Hazte premium Hazte premium

El voto de la ira en Grecia

Si en enero fue votar Syriza, la venganza ahora es votar no. Y que después, si es necesario, se hunda el mundo.

El voto de la ira en Grecia afp

herman tertsch

No habrá un voto racional . Sea cual sea su sentido, sea cual sea el que se imponga, será un voto decidido, secuestrado por los sentimientos. Por la rabia o el miedo, por el odio o la angustia.

Quizás esa sea la mayor certeza, o la única, de que se dispone ante el referéndum del domingo en Grecia . En él, los griegos habrán de optar por el Sí o No ante una pregunta larguísima, de 72 palabras, incomprensible para el gran público y sin ningún sentido para nadie. Nadie sabe lo que la pregunta significa y nadie sabe qué consecuencias reales tendrá un triunfo del voto afirmativo ni de lo contrario. Lo único que saben todos los griegos es que el primer ministro Alexis Tspiras pide el No y todos sus adversarios piden el Sí.

Pero la pregunta críptica al final solo viene a preguntarle al votante si está de acuerdo con sus acreedores . Y la respuesta natural del griego es que no. ¿Cómo va a estarlo? Pero hay algo más. Los griegos saben que sus acreedores, que Europa quiere que voten Sí. Y esto podría ser decisivo. Cada llamamiento al Sí de unos burócratas europeos o políticos de países de la UE, es recibido con entusiasmo por los partidarios del No.

Desde hace más de cinco años están los griegos en abierta batalla con los acreedores . Con todos los anteriores gobiernos también. Aunque es cuando gana las elecciones Syriza hace cinco meses cuando los acreedores, es decir los países socios de Grecia en la UE, el FMI y el Banco Central Europeo, pasan a ser tratados oficialmente por su Gobierno como enemigos del pueblo griego.

Para c onvertir en capital político el odio que la rabia, las privaciones, los agravios, la corrupción y la humillación cotidiana de la pobreza . Con ese mensaje llegó al gobierno el movimiento ultraizquierdista de Tsipras, el primer partido neocomunista que llega al poder en Europa en elecciones democráticas limpias.

Tras los durísimos momentos de 2012 y 2013, hace un año había comenzado a mejorar levemente la situación. La economía había comenzado a crecer y los griegos habían comenzado a pagar impuestos. Pero para entonces se había roto ya demasiado tejido social y se partió el hilo de paciencia en una masa crítica que se volcó en la oferta política de la ira. Con el triunfo de esa combinación de viejos comunistas y nuevos antisistema que encabezan Syriza llegaba al poder el primer populismo radical en Europa desde los años treinta.

Con la bandera del «fin del ahorro y del austericidio». ¿Quién no podía verse tentado? Aun recordamos los asistentes el mitin victorioso tras conocerse los resultados en jornada electoral cuando Tspiras declaró extinguida no solo la Troika de Comisión, BCE y FMI, sino también la pobreza. Pero la realidad ha sido terca en desmentir a Tsipras y a su locuaz ministro de Hacienda Iannis Varoufakis , que han combinado ineptitud, provocación, desvergüenza y osadía hasta aislar totalmente a Grecia.

Hoy ya pocos creen a Tsipras y su gente cuando dicen que tienen una solución inmediata para después del triunfo del No . Pero puede en muchos la rabia y el odio. Muchos votarán que No porque no pueden soportar la idea de que triunfe una opción que le guste a Alemania. Y su prioridad será un gesto de rechazo a esa conspiración que millones de griegos ven en las demandas alemanas de disciplina.

No ven a los votantes y al pueblo alemán que exigen se cumplan las condiciones por las que ellos aceptaron prestar dinero a Grecia. Ven a una Alemania que tras dos guerras perdidas ha elegido a Grecia como campeón de la libertad para escarmentar a todos los pueblos en su asalto a la dominación de todo el continente.

Personas relativamente cultas y una masa estudiantil parada se unen a los sectores menos educados en la firme creencia en esta cruel conspiración alemana sin la cual ellos vivirían felices .

Se sienten víctimas. Y piden venganza. Y si en enero fue votar Syriza, la venganza ahora es votar no . Y que después, si es necesario, se hunda el mundo.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación