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Cameron ve la oferta de la UE como un cambio sustancial, pero no convence a sus euroescépticos

El Consejo Europeo ofrece al Reino Unido un freno de emergencia a las ayudas sociales a inmigrantes y que los parlamentos nacionales puedan vetar leyes europeas

Reuters

LUIS VENTOSO

El ex primer ministro polaco Donald Tusk , presidente del Consejo Europeo, acaba de presentar este martes al Reino Unido su propuesta de reformas para intentar colmar las reclamaciones británicas y alcanzar el próximo día 19 un acuerdo que permita a Cameron pedir abiertamente el «sí» a la UE en el referéndum . Su borrador ha sido valorado así por el «premier» inglés en un apunte rápido en Twitter: «El borrador de la negociación muestra un progreso real en las cuatro áreas donde la UE necesita cambios, pero queda trabajo por hacer» . Menos optimistas, los euroescépticos británicos, incluidos los de su propio partido, ya se han apresurado a decir que Bruselas ha echado agua a las expectativas de Londres y que sus propuestas son insuficientes .

Tusk, que se cuida de recordar en su carta que los principios de la UE de «respeto a la libertad de movimientos y no discriminación» son irrenunciables, aborda los cuatro aspectos de la demanda inglesa: el gobierno económico de la Unión, la competitividad, la soberanía y la libertad de movimientos y ayudas sociales. Lo más notable es que, tal y como se esperaba, ofrece un freno de emergencia para mitigar las ayudas sociales a inmigrantes en caso de que los Estados consideren que desbordan sus arcas. Pero ese veto tendrá que ser aprobado por el resto de los socios, por unanimidad o mayoría cualificada. Además, Tusk dice que en ningún caso se podrán eliminar las ayudas , sino reducirlas e ir haciendo gradual su plena concesión.

Esa matización ha encendido a los «tories» euroescépticos , pues en la práctica mantiene las ayudas y no las suprime durante los primeros cuatro años de estancia en el país, como pedía Cameron. El freno, eso sí, entraría en funcionamiento justo después del referéndum, tal y como pedía Londres.

Ven satisfactorio que se acepte que un país miembro pueda vetar a ciudadanos comunitarios si sospecha que pueden ser terroristas

Además Tusk dice que habrá cambios legislativos para abordar el tema de las familias que reciben ayudas en un país y las reenvían al de origen, donde siguen viviendo sus hijos. Pero no prohíbe que se envíen ayudas para las familias a otro país, que es lo que reclamaban el Gobierno británico.

Más satisfactorio para Cameron ha sido que se acepta que un país miembro pueda vetar a ciudadanos comunitarios si sospecha que pueden ser terroristas o criminales, incluso sin que tenga pruebas. También se permitirá poner coto a los matrimonios amañados para cobrar ayudas.

En soberanía, los parlamentos nacionales dispondrán según la propuesta del Consejo Europeo de tarjetas rojas para vetar legislación comunitaria, pero para lograrlo necesitarán el apoyo del 55% de los países socios .

Mejores resultados logran los británicos en lo que hace a la gobernanza económica, donde por primera vez se explicita que el euro no es la divisa única de la UE . Además se recalca que la supervisión financiera de los países ajenos del euro seguirá en manos de sus instituciones nacionales.

Socio particular

El documento de Tusk reconoce que el Reino Unido es un socio con un carácter particular y habla de salvaguardas para excluirlo de todo proceso de unión política más estrecha.

En cuanto al cuarto punto de las reclamaciones de Cameron, fomentar la competitividad, ahí todo el mundo está de acuerdo y Tusk lo apoya con las habituales buenas palabras inconcretas de que hay que reforzar el mercado único y reducir burocracias internas.

Nigel Farage, el líder del partido eurófobo UKIP, ya ha hecho también su valoración: «Estar en la UE significa libre movimiento de gente. La única manera de controlar nuestras fronteras es dejar la UE».

El Gobierno británico cree que la propuesta de Tusk supone un «cambio sustancial» en la relación del Reino Unido con la UE, pero cree que aún quedan cosas importantes que obligarán a trabajar más. Las negociaciones no serán ningún paseo militar, porque Francia es muy reticente a muchos de los cambios que plantea Londres.

En Polonia , país afectado por las reticencias antieuropeas de los ingleses, las cosas se ven de otra manera: «Queremos que nuestros compatriotas que trabajan duramente en el Reino Unido sean tratados como ciudadanos de la UE sin ninguna discriminación», ha dicho este martes por la mañana un portavoz del Gobierno polaco en su televisión pública.

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