La Ginjinha de Lisboa

Pero igual de popular que el propio licor es uno de los establecimientos donde se puede consumir. La Ginjinha del Largo de San Domingos, en Lisboa (por detrás de la Plaza del Rossío) es un minúsculo bar donde la ginja es la especialidad de la casa. Con los años se ha convertido en punto de encuentro de lisboetas y turistas, de jóvenes y mayores. Los turistas no se quieren perder esta tradición de la ciudad que visitan y lo primero que hacen, antes de ir a cenar, es pasarse por el céntrico local y beber un vasito. El precio, poco más de un euro, ayuda a que sea una bebida tan popular. Para muchos lisboetas, por su parte, este bar es un punto de encuentro, de esperar a los amigos que llegan tarde, tomándose un vasito de licor. E incluso los que trasnochan, si el cuerpo aguanta, se van a primera hora de la mañana a tomarse una ginjinha.

Este local es propiedad de un gallego, Espinheira, y fue el primer establecimiento en Lisboa (1840) que comercializó en la capital lusa esta bebida y gracias a él se convirtió en un clásico de Lisboa. Cuenta la historia que Espinheira, siguiendo el consejo de un fraile de la iglesia de San Antonio, hizo la prueba de dejar fermentar las guindas dentro del aguardiente, juntando azúcar, agua y canela. Y logró un éxito inmediato, tanto por su sabor dulce como por su bajo precio. De esta forma consiguió que la ginjinha se convirtiese en la bebida típica de Lisboa.