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La justicia alemana frena la investigación sobre las escuchas de la NSA a Merkel

El fiscal argumenta que los documentos no surgían de una auténtica escucha de servicios de inteligencia estadounidenses

La justicia alemana frena la investigación sobre las escuchas de la NSA a Merkel efe

leandro uría

A pesar de la amplia controversia que suscitó en Alemania la información de que la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana (NSA, por sus siglas en inglés) espió el teléfono móvil de la canciller Angela Merkel, la Fiscalía General de este país dejó caer un proceso al respecto por falta de pruebas.

El fiscal general Harald Range había dado lugar a las investigaciones hace un año en base a documentos aparecidos en los medios en octubre de 2013 sobre el presunto espionaje.

Esos documentos se hicieron públicos en el marco de los secretos filtrados por el contratista de la CIA Edward Snowden sobre el presunto espionaje a gran escala que habría pepetrado la NSA y que habría tenido en la mira a Angela Merkel y a la presidenta de Brasil Dilma Rousseff, entre otros líderes internacionales.

Ahora Range argumenta que los documentos que circularon en ese momento no surgían de una auténtica tarea de escucha de la NSA o de otro servicio de inteligencia estaodunidense. Es decir, no eran documentos propios de la NSA. Más bien, se trataba de una transcripción realizada tras una inspección visual de los documentos. Según el fiscal general, esto no constituye una prueba suficiente para seguir adelante con la investigación y lo obliga a suspenderla.

«La acusación no puede ser probada de una manera consistente dentro de la ley criminal», afirmó el fiscal en una declaración dada a conocer hoy.

«Las vagas afirmaciones de funcionarios norteamericanos sobre la posible vigilancia de las comunicaciones móviles de la canciller por parte del servicio de inteligencia estadounidense no son suficientes para describir lo ocurrido», agregó.

En realidad, no se trata de una sorpresa. Ya en diciembre pasado Range había admitido que las investigaciones no marchaban bien y que no había obtenido suficiente evidencia como para tener éxito en la corte. Fue un giro copernicano respecto de lo que había dicho el 4 de junio del año pasado, cuando se manifestó seguro de la existencia de «suficiente evidencia factual» para probar que «miembros desconocidos de los servicios de inteligencia estadounidenses espiaron el teléfono móvil de la canciller Angela Merkel».

A fines de 2013, las alegaciones sobre las escuchas llevaron a la relación entre Berlín y Washington a su punto más bajo desde la posguerra. Al respecto Merkel llegó a afirmar: «El espionaje entre amigos no es tolerable». La frase le trajo recientemente dolores de cabeza al revelarse que el servicio secreto exterior alemán (BND) presuntamente ayudó a la NSA a espiar a empresas y políticos europeos. Eso llevó a la suspensión de las actividades de cooperación entre los dos organismos en la estación de Bad Aibling y puso en apuros a la canciller y a su ministro del Interior, Thomas de Maizière.

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