Las protestas en Bulgaria se intensifican tras casi tres meses de creciente crispación

Las protestasque reclaman la dimisión del gobierno del primer ministro búlgaro, el socialista Plamen Oresharski se prolongan ya por casi tres meses . Este miércoles, desde muy temprano, cientos de personas bloquearon varios de los principales cruces y avenidas de la capital, cuando se cumplen los 100 días del ejecutivo y el Parlamento se reunía por primera vez tras las vacaciones. Una multitud recibía con abucheos y estridentes redobles de tambor a los diputados, que accedieron al hemiciclo protegidos por fuerzas de la gendarmería.

Se quejan por la creciente corrupción en el gobierno de los socialistas búlgaros , que a pesar de perder las últimas elecciones , gobierna en coalición con otros tres partidos.

Mientras la crispación social continúa creciendo , las relaciones del gobierno con varios países de la UE, una vez más, vuelven a deteriorarse. Recientemente se conoció que el embajador francés abandonará Bulgaria sin que le sea impuesta la orden Stara Planina, máxima condecoración que, por tradición, se entrega, a propuesta del gobierno, a todos los jefes de misión de países de la UE al término de su mandato. El exministro de Exteriores, Nikolai Mladenov, advirtió de que la decisión tendrá consecuencias negativas apra el país: «es un acto políticamente incorrecto y peligroso para Bulgaria», dijo.

No cabe duda de que este hecho, sin precedentes en los últimos 23 años, se debe a que el alto diplomático galo, junto a su homólogo alemán, había conversado a comienzos del mes de julio con algunos de los participantes en las protestas, y ambos exhortaron al gobierno de Oresharski a atender las voces críticas e indirectamente cargaron crontra «el modelo oligárquico» instaurado en el país, en unas declaraciones similares a las que también hicieron los embajadores de Holanda, Bélgica y Gran Bretaña.

La reacción al desaire contra el embajador francés fue inmediata. El jefe de la misión británica manifestó, en una declaración pública, que «la gente en la calle trae un mensaje de renovación y de reformas, pero los partidos políticos hacen oídos sordos a estas exigencias, para el perjuicio de Bulgaria y sus perspectivas de futuro. Es de vital importancia que los políticos búlgaros recuperen su deteriorada reputación», aseguró.