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Los funcionarios presionan a Hollande para que ponga coto a la austeridad

Los 5,2 millones de funcionarios franceses habían sido invitados a hacer huelga este jueves contra la política salarial

juan pedro quiñonero

La contestación callejera contra el gobierno socialista ha comenzado en sus dos principales bastiones electorales: enseñanza y funcionarios, tirándose a la calle para denunciar las políticas de reformas y austeridad de François Hollande, elegido presidente hace apenas diez meses.

La semana pasada, maestros y profesores de enseñanza media protagonizaron la primera huelga nacional contra el gobierno socialista en el sector más fiel de su electorado, la enseñanza.

Los 5,2 millones de funcionarios franceses habían sido invitados a hacer huelga este jueves, para salir al paso de la nueva política salarial, tan severa como la de Nicolas Sarkozy. Según los sectores, se habrían sumado al paro entre el 10 y el 18 % de los funcionarios franceses, con una participación modesta pero significativa en las manifestaciones celebradas en toda Francia: 150.000 manifestantes en París, entre 5.000 y 10.000 manifestantes en una docena de capitales de provincia.

Thierry Le Paon, secretario general de la CGT, sindicato mayoritario, comenta de este modo la primera jornada de protestas contra el gobierno socialista: «A los diez meses de la elección de Hollande, nosotros no vemos ningún cambio. Muchas palabras, muchas promesas, pero ninguna realización. La austeridad siempre la pagamos los mismos. Entre los trabajadores, la decepción del gobierno socialista es muy grande».

Los salarios de los funcionarios son la principal partida de los presupuestos del Estado, 80.600 millones de euros en los presupuestos del 2013. Forzado por los compromisos europeos, el gobierno Hollande se escuda en los «problemas presupuestarios» para justificar su política de rigor y austeridad, que había censurado violentamente cuando intentaba aplicarla Nicolas Sarkozy.

La respuesta gubernamental contra la contestación sindical es ambigua e inquieta. Michel Sapin, ministro del Trabajo, comenta: «Comprendo perfectamente a los funcionarios. Pero todos navegamos en el mismo barco. Y Francia necesita equilibrar sus cuentas con rapidez, para ser creíble ante los mercados internacionales de deuda soberana».

Los sindicatos han anunciado un largo rosario de protestas, cuando se suceden los expedientes de regulación de empleo en muchos sectores industriales estratégicos. Tras Renault y Peugeot, Goodyear, Dunlop, el gigante de la industria mundial de neumáticos, ha anunciado el cierre de su factoría de Amiens, en el norte de Francia.

Los sindicatos del sector público y el sector privado coinciden en lo esencial. Desde su óptica, Hollande está traicionando sus promesas electorales y está aplicando una política de austeridad prespuestaria muy semejante a la que practicaba Nicolas Sarkozy.

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