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La población de Gaza sufre uno de los más duros castigos de su historia

Los ataques de Israel sobre la Franja palestina provocan la muerte de más de cien personas, la mayoría civiles

La población de Gaza sufre uno de los más duros castigos de su historia

mikel ayestaran

Abu Ata camina entre los escombros de lo que era su casa. Como muchas otras personas de Gaza recibió una llamada de la seguridad israelí urgiéndole a evacuar el inmueble porque iba a ser atacado. Cinco minutos después un misil acabó con el edificio. “Es un castigo colectivo, un castigo colectivo, pero no lograrán que bajemos los brazos”, repite en voz alta este padre de familia de 56 años. “Sus hijos son milicianos del brazo armado de Yihad Islámica”, susurra al oído del extranjero uno de los vecinos de este barrio en el que los efectos del ataque han causado también graves daños en la escuela de la Unrwa (agencia de la ONU para los refugiados), situada al lado de la casa. Su nombre figuraba en la lista de objetivos de Israel, que en las últimas horas ha iniciado el ataque selectivo a los hogares de milicianos, pero por cinco minutos no está en la otra lista de los muertos que elaboran las autoridades sanitarias con el recuento diario de víctimas. Hoy viernes ya han superado el centenar. Hay también ya más de medio millar de heridos.

En las primeras 72 horas de la operación “Margen protector”, el Ejército israelí ha empleado 800 toneladas de explosivos para alcanzar 750 objetivos a lo largo de la franja, más que en los ocho días de contienda de 2012 durante la operación ‘Pilar defensivo”, según informaron fuentes militares del Estado israelí. “Afrontamos una situación más complicada que hace dos años porque entonces los israelíes atacaron de forma progresiva, primero asesinaron a Ahmed Al Jabary (líder del brazo militar de Hamás) y después empezaron la ofensiva contra la capacidad balística de las milicias”, opina el doctor Ashraf Al Kedra, que lleva ocho años en el hospital Al Shifa de Gaza, centro de referencia al que llegan todos los heridos. Al Kedra alerta de la grave situación que vive el hospital debido a “un bloqueo total que empezó tras el secuestro de los tres colonos a las afueras de Hebrón a mediados de junio, desde entonces no podemos apenas obtener medicamentos y si esto sigue a este ritmo en dos días tendremos problemas serios”.

Desde la franja, Yihad Islámica y Hamás también están superando los números de 2012 respecto al lanzamiento de cohetes. Las milicias palestinas han logrado alcanzar Haifa, a una distancia de 130 kilómetros, y las sirenas de alarma también han sonado en las últimas horas en Tel Aviv y Jerusalén. La gran mayoría de los proyectiles o han sido anulados por el sistema de "Cúpula de acero" israelí o han impactado en zonas no pobladas, por lo que hasta el momento no han causado víctimas. Uno de los objetivos novedosos es Dimona, la central nuclear situada en el desierto del Negev, diana de dos cohetes que no llegaron a impactar.

Sin tregua a la vista

Israel dice que su operación es una respuesta a los cohetes palestinos, y el portavoz de Hamás, Fauzi Bargum, emplea la misma fórmula, pero a la inversa. Para el dirigente islamista “nos limitamos a responder a sus ataques, estos cohetes son una reacción de defensa de la resistencia palestina frente a la ocupación”. Como cada vez que el Estado de Israel inicia una operación a gran escala, los cabecillas del grupo islamista desaparecen bajo tierra y el único sitio donde se dejan ver es a las puertas del hospital Shifa, donde la prensa espera cada día la llegada de heridos.

Bargum habla con seguridad y repite la palabra “resistencia” en cada respuesta. El portavoz de la franquicia de los Hermanos Musulmanes en Gaza niega cualquier tipo de contacto con Israel para alcanzar un alto el fuego y piensa que “ellos han empezado y ellos deben parar”, pero recuerda que “en 2006, en Líbano, la guerra duró 33 días, en 2000 la ‘Operación plomo fundido’ fue de 22 días, en 2012, la ‘Pilar defensivo’ de ocho; van perdiendo fuerza así que la victoria está próxima”.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, también descartó la posibilidad de un acuerdo con el movimiento islamista. "Ahora mismo no estoy hablando con nadie sobre un alto al fuego. No está ni siquiera en la agenda", afirmó Netanyahu durante la reunión del Comité de Defensa y Asuntos Exteriores del Parlamento israelí al ser preguntado por varios parlamentarios sobre el tema, según recogió la edición digital del diario "Haaretz".

Egipto, al margen

El tímido amago inicial de Egipto de mediar en la crisis no fructificó. El país vecino ha cambiado de política respecto a Gaza desde el golpe militar del general Abdul Fatah Al Sisi y el paso de Rafah permaneció cerrado hasta que ayer aceptaron abrirlo de forma temporal para la evacuación de heridos. Fuentes médicas consultadas señalaron que “solo cuatro pacientes” fueron derivados a hospitales de otro lado de la frontera.

Tras una jornada marcada por los bombardeos y la salida intermitente de cohetes a la hora del eftar, comida que rompe el ayuno del ramadán, el silencio se apoderó de la franja durante una especie de mini tregua. Pero fue solo un espejismo ya que pocos minutos después las explosiones volvieron a hacer retumbar Gaza.

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