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El nacionalismo escocés promete todas las ventajas del modelo nórdico

Los informes elaborados por el gobierno de Salmond de cara al referéndum de 2014 se miran en el espejo de Suecia, Noruega y Finlandia

El nacionalismo escocés promete todas las ventajas del modelo nórdico reuters

borja bergareche

Desde Aberdeen , la tercera ciudad de Escocia, la costa noruega está más cerca que Londres. Una cercanía geográfica al universo nórdico que el nacionalismo escocés intenta convertir a toda costa en afinidad política, social y económica para mejorar el atractivo de su propuesta separatista. ¿A quién no le gustaría tener la educación gratuita de los finlandeses? ¿O la riqueza petrolera de Noruega? ¿Qué mujer no sueña con nueve meses de baja por maternidad con el Estado sufragando el 80% de su sueldo? En un debate desprovisto de las pasiones identitarias que protagonizan a menudo las discusiones en España, el gobierno que preside Alex Salmond necesita introducir elementos que calienten sus planes soberanistas. Y la comparación con los países nórdicos es su mejor baza para trasladar las frías disputas sobre el coste económico y fiscal de la independencia al ámbito de los sueños.

"La posición fiscal de los países más pequeños suele ser más sólida", recuerdan“Pensar que mis hijos y mis nietos podrían tener ese tipo de oportunidades podría decidir mi voto en el referéndum del año que viene”, explica en Glasgow un empleado de una multinacional, tradicional votante laborista, que no descarta un “Sí” a la independencia el 18 de septiembre de 2014. En un informe sobre las “Opciones económicas en una Escocia independiente” [ puedes consultar aquí el original] , presentado este mes por el gobierno de Salmond, el Ejecutivo nacionalista detalla su objetivo de hacer de una Escocia independiente un país próspero y atractivo a imagen y semejanza de otras pequeñas naciones como los tres países nórdicos, Irlanda o Nueva Zelanda.

Credo socialdemócrata de laboristas y nacionalistas

Según sus cifras, el producto interior bruto escocés podría ser hasta un 3,8% mayor que en la actualidad si Escocia, con una población de 5,3 millones de habitantes, hubiera crecido igual que esos países “hermanos” entre 1977 y 2007. “La posición fiscal y otros indicadores macroeconómicos de los países pequeños (con excepción de Irlanda e Islandia, que tienen problemas bien conocidos) suele ser más sólida que la de los grandes países, como el Reino Unido”, defiende el informe presentado el pasado día 19. Lo pequeño es bello, parecen decir.

El modelo social nórdico resuena además on fuerza en Escocia, donde las dos familias políticas mayoritarias, nacionalistas y laboristas, comparten el credo socialdemócrata. El lunes por la noche, víspera del lanzamiento del Libro Blanco, la BBC Escocia emitió un amplio documental en el que exploraba con detalle ese posible espejo nórdico. El documento presentado este martes por Salmond combina la función de hoja de ruta constitucional para la secesión con la de programa electoral de corte social del nacionalismo.

El caramelo son los subsidios por maternidad e hijos, con la promesa de sufragar hasta 30 horas semanales de cuidados -al estilo sueco- a los niños de tres y cuatro años . Además, Salmond promete revisar el retraso de la jubilación a los 67 años, restituir las ayudas a la vivienda suprimidas por el Gobierno de Cameron, reducir en un 5% la factura de la luz, renacionalizar Correos y sacar de Escocia antes de 2020 los submarinos nucleares Trident. La Escocia independiente con la que sueña está orgullosa de su Fuerza de Defensa y es miembro de la OTAN, pero sin armas nucleares. Como Noruega.

Paralelismos ideales

Ayer, durante la presentación del Libro Blanco de la Independencia , Salmond se aferró especialmente al caso sueco. A diferencia de Noruega (población de 4,9 millones), que no está en la Unión Europea, y de Finlandia (5,4 millones), miembro de la zona euro, Suecia (9,5 millones de habitantes) rechazó en referéndum entrar en la Moneda Única. “Son la prueba de que el argumento de la obligatoriedad del euro para todos los países que se adhieren a la UE es falso”, dijo ayer.

Junto al modelo social y al tipo de relaciones con Europa, los autores del Libro Blanco se han mirado especialmente en Noruega para definir el llamado Fondo Escocés de la Energía . Creado a imagen y semejanza del fondo soberano noruego, el mayor del mundo, el equivalente escocés sería el encargado de invertir los ingresos del petróleo del Mar del Norte, el maná monetario que, según el sueño nórdico de Salmond, aseguraría la viabilidad del nuevo país.

El fondo noruego invierte el oro negro fuera del país, y el gobierno de Oslo recibe solo el 4% de los intereses (no del capital, que acumula ya el 2% de los activos financieros del mundo). Sus reservas equivalen a unos 105.000 euros por noruego. En el Libro Blanco, Salmond insiste, eso sí, en que si en Noruega los ingresos por el petróleo constituyen el 30% de la recaudación fiscal, en una Escocia independiente serían el 15% gracias a una mayor diversificación económica y a la fuerte apuesta por las renovables.

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