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Alerta en el Reino Unido por la islamización en algunas escuelas

Las autoridades educativas harán inspecciones por sorpresa en Birmingham, donde varias escuelas están bajo sospecha

Alerta en el Reino Unido por la islamización en algunas escuelas ap

ana mellado

El departamento de Educación de Reino Unido (Ofsted) realizará regularmente inspecciones sorpresa en las escuelas de Birmingham, ante la sospecha de que extremistas islámicos están tratando de infiltrarse en las aulas para imponer una versión radical del Islam y adoctrinar a los alumnos. «La cultura del miedo y la intimidación se está apoderando de los colegios. Algunos docentes están siendo marginados o desplazados de sus trabajos y hay pruebas de que ha habido una campaña organizada para penetrar en ciertas escuelas», aseguró Michael Wilshaw, responsable de la inspección de los centros educativos.

De las 21 escuelas que ya han sido investigadas, cinco se hallan bajo «medidas especiales», lo que significa que, si no introducen mejoras, se puede cambiar el equipo de dirección o incluso cerrar el centro.

El primer ministro, David Cameron, presidió ayer en su despacho de Downing Street un grupo de trabajo sobre extremismo, creado tras el asesinato del soldado Lee Rigby, con el que trata de evitar que los prejuicios islamistas más radicales recalen en la sociedad británica. «Proteger a nuestros niños es uno de los primeros deberes del Gobierno y es por ello que la cuestión de un supuesto extremismo islámico en escuelas de Birmingham exige una respuesta rotunda», declaró el primer ministro.

Las alarmas se desataron el año pasado después de que el ayuntamiento de Birmingham recibiera una carta anónima donde se describía un plan salafista radical para infiltrarse en los colegios. Posteriormente, en algunos centros, los miembros del Consejo de Gobernación, formado por empleados y padres, declararon que algunos docentes «ejercían demasiada influencia» y no promovían la tolerancia.

Insultos a la mujer

En Park View School, los niños fueron segregados de las niñas en algunas clases, mientras que en el centro Oldknow supuestamente se enseña a los alumnos de seis años que las mujeres musulmanas viven en la moralidad mientras que las no musulmanas son «prostitutas». Este centro, de mayoría musulmana situado en el este de Birmingham, ha recibido un informe especialmente preocupante, en el que se revela que durante la celebración de una reciente fiesta de la escuela la tómbola y las rifas quedaron prohibidas por ser consideradas «no islámicas». Además, el director utilizó el presupuesto del centro para subvencionar un viaje a Arabia Saudí para el personal y el alumnado que profesa el islam. La presión sobre este centro forzó a su director, Bhupinder Kondal, a abandonar la dirección de la escuela. Lo mismo ocurrió en otros cinco colegios.

Polémicas pesquisas

Las pesquisas del Ofsted no están exentas de polémica. La dirección de los centros investigados considera que se está socavando la cohesión y la integración de los alumnos de la escuela, desatando un alarmismo desorbitado entre los padres de los niños. «La actuación del Ofsted está poniendo a los niños musulmanes de estas comunidades en riesgo de no ser aceptados como miembros iguales, legítimos y valiosos de la sociedad británica», afirmó David Hughes, vicepresidente de Park View Trust, responsable de tres de los centros suspendidos. Hughes ha anunciado que emprenderá medidas legales contra los inspectores de educación, a quienes acusa de haberles «acusado sin pruebas».

La posibilidad de que los musulmanes radicales se estén apoderando de los órganos de control de los centros educativos de Birmingham, la segunda ciudad británica, también ha desatado una auténtica tormenta política dentro del Gobierno. Los departamentos de Interior y Educación han protagonizado en las últimas semanas un continuo rifirrafe sobre a quién compete tomar medidas. Mientras que el Ministerio de Educación de Michael Gove acusó a Interior de no hacer lo suficiente por atajar el extremismo, Theresa May escribió a su colega para preguntarle si, como se cree, su ministerio recibió información sobre la supuesta trama en Birmingham ya en 2010 y no actuó al respecto.

El enfrentamiento pone de manifiesto la brecha que existe dentro de las filas conservadoras, protagonizando un inusual desencuentro entre sí, y no con los liberal-demócratas con los que comparten Gobierno.

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