Eritrea se revuelve contra la falta de libertad de prensa
Líderes opositores del país africano lanzan un diario clandestino para hacer frente a uno de los regímenes más draconianos del planeta
EDUARDO S. MOLANO
La pluma vuelve a imponerse a la espada. A mediados del pasado septiembre, un periódico clandestino de nombre «Meqaleh Forto» comenzaba a distribuirse en la capital de Eritrea, Asmara, doce años después de que el Gobierno del país africano prohibiera todos los medios de comunicación ... privados.
Como asegura a ABC Isayas Sium, uno de los coordinadores del proyecto, el diario (de momento, todo un éxito) está escrito por un grupo de cuatro personas en la diáspora, más otros dos reporteros en el interior del país.
«Queremos demostrar que no nos pueden callar. Ésta es nuestra manera de decirle al régimen que estamos luchando de nuevo y no nos detendremos hasta que haya plena libertad de expresión en Eritrea», destaca Sium.
En su edición inaugural, «Meqaleh Forto», escrito en lengua tigriña y árabe, publica diversos artículos sobre libertad de prensa, así como presenta a los lectores al grupo opositor «Arbi Harnet» (viernes de libertad), impulsor del diario.
A finales de enero, al menos un centenar de militares se atrincheraban en el Ministerio de Información, localizado en plena capital del país, para demandar la liberación de todos los opositores. Pese a ello, a fecha de hoy, el Gobierno local todavía no ha explicado los pormenores de la presunta intentona golpista.
Según un informe de la organización Amnistía Internacional, miles de presos políticos se encuentran encerrados en el país africano, víctimas de la brutal campaña de represión lanzada por el presidente, Isaias Afewerki.
Desde su independencia en 1993, al menos 10.000 presos políticos, buena parte de ellos sin acusación formal, han sido encarcelados por Asmara como parte de su cruzada para acallar a las voces críticas. Y en este sentido, especialmente llamativa es la red de prisiones con la que cuenta el país africano, centros de detención donde la tortura es ley de vida.
Régimen encerrado
Poco o nada queda ya del país considerado, en los 90, ejemplo de libertad y lucha por la igualdad. Un régimen, cada vez más encerrado en sí mismo y donde se acrecienta la paranoia.
«Todos los medios de comunicación en Eritrea son poseídos por el régimen dictatorial. De igual modo, las comunicaciones por Internet se encuentran limitadas y controladas», recuerda a este diario Sium.
No obstante, la historia viene de largo. A mediados de septiembre de 2001, el presidente Afewerki ya había ordenado la detención de once altos funcionarios que habían escrito cartas críticas contra su Gobierno. Todos ellos formaban parte del denominado «Grupo de los 15», acusados de alta traición contra el régimen (tres de ellos escaparían al extranjero y uno se retractaría, configurando los once detenidos).
Desde entonces, y sin noticias de los reos, la furia del régimen se ha extendido a cualquier voz discordante del sistema.
Ahora, sin embargo, un nuevo diario les sirve de altavoz.
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