El gobierno israelí, muy dividido sobre cómo retomar las negociaciones de paz
La macedonia de opiniones y tendencias concentradas en el Ejecutivo de Netanyahu pesa demasiado a la hora de emprender en serio la senda para cerrar el conflicto con Palestina
Esta semana, durante la reunión semanal del gobierno israelí, han salido a flote las profundas discrepancias de los ministro s en cuanto al proceso diplomático y las exigencias para reactivar los contactos de paz con los palestinos.
Estas diferencias se veían venir desde que el Primer Ministro Benjamín Netanyahu formase su coalición hace unos meses con partidos cuyas opiniones respecto a cómo abordar el tema palestino distaba estaban muy polarizadas. El partido ultranacionalista Hogar Judío , ni siquiera reconoce que Cisjordania y Gaza deberían ser un estado palestino y admite abiertamente que la mejor solución sería que Israel se anexara estos territorios y convirtiese a los palestinos en ciudadanos israelíes de pleno derecho.
En el otro extremo, al menos en lo que concierne al proceso de paz, se encuentran los ministros de El Movimiento , de Tzipi Livni, que abogan por regresar a las fronteras de 1967, cuando Israel tomó Cisjordania y Gaza.
El ministro de Medio Ambiente, Amir Peretz de El Movimiento, recordó al resto de los ministros este domingo que el futuro de la paz con los palestinos se encuentra en regresar a esas fronteras y en hacer intercambio de tierras ante los asentamientos en Cisjordania.
«La presencia de Kerry ( John Kerry , Secretario de Defensa estadounidense), aquí tiene una gran importancia y todo a nuestro alrededor nos conmina a dar todo lo que podamos en el proceso de paz con los palestinos», comentó Peretz ayer durante la reunión semanal del gabinete.
El ministro de Turismo, Uzi Landau, que pertenece al partido del nacionalista Avigdor Lieberman Yisrael Beitenu , le contestó que volver a las fronteras del 67 equivale a «volver a las fronteras de Auschwitz».
El partido Hay Futuro del ex periodista reconvertido en político Yair Lapid, tampoco parece muy flexible en cuanto a ceder en una de las principales exigencias palestinas, el cese de la construcción en los asentamientos.
La división de Jerusalén
Una entrevista realizada concedida al «The New York Times», Lapid aseguró que no cree que se deba paralizar la construcción de asentamientos y que no está de acuerdo en dividir Jerusalén, otra condición sine qua non del gobierno palestino.
Ante este panorama, las negociaciones de paz, que son tan sólo una frágil idea por ahora, parecen haber nacido muertas.
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