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Pyongyang, visto como si fuera Nueva York

Con fines propagandísticos, una espectacular grabación en «time-lapse» muestra la mejor cara de la capital de Corea del Norte para promocionar el turismo

Pyongyang, visto como si fuera Nueva York efe

PABLO M. DÍEZ

Anclado en su anacrónico régimen estalinista desde los tiempos de la Guerra Fría, Corea del Norte es el país más hermético y aislado del mundo . Pero eso no significa que nadie pueda visitarlo. Como si viajaran a la Unión Soviética de Stalin o a la China de Mao, cada año entran en el «Reino Eremita» entre 4.000 y 6.000 turistas occidentales, a los que hay que sumar varios miles más de chinos.

Enter Pyongyang from JT Singh on Vimeo .

Para impulsar el turismo y captar sus divisas, el régimen de Kim Jong-un ha permitido la grabación de un espectacular vídeo promocional sobre la capital, Pyongyang. Mezclando la técnica del «time-lapse» con la animación digital, el cámara Rob Whitworth y el productor JT Singh, pionero en promoción urbana, han filmado un vertiginoso recorrido de tres minutos por esta gris ciudad plagada de colosales monumentos políticos y tristes bloques de estilo soviético, convertida por obra y gracia de su talento visual en una vibrante urbe de vivos colores y amplias zonas verdes.

Por supuesto, lo que muestran en su vídeo no es la «ciudad de sombras» que es Pyongyang , por donde sus habitantes caminan con el rostro serio y ataviados con austeros trajes oscuros solo adornados por el «pin» del fundador de la patria, Kim Il-sung y del «Querido Líder» Kim Jong-il, abuelo y padre del actual dictador, el joven Kim Jong-un. Con frenéticos movimientos de cámara y el paso acelerado de los habitantes de Pyongyang, muy apropiado para no destacar a ningún individuo entre la masa, el vídeo enseña la mejor cara de una urbe con rascacielos iluminados – cuando sus calles suelen estar a oscuras por falta de electricidad –, bibliotecas con ordenadores – cuando no hay acceso libre a internet – y niños patinando, que son los únicos que sonríen en toda la grabación.

«Este vídeo es la más significativa contribución multimedia para superar los clichés sobre Corea del Norte como una sociedad definida por su reclusión y miseria. Viajar allí es ser testigo de una civilización orgullosa, aunque atrapada en el tiempo en la Guerra Fría», asegura JT Singh en la presentación del vídeo en Vimeo. No faltan, por tanto, lugares propagandísticos como la Plaza Kim Il-sung, la Torre Juche, el Monumento al Partido de los Trabajadores y el metro, pero no aparece ni un solo restaurante, ni una tienda, ni un mercado ni, mucho menos, una casa particular.

Espacios todos ellos vetados por las restricciones que impone este régimen, uno de los más represivos del planeta. Tal y como explica Singh, «estuvimos asistidos de cerca por dos guías de la Administración Nacional de Turismo, que nos ayudaron a obtener acceso especial a las localizaciones y se aseguraron de que seguíamos todas las normas. Como es habitual para todos los visitantes extranjeros, no se nos permitió grabar ninguna obra, ni lugares poco desarrollados ni personal militar. Aparte de eso, se nos dio relativa libertad».

A su juicio, «el vídeo «Entre en Pyongyang» captura la realidad de los ciudadanos norcoreanos como sinceros y humanos, no autómatas», pero no explica que solo los más afines al régimen pueden residir en la capital. Aunque sí matiza que «la gente que vive en Pyongyang y otras grandes ciudades disfruta de una mayor calidad de vida que aquéllos en otras partes del país», el vídeo no muestra nada más allá del recorrido turístico habitual por Pyongyang. El motivo es muy sencillo: un simple paseo por las afueras de la ciudad les habría estropeado tan bonitas tomas con humildes campesinos cargando a sus espaldas fardos de leña para calentarse con hogueras por falta de calefacción.

En la grabación ha colaborado la agencia de viajes Koryo Tours, que opera desde hace ya varios años en Pekín, se ha especializado en organizar recorridos turísticos por Corea del Norte y también ha producido varios documentales bastante condescendientes con el régimen, como «State of mind» (sobre los Juegos de Gimnasia Masiva Arirang) o «Crossing the line» (acerca de unos soldados estadounidenses que cruzaron el Paralelo 38 y desertaron). «El vídeo «Entre en Pyongyang» es una película basada en la observación. Ni Koryo Tours ni nosotros hemos pretendido en modo alguno apoyar al Gobierno de la República Democrática Popular de Corea o su filosofía con el fin de obtener permiso para la grabación», se defiende Singh, quien añade que «sorprendentemente, se nos dio completo control editorial en la elaboración de esta pieza». Seguramente, algo distinto habría ocurrido si no hubiera mostrado tan solo el decorado que le ponía la propaganda.

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