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¡Feliz año de la serpiente!

Con copiosos banquetes y estruendosas tracas, esta noche se celebra el año nuevo chino

¡Feliz año de la serpiente! AFP

PABLO M. DÍEZ

Esta noche comienza en China y buena parte de Asia un nuevo año lunar que nace bajo el signo de la serpiente. Aunque este reptil despierta bastante aprensión y hasta asco en Occidente, donde se le tacha de sibilino y peligroso, en Oriente se considera a los nacidos bajo su influencia inteligentes, encantadores, apasionados, elegantes, misteriosos y muy familiares. Sin embargo, como nadie es perfecto, también pueden pecar de orgullo, vanidad y hasta de los más oscuros vicios.

A diferencia de los signos mensuales del zodiaco, el horóscopo chino se basa en ciclos de doce años representados por los doce animales que, según la mitología, participaron en la carrera para asistir al banquete organizado por el Emperador, o el mismísimo Buda en otras leyendas. Gracias a su astucia, el primero fue la rata, que engañó al buey al cruzar un río sobre su lomo y se adelantó así también al tigre, al conejo, al dragón y a la serpiente, sexto animal del horóscopo chino. Basándose en el “yin” y el “yang” y en los elementos básicos del universo, cada signo está marcado por un ascendente que puede ser de metal (oro), agua, madera, fuego y tierra.

Además, el zodiaco chino se rige por un almanaque astrológico que, al tener su origen en el calendario lunar, provoca que el primer día de cada año varíe siempre entre finales de enero y mediados de febrero, simbolizando lo que en mandarín se denomina la “fiesta de la primavera” (“Chun jie”). A tenor de dicho calendario, las seis décadas que componen su siglo se dividen en ciclos de doce años, cada uno de los cuales está representado por un animal que determina la personalidad de los nacidos bajo su signo.

Serpiente de agua

Como para el imaginario cultural chino tiene una importancia trascendental el mito del Emperador Amarillo, considerado el ancestro de esta civilización por ser el primer rey del país allá por el año 2697 antes de Cristo, su almanaque entra esta madrugada en el año 4711 bajo el signo de la serpiente de agua.

Siguiendo este orden, son serpientes todos aquellos nacidos en 1929, 1941, 1953, 1965, 1977, 1989 y 2001. Entre las serpientes más famosas destacan celebridades como el cantante surcoreano Psy, que este año seguirá disfrutando del éxito global que le ha traído el baile del caballo de su “Gangnam Style”, la actriz Sarah Jessica Parker, protagonista de “Sexo en Nueva York”, la cantautora Taylor Swift y el nuevo secretario general del Partido Comunista de China, Xi Jinping, que en marzo relevará a Hu Jintao como presidente del país.

Para este año de la serpiente, los adivinos del “feng shui” de Hong Kong y Singapur predicen más turbulencias en la maltrecha economía internacional y recuerdan que bajo este signo ocurrieron algunos hitos que convulsionaron al mundo como los ataques terroristas contra las Torres Gemelas del 11-S en 2001, la caída del Muro de Berlín y el sangriento aplastamiento de la revuelta de Tiananmen en 1989 y la Gran Depresión en 1929.

Mientras se preparan para lo que les depare el nuevo año, cientos de millones de chinos regresan a sus hogares con sus familias para despedir al dragón y recibir a la serpiente con un copioso banquete. En algunas provincias del sur, como Cantón, se servirá serpiente, pero la tradicional cena del año nuevo chino estará compuesto por pescado y cerdo, para traer abundancia y buena suerte al hogar, y, sobre todo, por los “dumplings”, unas deliciosas empanadillas hervidas y rellenas de carne, verdura o marisco que constituyen el plato típico de estas fiestas.

En la cena se sirve pescado, cerdo y, sobre todo, empanadillas

Con las casas engalanadas a base de “coplas de primavera”, tiras rojas de papel con bellos caracteres chinos que recogen palabras de felicidad y buenos deseos como “prosperidad”, “longevidad” o “riqueza”, los chinos reparten entre los niños sobres rojos llenos de billetes cuyo importe, para dar buena suerte, siempre debe ser par, excluyendo, eso sí, al número cuatro, asociado con la muerte. Además de estrenar ropas nuevas durante el fin de año, en los días previos se han dedicado de lleno a la limpieza de la casa, tirando los objetos que ya no servían y procurando dejarlo todo impoluto para no tener que fregar en los seis días posteriores al año nuevo y evitar así que las escobas barran la buena suerte que suelen traer estas fiestas.

Tras la medianoche, grandes y pequeños se lanzan a las calles para disfrutar de los fuegos artificiales y de los petardos que se tiran para ahuyentar a los malos espíritus. Dichas tracas son tan potentes y peligrosas que a veces la Policía debe intervenir para evitar que estas fiestas se salden, como suele ocurrir todos los años, con centenares de heridos por quemaduras.

Al día siguiente, toca visitar los templos budistas y a los amigos y vecinos para intercambiar los buenos deseos del “gong xi fa cai”, que significa “felicitaciones y prosperidad”, y disfrutar con los danzas de las máscaras de dragones y leones que, portadas por virtuosos bailarines, inundan las calles para espantar al mal. ¡Feliz año de la serpiente!

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