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Dos turistas españoles pagan 16 euros por dos capuchinos en Roma

«Nuestro turismo vive de las rentas, pero éstas poco a poco se consumen», según el diario «La Repubblica»

Dos turistas españoles pagan 16 euros por dos capuchinos en Roma abc

ángel gómez fuentes

Se suele decir que uno de los deportes españoles es la envidia y hablar mal de nosotros mismos. Por eso es bueno conocer cómo se nos ve y qué es lo que perciben los turistas que nos visitan. Con el título «Qué bella es España, donde todo funciona. ¿Por qué no es así en Italia?», el diario «La Repubblica», en su revista «Il Venerdi», publicaba una carta firmada por Fabrizio Vadacca, quien exponía sus impresiones de las vacaciones pasadas en España con su compañera.

«Con llegada y salida de Madrid, hemos alquilado un coche (340 euros para 17 días; por el mismo periodo en Sicilia habríamos pagado 650 euros). Hemos recorrido 2.400 kilómetros, la mayor parte en autovías, pagando unos 26 euros en total por peajes. Las carreteras que he recorrido dentro y fuera de las ciudades estaban todas en óptimas condiciones. Las playas que he visitado (Santander, La Coruña y Vigo) son enormes y dotadas de duchas y vigilancia de socorristas pagados por el ayuntamiento», se lee en la carta. Tras comparar algunos precios de transporte y de las playas, siempre más favorables en España, concluye: «No soy un anciano intolerante, sino un hombre que aún no ha cumplido los cuarenta poco inclinado a lamentarme. Pero la corrupción, los corporativismos, la mala educación y la falta de sentido del bien común han hecho este país inhabitable».

El turismo italiano vive de las rentas

Al lector, le responde el periodista y escritor Michele Serra, una de las firmas prestigiosas de «La Repubblica»: «Nuestro turismo vive de las rentas, pero éstas poco a poco se consumen. Y los precios altos, sobre todo si éstos no corresponden a servicios excelentes, ahuyentan. No dudo que haya encontrado en España condiciones más convenientes: es un periodo histórico en el que la comparación con otros países europeos es, para nosotros, despiadada. Quizás nuestro problema es que razonamos como si fuéramos un pueblo de sólidas riquezas y de consolidada civilización: pero no es así; riqueza y civilización se conquistas día a día, así como día a día se pueden deteriorar. La manutención de todo (de las playas, de los hoteles, de las carreteras, de las ciudades de arte, en fin, de nosotros mismos) es nuestro clamoroso punto débil».

Capuchino a 8 euros

Es normal leer en la prensa o escuchar en la calle quejas de los italianos por la crisis económica, la corrupción y los altos impuestos que pagan sin recibir a cambio dignos servicios. Serían interminables los casos y las referencias que se podrían hacer. Pero al menos cabe traer a colación un caso que no es aislado, que han sufrido dos españoles en Roma: «Capuchino a 8 euros. Cuenta desorbitada a dos turistas españoles en el bar frente a los Museos Vaticanos». Este era el titular a cuatro columnas que el pasado 15 de septiembre publicaba el « Corriere della Sera ». El diario publica la foto con el recibo de 22 euros que pagaron Fran y Pilar en el «Caffé Vaticano» por esta consumición: Una botella de agua de medio litro, 4 euros; dos capuchinos, 16 euros; servicio, 2 euros; total 22 euros. Fran y pilar contaron al Corriere que se sentaron en una mesa, donde los precios no eran expuestos. Cuando el camarero les preguntó si los capuchinos los querían grandes o pequeños, pidieron los grandes. La diferencia es muy pequeña: la taza es algo más grande, pero se pasa de 5 euros el pequeño, a 8 euros el grande. Numerosas protestas de otros clientes sobre el «Caffé Vaticano» aparecen en la web de Tripadvisor, especializada en comentarios de clientes sobre estructuras turísticas: «Precios de locura», «robo garantizado», «ladrones», son algunas de las opiniones de clientes. No es un caso aislado. Son abundantes las denuncias por abusos en los precios.

No es bueno generalizar. Pero seguramente en el extranjero se tiene más estima de España de la que muestran muchos españoles. De la misma forma, Italia , que es un gran país con enormes potencialidades, el degrado y corrupción que advierten también los extranjeros termina por influir en su imagen y en su propio desarrollo económico.

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