¿Por qué hay una guerra abierta entre Jean Marie Le Pen y su hija Marine?

Marginado en el partido de extrema derecha que fundó, criticado por los dirigentes de la formación e incómodo para muchos cada vez que abre la boca, la exclusión de Jean-Marie Le Pen del Frente Nacional, a finales de agosto, marcó un nuevo episodio en las disputas que ahora lo separan de su hija. Este sábado, el anciano de 87 años anunció la creación del «Rassemblement Bleu Blanc Rouge» o «Agrupación Azul Blanco Rojo», un proyecto político con guiño a los colores de la bandera de Francia y con la pretensión de «actuar en el mismo sentido que el Frente Nacional, sin formar parte de él».

Lo cierto es que la relación entre Jean-Marie Le Pen y su hija y ahora líder del Frente Nacional, Marine, vivió momentos más dulces en el pasado. El 27 de enero de 2012, fecha oficial para conmemorar a las víctimas del Holocausto, la ya por entonces dirigente de la formación acudió a un baile organizado por la extrema derecha austriaca en Viena . El encuentro se celebró en el palacio de Hofburg, joya arquitectónica de la capital, residencia de invierno de la desaparecida realeza y lugar desde donde, en marzo de 1938, Hitler anunció el «Anschluss» o anexión de Austria a Alemania. El escándalo fue monumental y tanto la organización «SOS Racisme» como la Unión de Estudiantes Judíos de Francia pusieron el grito en el cielo.

«Yo mismo he asistido a este magnífico encuentro que recuerda a la Viena del siglo XIX, es Strauss, sin Kahn, si queréis», declaró entonces Jean-Marie, para defender a su hija y criticar de paso al socialista y expresidente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, en caída libre por culpa de sus escándalos sexuales. «Es una broma», añadió más tarde Marine. «Me gusta más que los chistes que hacen algunos humoristas que nos tratan de idiotas. Creo que somos más duros con el humor de Jean-Marie Le Pen que con los que pagan por decir esas cosas», concluyó, con la intención de zanjar la polémica.

Pero lo cierto es que casi nada ni nadie han escapado a las opiniones del político galo. En una ocasión, Le Pen padre calificó las cámaras de gas de «mero detalle de la historia» . En otra cuestionó que el mariscal Pétain, aliado de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, fuera un «traidor». Y tampoco dudó en afirmar que «el señor Ébola» era el remedio para la inmigración. En 1991, la condena de un juzgado de Versalles por «banalización de crímenes contra la humanidad» no logró que se mordiera la lengua. Y los problemas con su hija vienen, en parte, de esa verborrea .

Jean-Marie Le Pen fundó el Frente Nacional en 1972. El dirigente, veterano de la guerra de Argelia, concibió una formación «con un sistema de creencias basado en que el gobierno de Vichy fue algo bueno, que el Holocausto fue un 'detalle de la Historia' y que Francia debería vaciarse de inmigrantes», como indicó Andrew Hussey en un artículo publicado en el diario británico «The Guardian» en mayo de este año. Ideas que pueden entorpecer la ambición política de su hija Marine , que recogió el testigo al frente de la extrema derecha gala en 2011.

Las encuestas electorales prevén que Marine Le Pen cosechará un buen resultado en los comicios presidenciales que se celebrarán en Francia en 2017. Este domingo, un sondeo indicó que la candidata del Frente Nacional pasaría a la segunda vuelta con un 27% de los votos , frente al 25% que obtendrían los conservadores. Hollande ni siquiera llegaría. Consciente de su posible éxito, la dirigente de extrema derecha intenta desligar al partido de las polémicas opiniones de su padre y aglutinar los votos de una sociedad descontenta con las formaciones tradicionales.