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Cameron lanza un plan contra la pobreza con énfasis en la familia y la salud mental

Pide a las escuelas que además de conocimientos enseñen «trabajo duro, honestidad, resistencia y superación del fracaso«

David Cameron

LUIS VENTOSO

David Cameron anunció en la pasada campaña electoral que no volverá a presentarse a los comicios. Es por tanto un primer ministro en su etapa final y en cierto modo trabaja ya pensando en su legado. Tal vez por eso ha recuperado la filosofía de «conservador compasivo» con la que llegó a Downing Street en 2010. Aquella bonita etiqueta se fue quedando por el camino ante las premuras de la crisis, que obligaron a poner en primer plano las medidas de ajuste –lo que la oposición laborista llama «el austericidio»- y a descuidar la atención social.

El primer ministro ha presentado hoy lunes, en un local en el Norte de Londres de la onegé Acción Familiar , lo que los conservadores llaman «un plan para atajar la pobreza». El programa pone a la familia en primer plano, «porque es el mejor antídoto contra la pobreza que se ha inventado jamás, y hace hincapié en los problemas de salud mental y las adicciones, las terapias de pareja y hasta propone clases de paternidad, una iniciativa que ya intentó en el anterior Gobierno de coalición y fracasó.

En su discurso, Cameron consideró que Inglaterra, que es donde se aplicará el programa de medidas, «sufre más un problema de falta de oportunidades que de pobreza material, aunque esta todavía exista». El proyecto, criticado por los laboristas y liberales por poca ambición y menos presupuesto , incluye doblar en esta legislatura el gasto estatal en terapias de pareja, hasta alcanzar el equivalente a 93 millones de euros. También se impulsan las clases de paternidad , «el trabajo más importante que tenemos en nuestra vida», según el primer ministro, que quiere que sean «algo normal e incluso propio de la gente con aspiraciones».

Falta de ambición moral

Habrá ayudas específicas para tutelar a niños en riesgo de fracaso escolar y un programa de formación social de jóvenes de 1.330 millones de euros, que se espera que alcance al 60% de los chavales ingleses de 16 años. Pero más que dinero, Cameron cree que en la escuela pública falta ambición moral, nervio vital. Invitó a las escuelas estatales a aprender de las de élite «y enseñar resistencia y no solo conocimientos». Los profesores deben de transmitir « curiosidad, honestidad, perseverancia y espíritu de servicio, trabajar duro y con concentración y enseñar a superar el fracaso».

La salud mental incluirá programas específicos contra la anorexia, centrados en madres y adolescentes, y se amplían los servicios psiquiátricos. La oposición liberal, sus antiguos socios de Gobierno, le ha reprochado que separar salud mental y física es un error , «algo conceptualmente equivocado y económicamente estúpido».

El Gobierno destinará el equivalente a 186 millones de euros a derribar y reformar cien barrios de casas sociales , poniendo ese dinero a disposición de ayuntamientos y comunidades de propietarios. Al frente del proyecto estará un clásico del thatcherismo, Lord Heseltine , que en los ochenta dirigió con éxito la recuperación de barriadas de Londres y Liverpool. Cameron recuerda que en las algaradas suburbiales de Inglaterra del verano del 2011, cuando se registraron serios actos vandálicos, tres cuartas partes de los detenidos vivían en ese tipo de torres: «En esas casas, muchas construidas después de la guerra, la gente se puede sentir atrapada en la pobreza, incapaz de alcanzar una vida mejor». Muchas son hoy guetos de trapicheo y hurtos.

Ocupar el centro

Con su programa contra la pobreza el Partido Conservador trata de ocupar el espacio de centro que deja libre el giro a la extrema izquierda del laborismo con Corbyn. Cameron intenta demostrar que los tories asumen ya inquietudes que en el pasado parecían propias de la socialdemocracia . Se trata también de atajar la peligrosa doble velocidad del Reino Unido, con grandes diferencias Norte-Sur, donde el fulgor del oasis londinense oculta la decadencia de muchas antiguas ciudades fabriles de éxito a finales del XIX y comienzos del siglo pasado. También de corregir la falta de oportunidades para la parte baja de la sociedad inglesa, reconocida por Cameron en la convención conservadora nada más ganar las elecciones del pasado mayo: «Escuchad esto: Gran Bretaña tiene la menor movilidad social del mundo desarrollado . El salario que cobras está más vinculado a quien es tu padre que en cualquier país desarrollado. Nosotros, los conservadores, el partido de la gente, no podemos aceptar esto».

Ahora parece que quiere empezar a dar pasos reales para atajar el problema. Al menos el énfasis en el discurso ya está ahí.

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