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Argentina

El partido de Macri arranca con buen pie en las primarias de Buenos Aires

Horacio Rodríguez Larreta cuenta con el respaldo del líder del partido Propuesta Republicana que aspira a la presidencia argentina

El partido de Macri arranca con buen pie en las primarias de Buenos Aires EFE

carmen de carlos

La sucesión de Mauricio Macri , al frente del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, parece garantizada para uno de los suyos: Horacio Rodríguez Larreta. Las primarias en la capital argentina fueron consecuentes con el voto tradicional y antiperonista de la mayor urbe del país. Los ciudadanos, mayoritariamente, -más del 47 por ciento, según los primeros resultados- votaron al Pro (Propuesta Republicana) del actual jefe de Gobierno (puesto entre alcalde y gobernador).

Su favorito, Horacio Rodríguez Larreta, el gestor de su doble Administración (modelo Partido Popular), se impuso a su compañera, la díscola y simpática Gabriela Michetti que salió de inmediato a reconocer la derrota. «Felicito de corazón a Horacio Rodriguez Larreta y a todo su equipo por el triunfo que han logrado y me uno, con mucha alegría, al triunfo del Pro. Otra vez ha demostrado que lidera en la ciudad», comento Michetti.

Larreta, por su parte, le devolvió el cumplido y añadió: «Ganó otra vez el cambio, otra forma de hacer política, ganó el diálogo, el futuro, la esperanza de que todos juntos podemos construir un futuro mejor para todos los argentinos». El mensaje estaba dirigido al Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, cuyo candidato quedó en cuarta posición con algo menos del 13 por ciento de los votos según los primeros resultados oficiales.

Mauricio Macri , pletórico, animó a votar por el Pro en las elecciones de octubre y volvió a probarse el traje de candidato para sustituir en la Casa Rosada a la Presidenta: «A todos los argentinos –animó-: no tengamos miedo. Merecemos vivir mejor, podemos vivir mejor», insistió.

Esta competición «interna» en el Pro, en rigor, era el gran desafío para Macri que, en cierto modo, sometía al veredicto del voto su papel como líder y aspirante a la Presidencia de Argentina.

Mauricio, como se vende en las sucesivas campañas electorales el candidato de la centro derecha argentina, se había manifestado abiertamente a favor de Rodríguez Larreta tras no ser capaz de convencer a Michetti de que le acompañara como candidata a la vicepresidencia en las presidenciales de octubre.

El hombre que lleva ocho años al frente de Buenos Aires, la ciudad que alberga a cerca de tres millones de personas, pareció entonces dar un paso en falso al poner en evidencia su escasa capacidad de convicción entre las filas de Pro. Sus detractores interpretaron que le faltaba liderazgo hasta para poner orden en su propia casa y con ese antecedente pronosticaban viento en contra para llegar a la Casa Rosada a fines de año y un futuro complicado si perdía Larreta.

Por el contrario, los que le tienen simpatía y disfrutan ahora los resultados, aseguran que todo estaba calculado y realizan otra lectura: fue una muestra de su espíritu democrático, totalmente opuesto al que los argentinos llevan sufriendo con el kirchnerismo los últimos doce años. El ordeno y mando no es el estilo del macrismo, insisten.

Sin duda sí lo es del «kirchnerismo» incapaz de conquistar la capital de Argentina pero firme en sus tres victorias consecutivas presidenciales. Cristina Fernández apostó para las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias) por el titular de Aerolíneas Argentinas. Mariano Recalde, uno de los jóvenes por los que la presidenta siente debilidad, fue el encargado de lanzarse, por vez primera, a una arena electoral que sabía perdida de antemano -con otros adversarios/compañeros del Frente para la Victoria- pero, leal al talante de los hombres «K» y de las órdenes de «la jefa», la lucha la dio con el mismo entusiasmo que el electorado le rechazó.No obstante celebraba como si hubiera ganado.

Martín Lousteau, breve ministro de Economía de Cristina Fernández compitió con Graciela Ocaña, otra ex ministra de CFK, siglas por las que se conoce a la presidenta y logró un formidable triunfo. Será el candidato que enfrenté y el más peligroso que podía tener, Horacio Rodríguez Larreta.

Lousteau y Ocaña representan lo que queda de un sector del viejo UNEM, un fallido intento de la oposición de agruparse en un solo bloque que ellos ahora llaman ECO (Energía Ciudadana Organizada). La otra cara de los restos del naufragio de UNEM la presentó Margarita Stolbizer, de GEN con otros candidatos de la UCR (Unión Cívica Radical), Proyecto Sur, Libres del Sur y agrupaciones menores.

A la izquierda de lo que en Argentina se entiende por izquierda, entre otros, figuraban el profesor y actor Héctor Bidonde (Movimientos Socialista de los Trabajadores), Luis Zamora (Autodeterminación y Libertad) y Claudio Lozano (Camino Popular). En nombre del Papa (en sentido figurado) el legislador Gustavo Vera (ex colaborador de Francisco cuando era Monseñor Bergolgio) también buscaba el apoyo de las urnas y, como todos, confiaba en superar el 1,5 por ciento de los votos necesarios para poder estar presente en las elecciones definitivas. Ese es el porcentaje mínimo e imprescindible para poder tener un papeleta cuando llegue la otra hora de la verdad.

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