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«Cada día veíamos la muerte de una de nosotras y esperábamos nuestro turno»

Las mujeres rescatadas de las garras de Boko Haram han relatado el horror sufrido durante el cautiverio

«Cada día veíamos la muerte de una de nosotras y esperábamos nuestro turno» REUTERS

reuters

Algunas de las casi 700 mujeres y niñas rescatadas durante la última semana de las garras del grupo yihadista nigeriano Boko Haram han relatado el horror sufrido durante su cautiverio, muchas veces iniciado tras presenciar la ejecución de los niños y hombres. Otras muchas han perecido de hambre o por enfermedades en los bosques de Sambisa donde eran retenidas.

Estos relatos han comenzado a aflorar el pasado domingo, cuando han sido finalmente instaladas en un campamento de refugiados levantado por las autoridades en la localidad de Yola (este) para acoger a las víctimas de estos secuestros. Las mujeres y niñas han llegado al campamento de Yola tras varios días de viaje en camionetas.

Unas 275 mujeres y niñas llegaron el sábado por la tarde al campamento, muchas de ellas con vendajes en extremidades o cabeza. En el campamento han recibido alimento y atención médica.

«No nos permitían movernos ni un centímetro», ha explicado una de las supervivientes, Asabe Umaru, en declaraciones a la prensa. «Si tenías que ir al servicio, te acompañaban. Nos retenían en un solo lugar, cautivas», ha revelado. «Damos gracias a Dios por estar vivas a día de hoy. Damos gracias al Ejército nigeriano por salvarnos la vida», ha añadido.

Umaru, de 24 años y madre de dos hijos, ha explicado que cuando vieron a los soldados levantaron las manos y gritaron pidiendo ayuda. «Entonces los de Boko Haram que nos vigilaban nos tiraron piedras para obligarnos a seguirles a otro escondite, pero nos negamos porque sabíamos que los militares iban a salvarnos», ha apuntado en declaraciones a Reuters.

Durante el cautiverio, las mujeres sufrieron carencias alimenticias y enfermedades graves. «Todos los días moría una de nosotras y solamente esperábamos a que nos llegara el turno», ha afirmado Umaru.

Otra liberada, Cecilia Abel, ha relatado que su marido y su hijo primogénito fueron ejecutados delante suya y después fue llevada junto a sus otros ocho hijos al bosque, donde pasaron casi dos semanas sin apenas comer.

«Solo nos daban harina de maíz por las tardes. No era apta para el consumo humano. Muchos de los que fuimos capturados, murieron en el bosque de Sambisa», ha relatado. «Incluso después del rescate, otras diez murieron de camino aquí», ha indicado.

A su llegada, las mujeres recibieron pan y té caliente y 19 de ellas han sido hospitalizadas, ha explicado el doctor Mohammed Aminu Sulieman, responsable de la Agencia de Gestión de Emergencias del estado de Adamawa.

Amnistía Internacional estima que Boko Haram ha secuestrado a 2.000 mujeres y niñas desde principios de 2014, muchas de ellas utilizadas como cocineras, esclavas sexuales o escudos humanos. Entre los casos más llamativos está el de las 200 colegialas secuestradas en un instituto internado de Chibok apresadas hace ya un año. Sin embargo, parece que ellas no están entre las últimas liberadas.

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