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Mauricio Macri se afianza como el mayor desafío electoral a Kirchner en una década

El alcalde de Buenos Aires crece en los sondeos y puede derrotar por primera vez al Gobierno argentino en unas presidenciales

Mauricio Macri se afianza como el mayor desafío electoral a Kirchner en una década abc

facundo f. barrio

Demoró diez años en conseguirlo, pero Mauricio Macri por fin es un rival serio para el Gobierno de Cristina Kirchner. Después de dos legislaturas en la alcaldía de Buenos Aires, por primera vez el ex presidente del Boca Juniors se proyecta con chances de ganar los comicios presidenciales del més de octubre en la Argentina. En lo que va de 2015, Macri logró afianzarse como el primus inter pares de buena parte de la oposición argentina y en el mayor desafío electoral que ha enfrentado el kirchnerismo desde que llegó al poder hace más de una década.

Consultores, analistas políticos y encuestadores argentinos coinciden en la alta probabilidad de que haya una segunda vuelta electoral en octubre. En la medida en que se acerque la fecha y el escenario se polarice, los votantes quedarán divididos entre los que apoyan la continuidad –con o sin correcciones– del «modelo K» y los que desean un cambio de ciclo político.

La primera pulseada que Macri debe ganar es contra el candidato presidencial Sergio Massa, con quien disputa el liderazgo del antikirchnerismo. Las últimas encuestas del mes de marzo, posteriores a la dudosa muerte del fiscal Alberto Nisman, ubican al alcalde de Buenos Aires por encima del diputado peronista disidente. Y no solo eso: Macri es el postulante opositor a la presidencia que más creció de forma sostenida en los sondeos en el último año.

Un síntoma del impulso que tomó su candidatura es la forma en que dirigentes de otros espacios políticos buscan asegurarse un lugar cerca del centro-derecha que lidera Macri. Su crecimiento en las encuestas provocó una fuga de dirigentes locales desde el massismo hacia el macrismo, como el influyente ex gobernador santafecino Carlos Reutemann. Macri también consiguió acercar a la diputada Elisa Carrió, ferviente antikirchnerista, quien competirá en las primarias con él. Incluso la centenaria Unión Cívica Radical cerró filas con el «candidato del cambio», como él suele definirse.

Macri también corre con la ventaja de disponer del aparato de propaganda del Estado. En eso se parece al gobernador bonaerense Daniel Scioli, el candidato más fuerte del amplio abanico kirchnerista. Quien dirige la estrategia comunicacional del macrismo es el gurú de imagen ecuatoriano Jaime Durán Barba, con vasta experiencia en campañas políticas en Latinoamérica.

Enemigo predilecto

Durante su segunda presidencia, Cristina Kirchner eligió a Macri como su rival predilecto, bajo la teoría de que era preferible competir con el candidato que fuera lo más distinto posible a su Gobierno. Ahora, mientras la mandataria argentina se debate entre apoyar la candidatura de Scioli o forjar un candidato kirchnerista «puro», Macri crece como la esperanza de un sector de la población cada vez más dispuesto a votar a cualquiera con posibilidades de derrotar al oficialismo.

Si el ex presidente del Boca termina de consolidarse como la cabeza de ese espectro opositor –nutrido de las clases medias y medias-altas urbanas–, por primera vez en el último siglo una tercera fuerza política (fuera del peronismo y la UCR) podría alcanzar el poder en la Argentina. A diferencia de 2007 y 2011, cuando renunció a disputar la presidencia por lo que pronosticaban los sondeos, esta vez Macri es candidato firme.

«La Argentina se debate entre moderar o cambiar el rumbo: Scioli representa la continuidad con moderaciones, y Macri representa el cambio –dijo a ABC el analista político argentino Alejandro Catterberg, codirector de Poliarquía Consultores–. Lo que muestran las encuestas es que, en los últimos dos meses, Macri le sacó ventaja a Massa y hoy disputaría el ballotage con Scioli».

En opinión de Catterberg, en la Argentina puede darse un proceso electoral parecido al que tuvo lugar en Brasil en 2014: «Si Cristina Kirchner no patea el tablero y finalmente respalda a Scioli, lo que tendremos es un candidato asociado a la continuidad (como Dilma Rousseff) que es Scioli; una fuerza opositora de centro-derecha (como la de Aécio Neves) liderada por Macri; y un candidato como Massa que expresa algo intermedio, ya que hoy es opositor pero en el pasado fue funcionario kirchnerista (como lo fue Marina Silva durante la administración del PT).

En Brasil, la elección acabó polarizándose entre Rousseff y Neves, los dos candidatos más claramente diferenciados entre sí. Si se reproduce la misma lógica en la Argentina, Macri se convertirá en el primer político con posibilidades de arrebatarle el Ejecutivo al kirchnerismo.

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