Putin no tiene programa ni estrategia para Rusia
Lo único que el presidente tiene claro, tras el primer año de su tercer mandato, es que hay que mantener a raya a la oposición con mano dura y sin contemplaciones
rafael m. mañueco
Ha pasado un año desde que Vladímir Putin tomó posesión para un tercer mandato al frente de Rusia y lo más palpable de su gestión en estos doce meses ha sido un aumento sin precedentes de la represión contra las libertades, los partidos opositores ... y las organizaciones defensoras de los derechos humanos. Pero a Putin le critican, no solamente por sus métodos autoritarios, sino también por carecer de programa y estrategia para desarrollar y modernizar Rusia y por haber llevado al país a un “callejón sin salida”.
Durante la campaña de las elecciones en las que salió elegido el año pasado, el actual presidente ruso anunció un programa de democratización “paulatina” de la vida política, de creación de una “nueva economía”, menos dependiente de las materias primas, de lucha contra la corrupción, de mejora del nivel de vida de la población y disminución de las diferencias sociales, y de incremento de las prestaciones sociales. Casi nada se ha cumplido hasta la fecha.
“Nuestra sociedad se ha hecho más madura, activa y responsable. Tenemos que renovar los mecanismos de nuestra democracia”, escribía Putin en un artículo publicado en el diario Kommersant previo a las presidenciales de marzo del año pasado. En otra columna firmada también por él unos días después en el rotativo Védomosti, aseguraba que “hay que limitar la compra de nuevos activos por parte de las compañías estatales. Los gigantes no deben obstaculizar el desarrollo de la iniciativa privada y dejar fuera de los proyectos más atractivos a los pequeños y medianos empresarios”.
Sin embargo, los supuestos mecanismos de la democracia rusa, si es que se han renovado, lo han hecho en el sentido involutivo. En cuanto a la economía, sigue completamente monopolizada por los grandes consorcios energéticos y corrompida hasta la médula. El ex primer ministro, Mijaíl Kasiánov , sostiene que “Putin carece de programa y ha colocado al país en un callejón sin salida”.
Corrupción sistemática
Expertos como el economista Serguéi Aleksáshenko consideran que el principal factor que impide el despegue de Rusia es su descomunal corrupción. Putin reconoció el año pasado que es “sistemática”. Pero esta lacra, en el caso de Rusia, parece que es el precio que hay pagar cuando desde el poder se exige a las fuerzas de seguridad y a los tribunales que apliquen la ley de forma selectiva contra los adversarios de la política del Kremlin. A cambio de determinados servicios, se exige mirar para otro lado cuando se mete la mano en el erario público o se elaboran esquemas lucrativos abusando de las atribuciones que confiere el cargo.
El politólogo Gueorgui Satárov, jefe de la fundación anticorrupción INDEM, denuncia que los actuales dirigentes rusos “violan las leyes que ellos mismos promueven” y de ahí el círculo vicioso que impide establecer unas reglas del juego estables. En su reciente “línea directa” con lo televidentes, espectáculo propagandístico que se organiza ya por onceava vez, Putin dijo que “en todas partes hay corrupción” y echó la culpa de los males de la economía rusa, que días después calificó de “alarmantes”, a la recesión que padece Europa.
El primer mandatario ruso estuvo casi cinco horas respondiendo a preguntas filtradas previamente. Y es que, según un sondeo del centro sociológico Levada , el 55 por ciento de los rusos preferirían que en los próximos comicios, a celebrarse en 2018, no vuelva a salir elegido Putin. El problema es que nadie tiene garantías de que las elecciones no vuelvan a manipularse, como la oposición asegura que sucedió con las presidenciales del año pasado y las legislativas de diciembre de 2011.
El fraude electoral fue precisamente el detonante de las protestas callejeras contra las que Putin se ha empleado a fondo en estos 12 últimos meses. El 6 de mayo de 2012, en la víspera de la investidura de Putin, tuvo lugar una manifestación en la plaza Bolótnaya de Moscú , muy cercana al Kremlin, que acabó en enfrentamientos con la Policía. Satárov cree que aquellos disturbios fueron organizados premeditadamente desde el poder para justificar la ola de represión que se desató después y que dura todavía hasta nuestros días. El Ayuntamiento de Moscú ha autorizado para hoy un mitin opositor en el mismo sitio, pero el director de INDEM está convencido de que, pese a la aparente permisividad, el hostigamiento contra la oposición se recrudecerá todavía más en adelante.
Putin no tiene programa ni estrategia para Rusia
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete