Hazte premium Hazte premium

Los secesionistas flamencos presentan sus planes para acabar con Bélgica

El independentista Bart De Wever quiere difuminar poco a poco el Estado belga, que solo se quedaría con competencias en Defensa y gestión de la deuda

Los secesionistas flamencos presentan sus planes para acabar con Bélgica efp

enrique serbeto

Los independentistas flamencos han enseñado sus cartas. Por primera vez han puesto sobre la mesa abiertamente una propuesta basada en la idea de que el Estado belga se disuelva entre las competencias crecientes de las regiones y las supranacionales de la Unión Europea. La Nueva Alianza Flamenca (N VA) del alcalde de Amberes, Bart de Wever, ha publicado su programa para las elecciones generales de la primavera próxima, con la apuesta de que los resultados no permitan formar ninguna coalición sin contar con ellos.

Los nacionalistas flamencos han seguido el mismo patrón que los demás movimientos equivalentes en Europa. sin gobierno más de 500 días En la anterior crisis política, que mantuvo al país , obligaron a los partidos flamencos más moderados a asumir la reclamación de una reforma del Estado que diera más poder a las regiones. Las negociaciones fueron un encaje de bolillos en todas direcciones y obligaron a todos los partidos a hacer concesiones en asuntos como las circunscripciones electorales y la aplicación de la Justicia. Apenas aprobada la enésima reforma del Estado bajo la batuta de los nacionalistas , la N VA ha desenvainado otra vez el hacha de guerra y ha presentado sus nuevas exigencias, aunque esta vez no se contentan con medias tintas, sino que exigen que el Estado belga se difumine y que no tenga ni primer ministro ni gobierno formal. Sus competencias se limitarían a la Defensa y a la gestión de la deuda y aún con un horizonte temporal: 25 años para liquidar la deuda y crear un «Ejército del Benelux».

El federalismo , que había sido la fórmula que todos creían que aplacaría a los nacionalistas, no ha sido suficiente: es «demasiado complicado y caro» para los independentistas, que ahora apuestan por la confederación «que será más eficiente y menos costosa». Para las dos comunidades belgas, flamencos y valones, sería pasar del «deber de trabajar juntos» a «trabajar juntos, siempre que se quiera».

Elecciones plebiscitarias

El senador de la N VA Karl Vanlouwe ha sido el encargado de presentar un plan que, según la directora del diario «Le Soir», Béatrice Delvaux, «ha convertido las elecciones de mayo de 2014 en un referéndum a favor o en contra de Bélgica». Aunque no se habla expresamente de independencia de Flandes, se trata de una fórmula que la hace inevitable tras la desaparición de las actuales estructuras políticas estatales. La emergencia de las de las dos regiones plantearía a la UE la necesidad de definirse frente a una situación que afecta al territorio donde se encuentran sus instituciones.

En los planes de los independentistas, la ciudad-región de Bruselas (que es el nudo gordiano del proyecto de los separatistas) desaparece como tal y se convierte en una entidad cogobernada por las dos comunidades, donde los ciudadanos deberían elegir con qué sistema de impuestos y prestaciones se quedan.

Con esta oferta-trampa , los estrategas de la N VA quieren tentar a los demás grupos políticos flamencos a aceptar una coalición con ellos en lugar de hacerlo con los socialistas valones, como sucede en la actualidad.

Dar la cara

Frente a la alarma de los valones, los demás partidos flamencos todavía mantienen silencio ante estas propuestas, aunque algunos observadores como el politólogo de la Universidad de Gante, Carl Devos, anticipan que ahora los democristianos deberán definirse sobre el concepto de confederalismo que habían adoptado de forma difusa «para no perder ni a los electores que quieren una reforma profunda del Estado ni a los que creen que no se pueden permitir caer en un excesivo acento nacionalista».

También es cierto que los democristianos tienen sus propias divisiones sobre el programa económico —entre un ala más liberal y otra más social que no aceptaría las propuestas de De Wever— lo que no hará más que debilitarlos frente a los independentistas.

Actualmente el Gobierno belga que preside el socialista valón Elio Di Rupo está sostenido por una especie de «gran coalición» que incluye a sus correligionarios flamencos (muy minoritarios) más los democristianos y los liberales de las dos comunidades, que se conjuraron para apartar de la mayoría a la N VA, que fue el partido más votado en Flandes y en todo el país en las elecciones de 2010. Esta es la primera vez que la mayoría gubernamental tiene más diputados francófonos que flamencos, debido a que el primer partido de Flandes (17,5% de los votos y 27 escaños) está en la oposición. El año pasado, el líder de la N VA desbancó a los socialistas del ayuntamiento de Amberes, la segunda ciudad del país. Según las encuestas, la N VA sigue siendo el primer partido de Flandes, muy por delante de los demás.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación