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Ucrania teme una nueva ofensiva rusa tras el 9 de Mayo

La celebración del fin de la II Guerra Mundial crispa las relaciones con Moscú

hermann tertsch

En Rusia proliferan de nuevo los bustos de Iósif Stalin en las fechas previas al 70 aniversario del final de lo que «el padrecito», «el tío Joe» o el mayor asesino de la historia junto a Adolfo Hitler proclamó como la Gran Guerra Patria. La propaganda de enaltecimiento de Stalin y justificación de sus crímenes se ha intensificado según se acercaba esta fecha de su mayor victoria. Y se acaba con todo lo que pueda molestar a esa imagen. Así, se ha cerrado la última muestra que quedaba de denuncia contra los campos del Gulag.

Mientras, en la vecina Ucrania , una de las grandes víctimas de Stalin, esta fecha tiene un significado y una escenografía radicalmente distintos, como corresponde a dos países que no están oficialmente en guerra pero están enfrentados militarmente. Y uno de ellos mantiene invadida parte del territorio del otro.

Ucrania ha hecho un gran gesto simbólico al adoptar oficialmente como símbolo de la celebración la amapola, un símbolo ya legendario del luto de los aliados anglosajones. Kiev deja claro que la victoria sobre el fascismo, que costó la vida a 14 millones de ucranianos, no supuso la liberación sino el cambio de una ocupación por otra y un totalitarismo por otro. Y recuerda que la lucha contra el nazismo de entonces tiene su continuidad hoy en la guerra en las regiones orientales de Donetsk y Lugansk que mantiene ocupadas el ejército de Putin con ayuda de separatistas rusos.

Intercambio de golpes

Hay muchos ucranianos temerosos de que después del día 9 de mayo y el gran desfile y los actos que Putin ha organizado poco menos que en honor de Stalin y de sí mismo, el Kremlin vuelva a mostrar interés en mover pieza militar en Ucrania. De momento, la demostración de fuerza será en la Plaza Roja. Allí se mostrarán en el desfile de la victoria nuevos tipos de armas, entre ellos el nuevo carro de combate T-14, y se celebrará la fecha como en los mejores tiempos soviéticos con un inmenso despliegue de medios y de retórica y propaganda triunfal y triunfalista. Se evoca la lucha soviética contra el fascismo y se exalta al nuevo ejército de Rusia como el guardián del legado antifascista que volverá a aplastar al nazismo cuando sea necesario.

Desde que los ucranianos derribaron al presidente Viktor Yanukóvich porque quería dar la espalda a Europa y unirse en una asociación bajo la protección de Putin, la propaganda de Moscú tacha de nazis a los ucranianos. En Ucrania, todos los medios emiten una magnífica campaña de anuncios en los que se evocan los paralelismos entre los héroes ucranianos que lucharon contra el nazismo y los que lo hacen ahora contra las tropas de Putin.

Todas las televisiones muestran en un ángulo la amapola, como símbolo de recuerdo a un eje de fechas de 1945- 2015, a los caídos de entonces y a los de ahora. La amapola se convirtió en símbolo de la memoria a los caídos en el Reino Unido después de la Primera Guerra Mundial. Después la adoptaron todos los países de la Commonwealth.

Así la primera semana de noviembre se llama «Poppy Week» en el Reino Unido. Es la semana de la amapola, que recuerda a todos los caídos en todas las guerras, aunque comenzara inicialmente como homenaje a los caídos en los campos de Flandes en la Primera Guerra Mundial, en cuyas tierras batidas por la artillería y abiertas por las trincheras solo era capaz de verse aquella flor en la primavera de aquellos infernales cuatro años. Ahora es el símbolo de una Ucrania que ve su salvación en la integración en Europa y ha roto radicalmente con Moscú.

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