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Ucrania

Vuelven a Ucrania los misteriosos uniformados anónimos

Como ocurrió en Crimea, paramilitares encapuchados hacen presencia en el este de la nación, en zonas prorrusas

Vuelven a Ucrania los misteriosos uniformados anónimos EFE

ABC

Como en Crimea, también en el este prorruso de Ucrania han aparecido unos misteriosos paramilitares encapuchados, vestidos con un simulacro de uniforme castrense y armados con kalashnikov. A diferencia de Crimea , sin embargo, estos paramilitares no son tan disciplinados, ni impasibles, ni ordenados. Eso sí, la toma de las comisarías en varias pequeñas ciudades del este ha sido muy distinta del asalto de edificios oficiales en Donetsk o Járkov. En estas dos grandes ciudades, los asaltantes eran civiles, aunque de inmediato también aparecieron hombres armados, y varios de ellos encapuchados. Su acción fue tumultuosa y desordenada. En cambio, en la reciente toma de comisarías han aparecido individuos dando órdenes a otros, aunque tampoco de forma muy disciplinada. El asalto ha sido militar y, cuando han aparecido las fuerzas del orden ucranianas, no han dudado en disparar.

Pleno control

Además, estos militares no se han conformado con izar la bandera rusa, como hicieron los asaltantes de los edificios gubernamentales de Donetsk o Járkov. Han instalado controles de carretera, con una fuerte presencia de individuos armados. Y han actuado con la clara voluntad de no limitarse a asaltar comisarías, sino de establecer un pleno control de las ciudades en las que actúan. A veces con un trato algo más que rudo con quienes sospechen que les puedan causar el menor problema.

En otros conflictos con repúblicas exsoviéticas como Georgia o Moldavia, las autoridades rusas protegieron a unas autodenominadas «fuerzas de autodefensa», que terminaron convirtiéndose en verdaderas unidades militares que, en el caso de Abjasia y Osetia del Sur, contaron con instrucción militar del Ejército ruso. En Transnistria (región secesionista de Moldavia) también se convirtieron en unidades armadas, pero a última hora fue el Ejército ruso el que impuso su «orden» como «fuerza de intermediación» que finalmente escindió la región de la república moldava.

Colaboración local

En algunos casos, las autoridades locales colaboran plenamente con los uniformados. Tal fue, por ejemplo, el caso de la alcaldesa de Slaviansk que les ha prestado todo su apoyo y que ha declarado que la ciudad está con ellos. Pero la población del este de Ucrania tampoco se siente entusiasta con la presencia de paramilitares por más que se declare prorrusa y que no tenga ninguna simpatía por las nuevas autoridades de Kiev. Hasta ahora no se han visto las muestras de fervor popular hacia los misteriosos uniformados que se presenciaron en Crimea.

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, ha mostrado su alarma ante lo que considera un desarrollo de la situación similar al de Crimea. La diferencia está en que, en este caso, las autoridades ucranianas no se han cruzado de brazos ni están dispuestas a aceptar resignadamente la división del país.

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha advertido por otro lado de que no tolerará que se ponga en peligro la vida de la población rusa (o prorrusa) en Ucrania. Así que los combates que ya han comenzado en el este de Ucrania podrían darle la coartada para una intervención. Aunque el Kremlin niega que tenga esa intención, e insiste en que la solución pasa por la «federalización» de Ucrania. En todo caso, el Kremlin sí parece que está tomando posiciones de cara a la negociación con la UE y EE.UU. prevista para esta semana

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