Hazte premium Hazte premium

Reino Unido

La ministra británica de Cultura, Maria Miller, dimite por un escándalo de gastos

Miller sufría fuertes presiones al revelarse que durante años reclamó gastos excesivos en concepto de vivienda, por los que devolverá 6.990 euros

La ministra británica de Cultura, Maria Miller, dimite por un escándalo de gastos afp

Borja Bergareche

La ministra de Cultura, Medios de Comunicación y Deporte británica, Maria Miller, ha presentado su dimisión este miércoles como miembro del Gobierno que preside David Cameron después de que el comité que fiscaliza los gastos personales de los diputados le exigiera la devolución de 5.800 libras (6.990 euros) ingresadas como dietas parlamentarias de forma irregular, según su veredicto. En su carta de renuncia al primer ministro, Miller explica que «esta situación se ha convertido en una distracción del trabajo vital que realiza este gobierno para darle la vuelta a este país».

La dimisión de la veterana conservadora llega al final de un largo escándalo que se había hecho invivible para el Ejecutivo a medida que cada vez más diputados «tories» se sumaban a la petición, lanzada en su día por un parlamentario de la oposición, de que Miller abandonara el cargo. En las filas conservadoras, crecía la necesidad de alejar al partido de la polémica y aclarar el horizonte con vistas a las elecciones europeas del mes que viene. Cameron ha intentado hasta el final defender a una de las cuatro únicas mujeres que forman parte de su gabinete. «Dejémoslo aquí», pidió el viernes.

Pero la supervivencia política de la ministra de Cultura se había ido complicando desde que una investigación preliminar del Parlamento sobre los gastos de la ministra, iniciada en diciembre de 2012, determinó que Miller había ingresado 45.000 libras (54.000 euros) de más en concepto de dietas parlamentarias. Los ministros británicos deben ser a la vez miembros del parlamento y, como tales, tienen derecho a que se les reembolsen una serie de gastos relacionados con sus actividades como diputados y con los desplazamientos que exige la representación de su circunscripción electoral.

Tras una información en el «Daily Telegraph», la autoridad parlamentaria encargada de fiscalizar esos gastos concluyó que Miller había reclamado en exceso en concepto de gastos de hipoteca y de impuestos municipales para una vivienda en el sur de Londres que, en realidad, ocupaban sus padres, además de su marido e hijos. La decisión le absolvía de la acusación más grave lanzada por el diputado laborista John Mann, que denunció como irregular la presencia de sus progenitores en la vivienda en Wimbledon declarada por Miller como «segunda residencia», aquella que los diputados elegidos en distritos fuera de la capital necesitan para participar en los debates en la Cámara de los Comunes.

La defensa de David Cameron

En su carta de aceptación, Cameron se lamenta de que esta absolución «se ha perdido de vista en la mayoría de los comentarios estos días». Aún así, la ministra y diputada debía devolver 45.000 libras, una cantidad que fue posteriormente reducida a 5.800 (unos 6.990 euros) por el Comité de Prácticas de la Cámara de los Comunes. Este órgano fue creado a raíz del escándalo de fraude masivo en las dietas desvelado también por el Telegraph en 2010. Y está compuesto por diez diputados y tres personalidades externas, que tienen la última palabra en el control de los gastos parlamentarios.

Este comité, aunque reducía la cantidad a devolver, criticó duramente el comportamiento exhibido por Miller durante la investigación, y acusó a la ya exministra de aportar «información incompleta y fragmentada». La presión política, y los elevados estándares de comportamiento exigibles a los políticos británicos, han provocado que ni Miller ni Cameron puedan capear la tormenta, tal y como esperaban. «Ya era hora», ha declarado este miércoles el laborista Mann. «Hay una diferencia entre lealtad y lealtad ciega», ha dicho, en referencia a la defensa numantina que ha hecho el primer ministro de su colega.

«Estos días hay una noción ausente de la política británica, y esa palabra es honor; yo definiría honor así: si has hecho algo mal como ministro, dimites, y si no dimites, te echan», ha defendido. Mann ha rechazado atribuir la dimisión de Miller a la presión de la prensa, como algunas han interpretado. En calidad de titular de Cultura, la ministra dimitida era responsable del espinoso dossier de la regulación de la prensa, y de aplicar las recomendaciones del juez Leveson tras su investigación sobre el escándalo de las escuchas. Una posición que le situaba en la diana de la gran mayoría de periódicos –el «Daily Telegraph» entre ellos- que rechazan de plano la propuesta del gobierno para crear un nuevo organismo regulador del sector.

La propia Miller reconoce en su carta de dimisión que, «evidentemente, ejecutar las recomendaciones del juez Leveson sobre el futuro de la regulación de los medios será siempre algo controvertido para la prensa».

Cameron ha anunciado que será sustituida por Sajid Javid, hasta ahora alto cargo del ministerio de Finanzas. Javid es una de las estrellas ascendentes dentro del Partido Conservador. Y permite compensar la pérdida de cuota femenina en el gobierno incrementando la cuota multicultural, al ser hijo de un conductor de autobuses de origen paquistaní. Las minorías étnicas y las mujeres son los dos segmentos demográficos con los que más dificultades electorales tienen los «tories». Los analistas británicos dan por hecho que habrá una remodelación más amplia del Ejecutivo en verano, una vez se conozcan los resultados de las elecciones europeas.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación