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CLAVES DE LATINOAMÉRICA

Carteles mexicanos comienzan a llenar el espacio de las FARC en Colombia

Compran campos de coca, envían expertos para aumentar la productividad y reclutan a disidentes de la guerrilla, a los que financian y arman

El presidente colombiano inspecciona el mayor alijo de cocaína aprehendido en Colombia (12 ton.), en 2017 AFP

EMILI J. BLASCO

Dos máximas del narcotráfico son que quien está en una parte de esa actividad ilícita intentará extender su control, si puede, a toda la cadena del negocio , y que cualquier vacío de poder que deja la debilidad o desaparición de un cartel es ocupado de modo inmediato por otro. La desmovilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) está permitiendo a los carteles mexicanos aplicar las dos máximas al mismo tiempo.

El deseo de todo narcocartel es poder controlar los tres principales tramos del negocio: producción, transporte y distribución directa . La DEA, la agencia antinarcóticos estadounidense, ya ha advertido que los carteles de México han comenzado a operar dentro de EE.UU. , implicándose en la distribución directa, e incluso en el menudeo, en el mercado de destino. Y ahora lo que se observa son los movimientos de esos mismos carteles mexicanos para estar presentes en el otro extremo del negocio: la producción en Colombia, país de donde procede el 92% de la cocaína que se consume en EE.UU.

Desde que en la década de 1980 el tráfico de la cocaína que salía de Colombia y llegaba a Estados Unidos dejó de utilizar mayoritariamente la ruta Caribe-Florida y comenzó sustancialmente a pasar por México, los carteles mexicanos han dominado el negocio porque controlan la parte central de la cadena , que es la más difícil: introducir la droga en Estados Unidos.

A partir de ahí, carteles como el de Sinaloa o Los Zetas fueron estableciendo contactos en sitios de paso de la cocaína (como Honduras o Venezuela) y en el lugar mismo de producción (Colombia), pero es ahora cuando comienzan a desembarcar de verdad en el punto de origen, ante el vacío que ahí está dejando la desmovilización de la guerrilla de las FARC.

Confirmado por las autoridades

Así lo ha señalado recientemente el Fiscal General de Colombia, Néstor Humberto Martínez, quien indicó que los mexicanos están comprando plantaciones de coca y enviando expertos para «mejorar la productividad» de las mismas, especialmente en zonas que hasta ahora estaban dominadas por las FARC. «El número de ciudadanos de ese país [México] que participan en actividad criminal está creciendo, son más de cien», afirmó.

También el Defensor del Pueblo colombiano, Carlos Negret, se ha referido a esa cuestión, añadiendo que el cartel de Sinaloa está financiando y armando a grupos de crimen organizado locales (algunos de ellos, escisiones de las FARC), en lugares de cultivo de hoja de coca y producción de cocaína, así como en corredores de exportación.

En la misma línea, Fernando Quijano , presidente de la ONG Corporación para la Paz y del Desarrollo Social y experto en crimen organizado a partir de su experiencia en el área de Medellín, ha manifestado a medios colombianos que los carteles mexicanos están reclutando a antiguos miembros de las FARC para fortalecer su control sobre el narcotráfico colombiano. «Los carteles mexicanos van a acabar controlando las estructuras criminales del país », ha advertido. En esa operación Quijano señala especialmente a los carteles de Sinaloa, Los Zetas y Jalisco Nueva Generación.

La disidencia de las FARC

Como en los últimos años ha ocurrido en México tras la captura del Chapo Guzmán , la figura dominante del narcotráfico en ese país (ha habido una redefinición de los territorios de dominio de los carteles, una mayor atomización de esas áreas de influencia y un aumento de las ya elevadas cifras de homicidios), la desmovilización de las FARC está llevando a una recolocación de los actores del narcotráfico en la nación sudamericana y a un incremento de episodios de violencia criminal.

La anterior gran remodelación de este negocio ilícito en Colombia ocurrió con la muerte en 1993 del jefe del Cartel de Medellín, Pablo Escobar , momento a partir del cual las FARC y también los aún guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional ( ELN ) comenzaron a tomar control del negocio de la droga. La disolución entre 2003 y 2006 de los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia ( AUC ), que igualmente se habían apoyado en el narcotráfico, ya supuso el establecimiento de alianzas entre disidentes de esos grupos y carteles mexicanos.

Ahora los mexicanos están adquiriendo un mayor control, y ya están presentes en una decena de departamentos, como han indicado las autoridades de Bogotá. Ahí estarían estableciendo contactos con disidentes de las FARC, que están creando nuevos grupos armados organizados cuyo número de integrantes podría de momento rondar los 700 , de acuerdo con un informe de la Fundación Paz y Reconciliación (incluye disidentes, reincidentes y nuevo reclutamiento).

Aumenta la violencia y pasa a Ecuador

La misma fundación estima que el 50% de los cultivos de coca se concentra ahora en diez municipios, en los que las hectáreas cultivadas aumentaron un 54% entre 2015 y 2016. Esos municipios están en cuatro departamentos: Nariño y Putumayo , que hacen frontera con Ecuador; Cauca , que colinda con ellos, y Norte de Santander , en la frontera con Venezuela.

En Nariño la reorganización de los clanes del narcotráfico ha provocado los últimos meses episodios de gran violencia. Ha habido enfrentamientos entre disidentes de las FARC y elementos del ELN, y en una de las operaciones contra los nuevos grupos el Ejército localizó una caleta de armas de guerra que habían sido de las FARC.

La violencia, especialmente mantenida alrededor de Tumaco , el municipio con mayor cultivo (el 16% del total) y fácil salida de la droga gracias a su puerto, ha pasado también al norte de Ecuador, a donde hace tiempo se ampliaron las redes de narcotráfico. El enero hubo un ataque con coche bomba contra un cuartel de la Policía ecuatoriana en San Lorenzo, cerca de la frontera, que ha sido atribuido a un comando dirigido por el «Guacho», un anterior mando de las FARC.

El Gobierno colombiano ha tenido que reforzar con 2.000 efectivos más el área fronteriza , al tiempo que Ecuador ha decidido doblar sus esfuerzos de inteligencia en la zona. Los presidentes Juan Manuel Santos y Lenín Moreno abordaron este asunto en el encuentro gubernamental binacional mantenido la semana pasada en la ciudad colombiana de Pereira.

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