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Bannon dirigió la campaña de Trump con datos que sustrajo de Facebook

El equipo del presidente de EE.UU. contrató a Cambridge Analytica por tener «un cúmulo de datos que no tenía nadie» y tuvo acceso a 50 millones de usuarios

Steve Bannon con el presidente Trump, en el Despacho Oval de la Casa Blanca REUTERS
Manuel Erice Oronoz

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El escándalo de la sustracción de datos de 50 millones de usuarios de Facebook para uso electoral conforma un particular círculo de motivaciones políticas. Las conexiones de la campaña de Donald Trump con Cambridge Analytica , que ha dejado a la gigante tecnológica con las vergüenzas a la intemperie tras protagonizar la mayor fuga de información personal en la historia de las redes sociales, han quedado confirmadas.

La reconstrucción de acontecimientos sitúa en primera línea a Steve Bannon , padre intelectual del populismo antiestablishment, tras una operación política de largo recorrido que terminó situando al magnate neoyorquino en la Casa Blanca. Aunque no pueda probarse que el uso de los datos sirviera para decantar la elección, los hechos demuestran que Bannon supervisó la sustracción de datos, como directivo y mentor de la controvertida empresa, que después fue contratada para la campaña por Jared Kushner , yerno de Trump, precisamente porque «tenía datos que no tenía nadie».

Cambridge Analytica no habría existido sin Bannon. Fundador y secretario ejecutivo durante tres años, desde 2014, cada decisión de mínimo calado que tomaba la compañía era siempre supervisada por él como la última palabra. Incluida la operación para sustraer datos de Facebook, que siguió sin perder detalle. La consultora digital había nacido de las arcas de la familia Mercer , de Robert y su hija Rebekah , con quienes Bannon mantenía una estrecha relación de confianza y el objetivo compartido de cambiar el país «ensanchando la base populista».

Para lograrlo, pensaban que Cambridge Analytica era una herramienta perfecta. Y la apropiación de datos de millones de estadounidenses, un interesante instrumento que permitiría conocer los gustos y comportamientos de potenciales votantes, a partir de los cuales diseñar las campañas de captación de voto.

Según relata a « The Washington Post » el experto informático Christopher Wilie , que trabajó allí hasta finales de 2016, desde la aprobación del millón de dólares que se destinó al controvertido proyecto, precedida de varias reuniones en las que estuvo presente, Bannon supervisó cada paso del consejero delegado, Alexander Nix , recién destituido tras destaparse el escándalo. Aunque el ejecutor de la operación no aclara si estaba al tanto de todos los aspectos técnicos. Como la creación específica de una app, a modo de test psicológico, que sirvió de gancho para los 270.000 usuarios procedentes de Facebook . O la posterior obtención de datos de hasta 50 millones de personas, violentando las normas de privacidad de la red social.

Su relación contractual con Cambridge Analytica generó a Bannon unos notables ingresos. Según su declaración financiera, sólo en 2016, percibió 125.000 dólares en concepto de asesoramiento. A los que hay que añadir participaciones en la sociedad valoradas entre uno y cinco millones de dólares.

El fin de su relación formal con la consultora se produjo cuando fue contratado por Trump para dirigir la campaña presidencial. Fue a mediados de agosto cuando el teórico del nacionalismo americano inició su andadura como asesor del entonces candidato, hasta la culminación de una victoria electoral que el propio Bannon se ha atribuido en repetidas ocasiones.

Un mes antes se había incorporado al equipo de Trump la experta en campañas Kellyanne Conway , quien también llegó al entorno del magnate por sugerencia de Robert Mercer. Pese a que la acaudalada familia había apostado en las primarias republicanas por Ted Cruz , la consolidación de Trump terminó situando al millonario entre sus principales donantes.

Kushner, el valedor

El círculo de la relación entre Cambridge Analytica y Trump se cierra nada más llegar Bannon. Aunque no es el candidato, más escéptico, sino su yerno, Jared Kushner, el principal valedor del desembarco. En una entrevista posterior a la elección presidencial, Kushner hace unas declaraciones a la revista Forbes que adquieren máxima vigencia hoy. En su explicación del éxito electoral, describe: «Nos encontramos con que Facebook y el mundo digital eran los caminos más efectivos para llegar a las grandes audiencias. Por eso fichamos a Cambridge Analytica. Ellos fueron capaces de construir un cúmulo de datos para la campaña que nadie conoció hasta el final».

El propio Nix, quien se jacta también de la decisiva aportación de esos datos a la campaña de Trump, afirmaba dos semanas antes de la cita con las urnas: «Nuestra compañía es capaz de determinar la personalidad de cada adulto en Estados Unidos».

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