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Indira Gandhi, treinta años del asesinato de la mujer cuyo nombre era sinónimo de India

El actual gobierno deja en la sombra la efeméride y se centra en conmemorar el 139 cumpleaños de uno de los fundadores del país, Vallabhbhai Patel

Indira Gandhi, treinta años del asesinato de la mujer cuyo nombre era sinónimo de India ABC

ABC.es, EFE

La India conmemora este viernes el 30 aniversario de la muerte de Indira Gandhi entre la pasividad del Gobierno del BJP y la indignación y la amargura de los seguidores de la exprimera ministra, que no respaldan la decisión del Ejecutivo de Narendra Modi de dedicar la fecha a Vallabhbhai Patel, uno de los padres de la India postcolonial, nacido hace 139 años.

Si en el verano de 1965 Indira hubiese llevado a cabo sus planes de mudarse a Londres, hoy la India sería un país diferente. Permaneció en su nación y un año más tarde se convertía en primera ministra. No está claro si para bien o para mal. Ahora, en el aniversario de su asesinato a manos de sus guardaespaldas sijs, el recuerdo de la hija de Jawaharla Nehru, el padre de la nación, despierta sentimientos encontrados.

Hasta ahora la independencia de la India ha estado vinculada a líderes políticos como Nehru, del partido del Congreso y primer dirigente del país, algo que Modi quiere finiquitar con el ensalzamiento de Patel, cuya ideología se acerca más al nacionalismo hindú.

«Todo nuevo Gobierno» celebró el aniversario de la muerte de Indira Gandhi, pero el actual Ejecutivo, que llegó al poder en mayo, ha decidido que sólo recordará las fechas relacionadas con Mahatma Gandhi y Patel, explica a Efe con decepción una portavoz del Partido del Congreso, Shobha Oza.

El Gobierno del nacionalista hindú Narendra Modi ha declarado el 31 de octubre como «Rashtriya Ekta Diwas» o «Día de la Unidad Nacional», que celebrará con un tributo floral a Patel y una carrera popular en Nueva Delhi, según anunció en su página web.

Homenaje independiente

«Deberían celebrar a todos los grandes líderes. Indira Gandhi fue asesinada mientras era primera ministra, cuando ocupaba su cargo», denuncia Oza. Por ello, el Partido del Congreso llevará a cabo este viernes, como cada 31 de octubre, un acto central en el memorial delhí dedicado a la «madre» de la India. En él, los miembros de la familia Gandhi, junto a «todos los altos cargos del Partido del Congreso» y trabajadores del grupo cantarán himnos y realizarán plegarias, eso sí, de tipo «secular», en consonancia con la ideología de la organización.

También para el Congreso, el 31 de octubre será un día para ensalzar la «unidad e integración nacional», por eso «en algunos lugares» del país desarrollarán programas destinados a condecorar el trabajo de personas que lucharon por este fin. «Sólo si celebramos los aniversarios de nuestro líderes y damos conferencias sobre ellos serán recordados por la presente generación. Si dejamos de hacerlo, olvidaremos nuestro legado», sentenció Oza.

Con su énfasis en el cumpleaños de Patel, el BJP pretende aprovechar la falta de atención que el Congreso dio a este gran líder tras su muerte para lanzar un «mensaje político», asegura a Efe el analista Nilangan Mukhopadhyay. «Vuestros iconos no son suficientes, estos son los míos», es el mensaje que se esconde tras los actos del BJP, de acuerdo con Mukhopadhyay.

Muchos consideran a Indira la mejor primera ministra de la historia del país. La victoria militar sobre Pakistán en 1971, que condujo a la independencia de Bangladesh, y las primeras pruebas nucleares tres años más tarde se cuentan entre sus mayores logros. Sin embargo, el represivo estado de excepción que estableció en 1975, motivado por una investigación por irregularidades electorales que amenazaba con alejarla de la política, supone uno de los periodos más negros de la India desde su independencia.

Indira llevó aún más lejos las políticas socialistas iniciadas por su padre. Incrementó los controles a la economía y nacionalizó la banca -citado como una de las causas por las que los bancos indios han capeado la crisis financiera. Además, se alineó con la URSS.

Indira llevó aún más lejos las políticas socialistas iniciadas por su padre

La sangrienta toma del Templo de Amritsar, donde se atrincheraron rebeldes sijs que pedían un estado propio, le costó la vida y la convirtió en un mártir. Su muerte desencadenó un pogromo que costó la vida a 3.000 sijs por el que todavía se pide justicia.

Heroína para unos y dictadora para otros, Indira no deja a nadie indiferente en el subcontinente. De ella se decía «India es Indira e Indira es India».

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