Una sudanesa puede ser condenada a muerte por convertirse al cristianismo
La mujer se convirtió para casarse con su marido, que profesa esta religión. Tiene de plazo hasta mañana para retractarse
Una doctora sudanesa afronta la pena de muerte en caso de que no desista de su conversión del islam al cristianismo, después de que un tribunal la condenara por apostasía y adulterio y le diera un plazo de tres días para arrepentirse, informó a Efe su abogado.
Mariam Ishaq, de 27 años, fue condenada el pasado domingo por un tribunal de Jartum a dicha pena y la emplazó hasta mañana jueves para retractarse de su conversión religiosa, informó a Efe uno de sus abogados, Ahmed Abdalá, que añadió que en caso contrario será condenada a la pena capital ese mismo día.
Asimismo, dijo que la justicia sudanesa no puede aplicar la pena de muerte -en caso de que se dicte- contra Ishaq al estar embarazada de nueve meses. El equipo de la defensa se reunió con representantes de la Unión Europea en Jartum, que difundió un comunicado en el que advirtió de que esa sentencia tendría efectos negativos para los principios de la tolerancia religiosa y los derechos humanos. «La libertad de credo es uno de los derechos humanos internacionales que debe estar protegido en todo lugar y para todos. Sudán debe cumplir con la defensa y fortalecimiento de la libertad religiosa», destacó la nota.
Asimismo, las embajadas de EEUU, Reino Unido, Canadá y Holanda en Jartum han expresado su profunda preocupación por la condena de apostasía. Por ello, enviaron un comunicado mixto al Gobierno sudanés, al que instaron que respete la libertad de cambio de religión, ya que es uno de los derechos humanos a nivel internacional, y que también está estipulado en la Constitución sudanesa. Se espera que el Tribunal Penal Al Hash Yusef, del este de Jartum, presidido por el juez Abas al Jalifa, dicte su fallo definitivo mañana. Durante la sesión del domingo pasado, Ishaq negó su vinculación con su familia y anunció su conversión al cristianismo.
La doctora, que cambió su nombre de Abrar por el de Mariam, es hija de un hombre de la región de Darfur, en el oeste de Sudán, y de una mujer de la vecina Etiopía. La corte absolvió a su esposo cristiano del cargo de adulterio por falta de pruebas y argumentó su absolución en que él contrajo matrimonio con ella cuando ya había cambiado su religión, por lo que el casamiento es correcto. Sin embargo, consideró que la relación marital de la acusada es nula, por lo que afronta la acusación de adulterio, según la ley sudanesa.
Una decisión muy audaz
Según la Sharía, el código penal religioso musulmán que inspira a regímenes fundamentalistas como el de Sudán, la apostasía está penada con la muerte. La norma no suele aplicarse en la práctica -por temor a las consecuencias internacionales-, pero actúa como elemento disuasor en la población musulmana. Las conversiones al cristianismo dentro del mundo del islam, de las que se desconocen estadísticas, son siempre secretas, a menos que el converso decida huir a Occidente y romper por completo con sus raíces familiares.
Una decisión judicial radical contra Mariam Ishaq es improbable por el temor del Gobierno de Jartum a ahondar su aislamiento respecto a Occidente. Las autoridades sudanesas llevan meses intentando rehacer sus relaciones con Europa y EE.UU. tras la división del país y la creación del cristiano Sudán del Sur.
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