones, afirmando que «no ha habido nada que podamos llamar un acercamiento ». Pero tras una ligera pausa para dormir y refrescarse, Merkel no da tregua: la negociación continúa a partir de las doce del mediodía. «¡Buenos días! Hoy continuaremos», han sido las únicas palabras que ha dicho Merkel apostados a la puerta antes de subir apresuradamente en el coche oficial.

El que ha estado un poco más espléndido en las explicaciones ha sido el líder liberal, Christian Lindner , que ha avanzado que «tenemos más o menos un acuerdo en las cuestiones europeas, pero quedan todavía cuestiones clave por cerrar tanto en materia de Finanzas como de Inmigración». Lindner parece por ahora el más optimista y ha trasmitido confianza en la llegada buen término de las conversaciones. Hace solo una semana amenazaba con nuevas elecciones, pero ahora señala que un « proyecto histórico » como este «no debe fracasar por faltarle unas horas».

Los disensos son notables todavía en puntos que van de la acogida de refugiados y el derecho a la reagrupación familiar, la política fiscal, con el FDP exigiendo el cargo de ministro de Finanzas para Lindner, y el transporte, donde la CSU quiere imprimir su sello. Y además están las cuestiones medioambientales. Los Verdes consideran que ya han cedido suficiente, tras haber renunciado a incluir en el texto del acuerdo 2030 como el año de desaparición de los automóviles con motor de combustión en Alemania, y se limitan a pedir un calendario de eliminación de la energía procedente del carbón, la que más gases contaminantes emite y que lleva impidiendo a Alemania varios años cumplir con sus acuerdos internacionales de emisiones. La parálisis en este punto ha costado a Alemania un evidente ridículo en la Cumbre del Clima de Bonn (Cop23), donde unos 20 países han firmado una alianza conta el carbón en la que Alemania , país anfitrión, no ha podido participar.

Comienza la «prórroga»

El ministro de la Cancillería, Peter Altmaier, considera sin embargo que los partidos terminarán logrando un acuerdo y subraya que « no es mala señal que las negociaciones duren tanto, pues es una muestra de que las distintas fuerzas se toman en serio los problemas». El copresidente de los verdes Cem Özdemir es quien ha dicho que comienza la « prórroga » y ha subrayado, sin nombrar a Merkel, que el tiempo que lleguen a durar las negociaciones «depende también del árbitro».

El hueso más duro de roer está resultando, y no es ninguna sorpresa, la CSU bávara . Fuentes de la negociación describen a este partido como « excesivamente atrincherado ». Su presidente, Horst Seehofer, habla de «diferencias de peso» en las conversaciones, aunque asegura que hará «todo lo humanamente posible para tantear si una formación de gobierno estable es posible» y para cerrar el documento borrador del acuerdo, que es lo que se está negociando en esta primera fase de las conversaciones. Sus futuros socios de gobierno no piensan lo mismo. Esta noche, los Verdes han presentado una nueva propuesta de compromiso en materia de inmigración con el objetivo de satisfacer finalmente a Seehofer, pero sin resultado. La propuesta versaba sobre la reagrupación familiar de los asilados, la posibilidad de traer con ellos a sus familiares más próximos a Alemania que, según esa propuesta, quedaría reducida a los casos en que se trate de asilados económicamente solventes y por tanto capaces de mantener a los suyos, y de casos probados de extranjeros bien integrados en la sociedad alemana. Para Seehofer no es suficientemente restrictiva y se ha negado a incluirla en el documento preliminar de consenso. Una vez hay sido consensuado ese documento, distribuido en varios bloques, comenzará la fase definitiva que durará, según el plazo que se ha fijado Merkel, más o menos hasta navidad.

«Lo más seguro es que no terminen hoy, aunque retomen a mediodía, porque los puntos abiertos son muchos. Termina siendo una cuestión de resistencia física, así que no podemos descartar que se prolongue la negociación durante el fin de semana », explican fuentes del gobierno alemán que no muestran impaciencia y sugieren que « el arte del consenso lleva su tiempo ». Recuerdan, además, que la anterior gran coalición de Merkel con los socialdemócratass tardó en negociarse tres meses, por lo que no hay todavía motivos para la inquietud. «Negociar una coalición», dicen, «tiene sus tiempos».

«Levamos cuatro semanas hablando y no hemos avanzado nada», se queja Wolfganag Kubcki, del FDP, pero los medios de comunicación germanos hablan de jugada de pocker sobre bases de una acuerdo que se da por seguro y de un proceso en el que liberales, verdes y socialcristianos pugnan por parcelas de poder que han de ser repartidas.

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