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La popularidad de Hollande aumenta 21 puntos tras la gestión de los atentados

Según la encuesta realizada por Ifop, el FN no parece haber sacado partido de los atentados, ya que el porcentaje de los que se declaran próximos a ese partido no se ha movido del 13 %

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La gestión de los recientes atentados ha ofrecido al presidente francés, François Hollande, un inesperado estado de gracia que le ha sacado del pozo de impopularidad en que vivía, aunque el cambio de tendencia se augura frágil a la vista de las perspectivas económicas y de la agenda política.

Según el sondeo del instituto demoscópico Ifop publicado hoy, la popularidad de Hollande ha aumentado 21 puntos porcentuales en un mes, una cifra sin precedentes, y se sitúa en el 40 %, al nivel al que estaba a finales de 2012, lejos ya del suelo al que no había caído ningún otro jefe de Estado de la V República.

Esta encuesta confirma y acrecienta una tendencia que ya había detectado la casa BVA, que hace un par de días había anunciado un incremento de diez puntos en una semana, al 34 %, del nivel de aprobación de la acción del presidente socialista por los franceses.

Ifop recordó que el único momento en que durante su mandato iniciado en mayo de 2012 Hollande había conseguido invertir de forma evidente el creciente desamor de los electores fue con la intervención en Mali en febrero de 2013 con el objetivo de evitar que ese país cayera en manos de Al Qaeda en el Magreb Islámico (Aqmi).

El tirón actual, directamente vinculado a la crisis terrorista que ha vivido el país en las últimas dos semanas, también ha beneficiado al primer ministro, Manuel Valls, cuya fuerte presencia mediática en los últimos días con mensajes de firmeza se ha traducido en una escalada de su popularidad de 17 puntos, hasta el 61 %.

Neutralizados en dos días

Los analistas del instituto de sondeos destacaron que ha pesado el hecho de que los tres terroristas autores de los atentados pudieran ser neutralizados sólo dos días después del primer ataque, al ser abatidos por las fuerzas del orden el pasado día 9 de enero.

En un contexto político excepcional marcado por los discursos de unidad nacional, las dos cabezas del Ejecutivo han recibido elogios de todo el arco político, desde las formaciones a la izquierda del Partido Socialista a la oposición conservadora.

Incluso la presidenta del ultraderechista Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, a regañadientes se vio obligada a reconocer el pasado viernes que el presidente había estado «a la altura de las circunstancias».

Le Pen inmediatamente se esforzó en señalar que en realidad esa buena imagen se debía sólo a la posición institucional de Hollande que «no ha hecho nada, no ha tomado decisiones», y que a su juicio lo que los franceses esperan ahora es que tome «medidas fuertes» para replicar a un fundamentalismo islámico cada vez más presente.

El FN no se mueve

El director de opinión pública de Ifop, Jérôme Fourquet, hizo notar que, al menos de momento, el FN no parece haber sacado partido de los atentados, ya que el porcentaje de los que se declaran próximos a ese partido no se ha movido del 13 %.

Pero en una entrevista a «Libération», Fourquet añadió que el clima de unión nacional que ha prevalecido en los últimos días no podrá perdurar, sobre todo cuando se trate de volver a discutir de política económica, y además destacó que la unanimidad de la población no ha sido tanta como podría parecer a primera vista.

Así, las históricas manifestaciones de repulsa de los atentados no consiguieron movilizar a buena parte de los musulmanes franceses y no fueron tan masivas en las regiones en las que el FN es más fuerte: la zona mediterránea y áreas deprimidas del norte.

La agenda política va a obligar al Gobierno a concretar desde el Consejo de Ministros de este miércoles su acción antiterrorista, y eso dará lugar a debates entre quienes en la izquierda quieren proteger las libertades individuales y los que más a la derecha consideran que la seguridad exige más severidad contra los criminales.

El diputado de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP) Eric Ciotti se quejó hoy de que el Ejecutivo no ha ofrecido «una respuesta a lo que ocurre en prisión», donde algunos delincuentes comunes basculan hacia el yihadismo y tampoco en otras cuestiones judiciales.

Ciotti señalaba así a la que aparece en el gabinete de Hollande como el eslabón más debilitado con el nuevo paisaje dibujado por los atentados, la ministra de Justicia, Christiane Taubira, marcadamente izquierdista y símbolo del matrimonio homosexual que tanta reacción generó en la derecha.

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