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Ultraortodoxos israelíes temen que el gobierno intente acabar con su forma de vida

Docenas de jaredíes arrestados después de que lanzasen piedras y otros objetos a la policía

Ultraortodoxos israelíes temen que el gobierno intente acabar con su forma de vida AGENCIAS

Susana Mendoza

La semana pasada miles de ultraorotodoxos, también conocidos como jaredíes, se echaron a la calle para protestar contra la nueva ley del gobierno de Benjamín Netanyahu, por la que se verían obligados a incorporarse al servicio militar obligatorio.

Para muchos en esta comunidad, éste es solo un paso más del nuevo gobierno para acabar con su forma de vida y sus tradiciones, ya que el reclutamiento de jóvenes jaredíes pondría trabas a su formación religiosa en las yeshivas, o escuelas talmúdicas, algo considerado como prioritario por muchos sectores ultraortodoxos.

Los recortes anunciados en presupuestos que afectan directamente a familias jaredíes, como las ayudas sociales, también han levantado ampollas entre los ultraortodoxos y muchos ven protestas como las de la semana pasada, que acabó de manera violenta, en el horizonte.

«Si el gobierno continúa con esta política, de querer imponernos a la fuerza el reclutamiento y los dolorosos recortes, que afectarán a muchísimas familias, entonces estoy seguro de que habrá muchas más protestas» aseguró Jonathan Rosenblum, columnista de uno de los mayores periódicos jaredíes de Israel, Mishpajá , Familia.

«La comunidad jaredí es grande y muy diversa, hay sectores abiertos al cambio, pero si el gobierno empuja sigue presionando, lo más seguro es que los sectores más progresistas se radicalizen», opinó Rosenblum.

Unas 20 mil personas acudieron a la protesta del jueves pasado, una de las más violentas organizadas por los ultraortodoxos en varios años, que acabó con docenas de jaredíes arrestados después de que lanzasen piedras y otros objetos a la policía. La mayoría de los agresores pertenecían a uno de los sectores más radicales del judaísmo ultraortodoxo, el grupo Eda Jaredit , que ni siquiera reconoce el estado de Israel.

«No todos los ultraortodoxos van a manifestarse igual, yo estuve en la protesta y fue pacífica hasta que los radicales comenzaron a atacar a la policía», aclaró Eli Linker, un profesor en una escuela talmúdica en Jerusalén. «Lo que sí es seguro, es que si el gobierno sigue decidido a acabar con nuestro estilo de vida y nuestras tradiciones, habrá más protestas. Si nuestra comunidad decide que se está atacando el judaísmo, miles de hombres, mujeres y niños saldrán a la calle, porque si hay algo que nuestra comunidad sabe hacer, es movilizarse».

La opinión de Linker es compartida por la mayoría de la comunidad de ultraortodoxos, en mayor o menor medida, ya que sienten que las últimas decisiones del gobierno son un ataque directo a sus tradiciones. Lo que el resto de los israelíes laicos u ortodoxos perciben, es que el nuevo gobierno quiere derribar el poder acumulado por esta comunidad y una serie de exenciones que se consideran injustas.

«Ahora que ya no hay partidos religiosos de verdad en el gobierno, la nueva coalición quiere acabar con nosotros porque nos ve como una molestia, no entiende nuestro objetivo, es dar espiritualidad a Israel», comentó Linker, «y el resultado de su intransigencia es que ahora intentan meternos estos cambios por la fuerza».

Ciertos líderes de la comunidad ultraortodoxa también alimentan la ansiedad ante los cambios que se ciernen sobre su horizonte, al propagar rumores sobre cómo el gobierno israelí piensa encarcelar a todos aquéllos que estudien la Torá en vez de ir al ejército.

«El gobierno quiere desarraigarnos de nuestras tradiciones y hacernos laicos. Lo llaman crisol de culturas, pero la gente no puede ser toda igual. No podréis cambiar nuestra forma de vida», arengó el rabino David Zycherman a la multitud durante la protesta de la semana pasada.

«Cuando hablan (el gobierno) de poner a estudiantes de yeshiva en la cárcel si no van a la mili y todos los recortes que van a imponer, parece que su intención se trata más de destruir nuestra comunidad que de integrarla, como tanto dicen» aseveró Rosenblum.

A pesar del recelo ante el nuevo gobierno, otros muchos dentro de la comunidad ultraortodoxa están abiertos al cambio y piensan que incluso puede ser beneficioso.

No creen en la violencia

«Yo no veo ningún problema en que el gobierno haga estos cambios, al fin y al cabo sólo va a redundar en nuestro beneficio», comentó el rabino Moshe Weiss, director de una escuela talmúdica en Jerusalén y dueño de una compañía de software que filtra pornografía en internet, «además el ejército no va a reclutar a la fuerza a todos los jóvenes de las yeshivas, estudiará cada caso y obrará prudentemente».

Weiss está seguro de que no habrá ningún levantamiento en el futuro, aunque puede que sí algunas protestas.

«La mayoría de nuestra comunidad no cree en la violencia, así que nadie va a hacer nada drástico. Además no todos en el judaísmo ultraortodoxo estudian en las yeshivas, hay muchos que trabajan también, por lo que no es algo tan traumático para nosotros», aseguró Weiss.

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