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Cuba se lleva a la prensa de «visita guiada» por cárceles escogidas

El régimen castrista enseña por primera vez en 9 años algunos de los penales en los que cumplen condena 57.300 presos

Cuba se lleva a la prensa de «visita guiada» por cárceles escogidas afp

Abc.es

A tres semanas de que Cuba presente un informe con notas sobre su política penitenciaria ante el Consejo de Derechos Humanos que se celebrará en Suiza el 1 de mayo, el régimen castrista abrió ayer sus cárceles a la prensa cubana e internacional por primera vez en nueve años.

Periodistas extranjeros y cubanos visitaron entre otras la cárcel del Combinado del Este, uno de los cinco penales de máxima seguridad de la isla y la mayor cárcel del país, con una población reclusa de unos 3.000 presos. [ Fotogalería: Así es la cárcel del Combinado del Este mostrada a la prensa ]

Funcionarios del Ministerio del Interior cubano acompañaron a los periodistas en su visita a dependencias del Combinado del Este como una galería de celdas, el Hospital Nacional de Reclusos, los pabellones para los encuentros conyugales de los presos o las zonas de encuentro de los internos con sus familiares.

Frente a las críticas que las cárceles cubanas reciben sistemáticamente de organismos internacionales de derechos humanos, los responsables del centro defendieron que el sistema penitenciario de la isla se basa en «principios humanísticos» y que es prioritaria la reinserción social de los reclusos mediante el trabajo, los programas educativos y la capacitación laboral, según señaló Efe, que participó en la visita.

El director del Combinado del Este, teniente coronel Roelis Osorio, afirmó que un 83,4% de los presos cubanos que cumplen su condena logran reinsertarse en la sociedad y solo un 9% reincide.

Según sus datos, un 47,2% de los presos en Cuba realiza algún tipo de trabajo remunerado de acuerdo a las tarifas salariales del país; un 52,1% recibe instrucción educativa y un 53,2% participa en talleres para capacitarse en un oficio. La participación en esos programas, así como la buena conducta, permite además la reducción de las severas y largas condenas que contempla el sistema penal cubano.

Los responsables del Combinado del Este aseguran que en este centro no existen problemas de hacinamiento, los índices de violencia son muy bajos y la alimentación «está en correspondencia con las kilocalorías que debe recibir una persona».

En cuanto a la asistencia médica afirmaron que está garantizada para todos los reclusos del país y que hay un médico para cada 150 internos, una proporción menor al del sistema general de la salud pública de la isla. El Hospital Nacional de Internos ubicado en este centro tiene 200 camas, tres salas de operaciones y unidad de terapia intensiva así como protocolos específicos en el control de enfermedades como el Sida, la tuberculosis y de situaciones como las huelgas de hambre, una forma de protesta frecuente en las cárceles del país.

Varios presos con los que conversó Efe a lo largo del recorrido admitieron que la vida en prisión «es dura», aunque no tanto por las condiciones del penal como por la severidad de las condenas. «La vida en la prisión es muy estricta», asegura Eduardo G. Sánchez, de 44 años, sentenciado a doce años de cárcel por malversación de fondos en una empresa estatal y que, tras tres años y medio recluido, ha logrado rebajar su pena al insertarse en programas de capacitación laboral.

Otros se quejan de que su reclusión es injusta como Yoani Jorge Miranda, a la espera de juicio por un supuesto delito de tráfico de drogas y que comparte con otros dos presos una celda de 2,5 por cuatro metros donde hay una litera con tres jergones.

Sus declaraciones contrastan con las recogidas por periodistas independientes cubanos, como Dania Virgen García, que en su blog se hacía eco hace apenas un año de las denuncias del recluso Vicente Rodríguez Hernández sobre las condiciones infrahumanas de uno de los edificios del Combinado del Este. «Todos los pisos se hallan en malas condiciones, las ratas deambulan por los pasillos y los abarrotados destacamentos y debido a las filtraciones en todos los techos, los techos de las compañías están cubiertos de nylon para protegerse».

En estos edificios, añadía Rodríguez Hernández, «se encuentran presos varios enfermos mentales sin medicamentos y sin ser examinados por especialistas, que son continuamente maltratados por los funcionarios de orden interior».

Nada de esto vieron los periodistas que visitaron el Combinado del Este, a los que también enseñaron los funcionarios cubanos el Centro de Trabajo y Estudio La Lima, un establecimiento penitenciario de régimen abierto como paso previo a la libertad condicional. Otro grupo recorrió la cárcel de mujeres de Guatao y el centro de jóvenes San Francisco de Paula.

«El gobierno de #Cuba organiza una «visita guiada» de periodistas oficiales por cárceles, elegidas previamente por el propio gobierno», denunció en Twitter la bloguera Yoani Sánchez .

La población penitenciaria en Cuba es de unos 57.300 presos, de acuerdo con datos oficiales divulgados en 2012. En la isla hay cinco prisiones de máxima seguridad y otros 195 establecimientos penitenciarios, de los que 40 son en régimen cerrado.

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