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La candidata oficialista Carrie Lam será la nueva jefa del Gobierno local en Hong Kong

Gracias al respaldo del régimen chino, obtiene 777 de los 1.194 votos del comité electoral que designa al jefe ejecutivo de la ciudad, batiendo al aspirante favorito del público, John Tsang

Los candidatos John Tsang Chun-wah (izquierda), Carrie Lam Yuet-ngor (centro) y Woo Kwok-hing (derecha) EFE
Pablo M. Díez

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Tal y como se preveía, la candidata oficialista Carrie Lam ha ganado este domingo las elecciones a jefe del Gobierno local de Hong Kong , la antigua colonia británica que fue devuelta a China hace ya dos décadas. Apoyada por el autoritario régimen de Pekín, Lam ha obtenido 777 de los 1.194 votos del comité electoral que designa al jefe ejecutivo de esta ciudad, que disfruta de mayores libertades que el resto de China.

Sin embargo, su máximo responsable político no es elegido mediante sufragio universal, como pedían las multitudinarias manifestaciones de la “Revuelta de los Paraguas” en el otoño de 2014, sino por este comité que, en teoría, representa a todos los estratos sociales de Hong Kong. En la práctica, la mayoría de sus miembros son empresarios o profesionales que tienen evidentes intereses con el régimen chino, que controla en la sombra esta votación para que el ganador sea de su cuerda. A sus 59 años, de los que se ha pasado 36 trabajando en la Administración de Hong Kong, Carrie Lam encaja perfectamente en ese perfil porque fue la número dos del jefe ejecutivo saliente, CY Leung.

De hecho, Lam no era la favorita del público entre los tres candidatos que concurrían a estas elecciones. A tenor de todos los sondeos, el más popular era el antiguo secretario de Finanzas John Tsang , quien solo ha obtenido 365 votos. De ellos, 325 proceden de los miembros abiertamente pro-democráticos del comité que piden sufragio universal en Hong Kong.

Por su parte, el tercer aspirante en liza, el juez retirado Woo Kwok-hing no logró más que 21 votos, mientras que otros cuatro fueron declarados inválidos.

Con su aplastante victoria, Carrie Lam se convierte en la primera mujer que dirige el Gobierno local de Hong Kong, una pujante ciudad con 7,3 millones de habitantes que es desde hace décadas uno de los centros financieros y comerciales del mundo. A pesar de su opulencia, como reflejan sus 1.200 rascacielos, este antiguo enclave británico vive fuertes tensiones políticas y sociales por el control cada vez mayor del régimen chino.

Cuando están a punto de cumplirse 20 años de la devolución a Pekín, que se conmemora el 1 de julio, la sociedad hongkonesa, y en especial los jóvenes, se quejan de una progresiva pérdida de la semiautonomía que el régimen les prometió bajo la fórmula de “un país, dos sistemas”. Así quedó de manifiesto en las masivas protestas que, durante 79 días, sacaron a cientos de miles de personas a las calles en el otoño de 2014, que fueron capitaneadas por líderes estudiantiles como el precoz Joshua Wong . Erigido a sus 20 años en la figura más combativa del activismo democrático en Hong Kong, Wong se ha manifestado este domingo contra estos comicios a jefe ejecutivo, que ha definido como “una selección más que una elección”, según informa la BBC.

«Una pesadilla»

“Nadie negará que Carrie Lam es la peor candidata y una pesadilla para nosotros, pero eso no significa que podamos dejar a un lado nuestros principios para apoyar a otro candidato que también está a favor de China”, criticó Joshua Wong a los tres aspirantes en declaraciones a la agencia France Presse.

Tres años después de la “Revolución de las Paraguas” y del movimiento “Ocupar el Distrito Central”, sus manifestantes no han conseguido el sufragio universal ni la libre presentación de candidatos que pedían para los comicios a jefe ejecutivo de Hong Kong. Para satisfacer en parte sus demandas, el régimen chino estaba dispuesto a permitir el sufragio universal, pero eligiendo entre una terna de candidatos seleccionados por un comité afín a Pekín. Una condición rechazada por el movimiento pro-democrático en las negociaciones con el Gobierno local tras las protestas de 2014, que fueron dirigidas precisamente por Carrie Lam y no llegaron a ningún acuerdo.

Ahora, como nueva jefa ejecutiva, Lam tendrá que volver a lidiar de nuevo con estas aspiraciones democráticas, que han espoleado el nacionalismo y hasta el independentismo en Hong Kong como reacción al creciente autoritarismo de Pekín. De momento, solo 40 de los 70 diputados que conforman el Parlamento local son elegidos mediante sufragio universal, ya el resto consigue sus escaños a través de votaciones en circunscripciones gremiales que representan a diversos sectores económicos y profesionales de Hong Kong. Aunque esta ciudad tampoco tenía elecciones durante la época colonial británica, cuando la Reina nombraba a su gobernador, el sentimiento democrático se ha agudizado durante los últimos años gracias al activismo de los jóvenes. Olvidando el tradicional pragmatismo hongkonés, que siempre ha primado la economía y los negocios sobre sus reivindicaciones políticas, una nueva generación está liderando el movimiento pro-democrático para desesperación de los jerarcas del Partido Comunista en China.

Durante los próximos cinco años, Carrie Lam tendrá que servir de puente entre Hong Kong y Pekín, donde confían en ella para mantener la estabilidad. El 1 de julio, coincidiendo con la efeméride de la devolución a China, Lam relevará en el cargo a CY Leung, quien perdió su crédito por el estallido de la “Revolución de los Paraguas”. Para desligarse de su estela, la nueva jefa ejecutiva ha intentado mostrarse más conciliadora y cercana a la sociedad durante la campaña electoral. Pero un par de episodios ridículos, como no saber utilizar los tornos del metro, le han valido críticas por doquier junto a su alineamiento con el régimen chino, que ella misma ha reconocido que ha mermado su popularidad.

Apodada “La Luchadora” por los medios, Carrie Lam procede de una humilde familia que emigró de Shanghái a Hong Kong y es católica. Tras estudiar Sociología, entró muy joven a formar parte del activismo social y encarriló su carrera en la Administración, donde lleva toda su vida. Casada y con dos hijos, será la primera mujer en gobernar Hong Kong gracias a sus 777 votos en el comité electoral. Para ganarse a sus más de siete millones de habitantes, necesitará mucho más.

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