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«Vi caer la montaña sobre nosotros»

Parete salvó la vida al refugiarse en su coche al que había ido a buscar una medicina para su esposa

Parete, junto a su mujer y sus dos hijos que están desaparecidos ABC

ÁNGEL GÓMEZ FUENTES

«He visto caer la montaña sobre el hotel». Este es el testimonio dramático de Giampaolo Parete, de 38 años , que en la tarde del miércoles lanzó la alarma por el alud que sepultó al hotel Rigopiano. Él pudo salvarse en el coche, pero su mujer y sus dos hijos, Ludovica de 6 años y un niño de 8, quedaron atrapados. Una tragedia que Parete, cocinero de profesión, contó a los médicos del hospital de Pescara, donde fue trasladado con hipotermia: «Mi mujer tenía dolor de cabeza y necesitaba una medicina que estaba en el coche. Salí del hotel y fui a por las pastillas. Mientras regresaba al albergue, vi que la montaña caía sobre el edificio. Me arrastró también a mí, pero me pude agarrar a una rama y lograr escapar hacia el coche. Después encontré a un empleado del hotel y juntos dimos la alarma».

Parete llamó entonces a Quintino Marcella, propietario del restaurante en el que trabaja, quien se puso en contacto con la policía. Pero al principio no le creyeron : «Una señora de la comisaría me respondió que ella había llamado a la zona un par de horas antes y que todo estaba en orden. Entonces le expliqué que mi cocinero era una persona seria, pero seguía sin creerme». Desesperado, Marcella llamó a otros números de urgencias: «Volví loco al todo el mundo. Y sólo a las ocho de la tarde me creyeron. Desgraciadamente, los equipos de socorro partieron con dos horas de retraso, mientras mi amigo seguía pidiéndome ayuda por mensajes de Whatsapp: «Lo he perdido todo. Están todos muertos», me decía.

Parete explicó también que la mayoría de los clientes del hotel estaban en el vestíbulo después de haber pagado su cuenta, con las maletas preparadas y a la espera de que una máquina quitanieves les despejara el camino. Primero les dijeron que llegaría hacia las tres de la tarde, luego que a las siete. Pero las desgracias se acumulaban y la quitanieves se quedó sin gasóleo a un kilómetro del hotel.

La fatalidad se cebó con las víctimas, como el matrimonio formado por Luciano Caporale, 54 años, y su mujer, Silvana Angeñucci, 46, peluqueros de Castel Frentano (Chieti). Su intención era dejar el hotel el martes, pero ante las constantes neviscas decidieron quedarse hasta el miércoles, día de la tragedia.

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