«No nos iremos del Maidan hasta que veamos cambios reales»

«No nos iremos del Maidan mientras no veamos que lo acordado se plasma en cambios reales», afirma Serguéi, un activista de la Organización Ucraniana Nacionalista (OUN). Según sus palabras, «nos han engañado ya muchas veces anunciando acuerdos que al final no se cumplen».

Aunque Serguéi considera que en lo convenido ayer se debería haber incluido el enjuiciamiento de Yanukóvich y del ministro del Interior, Vitali Zajarchenko, por «todos sus crímenes», estima que lo pactado, si se cumple, es suficiente para cesar la protesta. «Si reducen los poderes del presidente y hay elecciones, no tiene mucho sentido continuar aquí», afirma el militante de OUN. Lleva casco, chaleco antibalas, el rostro cubierto y un enorme machete dentado al cinto. Hace guardia frente al Ayuntamiento, cuyo edificio sigue en poder de la formación ultranacionalista Svoboda (Libertad) .

De aspecto mucho menos belicoso, Yaroslav, de 28 años y trabajador en una empresa de comercio, es de parecida opinión. «Tendremos que estar aquí todavía un tiempo, quizá una semana más, para ver cómo se desarrollan los acontecimientos y comprobar que el poder no nos vuelve a mentir». Para Yaroslav ahora lo importante «no es pensar en la UE, sino en levantar nuestra economía». «Somos un pueblo trabajador, pero vivimos en la pobreza por culpa de una élite que lo acapara todo».

El joven manifestante se queja del ataque que han sufrido en los últimos años las pequeñas y medianas empresas del país a manos «de las grandes corporaciones, en manos de los amigos de Yanukóvich». Piensa también que hay mucho que hacer todavía: «acabar con la corrupción y la arbitrariedad, conseguir que la Justicia no sirva al que más dinero tiene y lograr una verdadera libertad de prensa, en definitiva, democracia».

A unos metros de allí, en la plaza de Europa, Tatiana, una pediatra de 54 años, da también la bienvenida al acuerdo que abre la vía a la resolución de la crisis, pero lo contempla con cautela. «Veremos ahora si no surgen problemas». La doctora colabora con un grupo de voluntarios que se turnan en dos puntos de asistencia médica del Maidan y no cree que con la caída de Yanukóvich vendrá otro presidente parecido. «Ni en la cárcel encuentras a un presidente peor», asegura.

Tatiana espera con el nuevo Ejecutivo propicie una mejora económica, aunque sea a medio plazo, «a ver si logramos ganar sueldos normales porque los que tenemos ahora son de miseria». La médica explica que en Ucrania el sueldo medio es de unas 4.000 grivnas (unos 355 euros) y ella en particular gana 2.200 (195 euros). «Sí, ese es mi salario», insiste, «y un profesor de escuela gana también eso, más o menos».

En relación con la posible firma de un acuerdo de asociación con Bruselas, Tatiana comenta que «nuestros dirigentes aseguran que la UE sólo quiere el mercado potencial que supone Ucrania y enviarnos sus residuos nucleares, pero ellos mandan allí a sus hijos a estudiar y tienen allí sus cuentas bancarias». Pone el ejemplo de Nikolái Azárov , que, tras dimitir del cargo de primer ministro el mes pasado, se ha ido a vivir a Austria con toda su familia. El Consejo Civil del Maidan, centro neurálgico de la protesta, dio ayer su apoyo a lo pactado entre Yanukóvich y la oposición. Las movilizaciones comenzaron a finales de noviembre después de que Yanukóvich se negase a suscribir con la UE un acuerdo de asociación.