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Boris Johnson renuncia a la sucesión tras ser traicionado por Michael Gove

Su aliado en la campaña del Brexit lo hundió al presentarse como candidato y pintarlo como inapropiado para líder

LUIS VENTOSO

Ha sido una emocionante mañana shakesperiana la que ha regalado esta mañana de jueves la pelea para suceder a Cameron. Boris Johnson , de 52 años, el gran bufón adorado por el pueblo, el Falstaff que tras ganar el referéndum soñaba con reinar, yace ya en las cunetas de los juegos de poder de Westminster, apuñalado por su hasta ayer mismo aliado, Michael Gove . Boris ha renunciado a competir por liderar el Partido Conservador, después de que Gove, el ministro de Justicia y su compañero en la aventura del Brexit, destapase su candidatura y le avisase solo cinco minutos antes de hacerla pública . Además, la candidata apoyada por Cameron, la ministra del Interior, Theresa May, también presentó su opción con críticas veladas pero obvias al ex alcalde de Londres.

Al mediodía, al límite de la hora tope para presentar candidaturas, Boris Johnson, que no había hablado desde el pasado viernes, compareció en lo que se esperaba fuese la puesta de largo de su candidatura . Era el centro de todas las miradas, el gran favorito para ser el próximo primer ministro tras haberle doblado la mano a Cameron en el referéndum con una valiente campaña, subido a su autobús rojo y recorriendo todo el país. Johnson arrancó su alocución defendiendo un conservadurismo moderado e integrador, acorde al lema One Nation y reclamó atajar la desigualdad. También dijo que es hora de unir a quienes a apoyaron a Remain y Leave y reveló que Obama no pondrá a la cola al Reino Unido en futuros acuerdos comerciales, en contra de la amenaza que había proferido en su visita a Londres.

Hasta ahí todo iba por la vía normal. Pero ya acabando, Johnson explicó que el próximo líder tendrá que unir al partido y defender el lugar del Reino Unido en el mundo, «y habiendo consultado con mis compañeros y vista la situación en el Parlamento, he concluido que yo no puedo ser la persona adecuada» . Una bomba política que hizo llorar a algunos de sus seguidores que llenaban la sala y a su esposa , Marina, que lo había animado a hacer campaña por el Brexit como camino al poder. Entre el público también estaba el apodado «Mago de Oz», el gurú electoral australiano Lynton Crosby, al que Boris ya había contratado para que lo asesorase en su carrera por la jefatura tory.

La guerra de poder conservadora daba un vuelco súbito. Ahora todo será un mano a mano entre Michael Gove, el cerebro de la campaña del Brexit, y la ministra del Interior, Theresa May , una mujer muy respetada que cuenta con el respaldo de Cameron. Gove, al que las hemerotecas muestran hasta nueve veces descartándose para primer ministro, reconociendo que no reunía las cualidades, se revela como un Maquiavelo habilísimo y sin miramientos, que ya se ha cobrado dos piezas mayores, ni más ni menos que David Cameron, su jefe y antiguo amigo, al que traicionó haciendo campaña por el Brexit, y su aliado al frente de Leave, Boris Johnson.

La traición

El inteligente político escocés Michael Gove , de 48 años, ministro de Justicia , tiene fama de jugar entre bambalinas y a primera hora de la mañana del jueves hizo honor a esa reputación, presentando su candidatura en la carrera para suceder a David Cameron . Lo hizo con un comunicado en el que además acogotó a su compañero de campaña, Boris Johnson , señalando que «con gran pesar», había llegado a la conclusión de que el carismático exalcalde de Londres «no puede ofrecer el liderazgo que necesita el país ni construir un equipo para la tarea que aguarda» .

Fue la primera sorpresa de una mañana de vértigo, porque Gove, de 48 años, y Boris, de 52, formaron un tándem bien conjuntado y triunfador en la campaña , el ministro de Justicia aportó la estrategia, el cerebro gris, y Johnson puso la fachada dialéctica. Tras su espectacular victoria con el Brexit, se daba por descontado que formarían equipo en la carrera sucesoria , con Boris como aspirante a primer ministro y Gove como su segundo y su ministro de Economía y hombre fuerte. La jugada fue brutal: avisó a Johnson se sus intenciones de lanzarse a la carrera solo cinco minutos antes de hacerlo.

Gove es un gran estratega y un intelectual dotado, pero el mismo se había descartado siempre para aspirar a primer ministro , aludiendo incluso a asuntos menores, como que no le gusta viajar en avión, ni los números y que tiene gustos culturales un poco excéntricos. Con la sorpresa de hoy, es su segundo golpe a traición consecutivo. Su anterior víctima fue David Cameron, que lo tenía por leal e íntimo amigo , hasta el punto que los hizo a él y a su mujer padrinos de uno de sus hijos. El primer ministro está enormemente molesto con lo que considera una traición, que además ha acabado con su carrera.

El nuevo aspirante tiene un hándicap: las dudas sobre su pegada electoral. Ante el gran público parece frío , una especie de profesor un poco repipi. En la campaña derrapó al comparar a los expertos que alertaban de los riesgos del Brexit con los nazis, aunque lo cierto es que al final le funcionó. En las apuestas y encuestas sobre la carrera sucesoria aparecía muy abajo, con dominio claro de Boris Johnson y la ministra del Interior, Theresa May, que ya ha presentado su candidatura esta mañana. Según una encuesta de «The Times» entre mil afiliados tories, May era la favorita del 36% , seguida por Johnson, con un 27%. Aunque ese diario está posicionado contra el exalcalde de Londres, por ser articulista en su diario rival, el «Telegraph».

El miércoles se produjo una extraña filtración de un correo electrónico de Sarah Vine, la mujer de Gove , una periodista del «Daily Mail», a su marido y uno de sus asesores. En el mensaje ella les advertía de que Boris no era fiable y que debían de pedirle garantías antes de darle su apoyo. Por un supuesto error en el envío, el correo acabó en manos de un tercero, que lo filtró a Sky televisión. Conociendo el gusto por las maniobras entre bambalinas de Gove, tal vez la equivocación no fuese casual. Vine, buena conocedora del mundo de los medios, puede ser la Lady Macbeth del sinuoso ministro de Justicia, la que lo ha empujado a dar el paso final.

Tras la retirada de Boris, los fontaneros de Gove explican que tras trabajar con el exalcalde de Londres en la campaña, el ministro de Justicia descubrió que era absolutamente caótico e impredecible y que no tenía madera de primer ministro, lo que lo obligó a dar un paso con el que no había contado. Cuesta creer que todo sea tan sencillo. Algunas fuentes aseguran que Boris ha dicho esta mañana: «¿Tú también, Michael?». En alusión a la cita clásica de Julio César cuando supo que su hijo Bruto lo había apuñalado.

Las demás candidaturas

Por su parte Theresa May , que representa una alternativa de peso y estabilidad frente a la línea más liberal y desenfadada de Boris, ha presentado su candidatura con una tribuna en «The Times» y un acto en Londres. El cielo se abre para ella, porque Boris, enormemente popular y con aire de estrella de rock, era un rival mucho más difícil que Gove, que tiene algo de robot intelectual que no conecta con el gran público. Además, su imagen sale dañada por el modo en que ha traicionado a Cameron y a Johnson.

El artículo de May es una defensa apasionada de un conservadurismo más social y promete también volver a unir al país tras la herida del referéndum. «Si tú eres de una familia trabajadora ordinaria, la vida es mucho más dura de lo que muchos políticos piensan . Francamente, no todo el mundo en Westminster entiende lo que es vivir así y algunos necesitan que les digan que el Gobierno no es un juego», escribe en una clara alusión a la supuesta frivolidad que se achaca a Boris Johnson.

May insistió en la línea de su artículo en su primer discurso y anunció que renunciará al superávit fiscal que había prometido George Osborne –a golpe de recortes-, porque quiere incrementar la ayuda social en las zonas más castigadas. Descartó un segundo referéndum: « Brexit significa Brexit . El público ha emitido su veredicto». Ella es euroescéptica de siempre, pero por lealtad a Cameron apoyó formalmente el «In», aunque sin hacer campaña activa por él. May asegura que si gana no convocará elecciones hasta 2020 y no activará el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que inicia la desconexión con la UE, hasta finales de este año.

También se ha sumado a las candidaturas Andrea Leadsom, secretaria de Estado de Energía , una dura de Leave a la que la campaña ha ayudado a darse a conocer. Liam Fox, un duro, ex ministro de Defensa, titubeaba si ayudar a May o ir por su cuenta, y ha dado también el paso. Completa la terna de cinco Stephen Crabb, ministro de Trabajo. El próximo martes será la primera ronda de votaciones de los 330 diputados tories, que continuarán hasta que solo queden dos finalistas, a buen seguro May y Gove. Competirán en el decisivo voto postal de los 150.000 afiliados del partido. El proceso debe estar resuelto antes del 9 de septiembre, pero si todo discurre rápido no se descarta un nuevo líder tory ya en agosto.

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