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Elecciones en Francia

La alta abstención empañará la esperada victoria de Macron

Entre el 53% y 54% de los franceses no acudirán el domingo a las urnas, según las encuestas

Emmanuel Macron, durante su reunión con Mariano Rajoy REUTERS

JUAN PEDRO QUIÑONERO

La previsión unánime de una Asamblea Nacional (AN) dominada masivamente por el partido de Emmanuel Macron , La República en Marcha (LREM), ha desenterrado un rosario de dudas e incertidumbres de fondo : «poder absoluto», «tentaciones autoritarias», «falta de representatividad», «riesgos de violencia incontrolada».

Todas las estimaciones coinciden en lo esencial: los resultados de la segunda vuelta de las elecciones legislativas de mañana darán a LREM entre 400 y 455 de los 577 escaños de diputados que tiene la Asamblea Nacional, el grupo parlamentario más «avasallador» desde 1958, el año de la fundación de la V República.

El carácter previsiblemente excepcional de esa mayoría reside en la posible inexistencia de oposición parlamentaria. Los Republicanos (LR, derecha) podrían tener entre 50 y 110 diputados. El PS quedaría reducido a una minoría de entre 15 y 40 diputados . El Frente Nacional (FN, extrema derecha) y Francia Insumisa (FI, extrema izquierda), quedarían reducidos a minúsculos grupos de 1 a 4 y de 10 a 23 diputados respectivamente.

Sin cheque en blanco

Pero esa victoria arrolladora se vería rebajada por una abstención masiva , que oscilaría entre el 53 o el 54 por ciento. Lo que rebajaría el poder del presidente , pondría de manifiesto que este no tiene un cheque en blanco y que puede encontrarse con una fuerte oposición en la calle. La abstención ya fue del 51% en la primera vuelta.

Los efectos perversos del modelo electoral, mayoritario a dos vueltas, pueden funcionar de manera brutal, dando a Macron un poder «total» en el legislativo y reducir la oposición a un archipiélago de minorías enfrentadas entre ellas.

Michel Wieviorka, uno de los grandes sociólogos franceses de nuestro tiempo, advierte: «Cuidado… no se pasa de la cólera y la angustia social al optimismo sin grandes riesgos, sin un proceso de imprevisibles negociaciones, que pueden ser conflictivas. En Francia hay un enorme potencial de violencias imprevisibles . Hace años que comenzaron a emerger nuevas formas de radicalidad: en 2016, en la negociación de la reforma laboral, las manifestaciones sindicales fueron pervertidas por los violentos; muchos locales sindicales fueron atacados; la extrema derecha atiza un lenguaje muy radical. Cuando se escucha a los electores de la extrema izquierda, es una evidencia que la angustia social, la cólera y la frustración, no son nada relativas. Si Macron no da una respuesta a las esperanzas y angustias la violencia se perfila en el horizonte».

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