La OTAN aprueba la intervención de Francia en Malí, pero no participará en la operación

Las declaraciones de Lungescu, llevadas a cabo durante una rueda de prensa, han marcado una jornada en la que los rebeldes salafistas han tomado la ciudad central de Diabali tras largos combates en contra de las fuerzas de Malí.

«Damos la bienvenida a los esfuerzos de la comunidad internacional en apoyo de la aplicación de la resolución 2085 {en la que se trata la situación en Malí} del Consejo de Seguridad de la ONU», ha determinado Lungescu. Concretamente, la OTAN ha destacado la «rápida acción» que Francia realizó el lunes en el país para «detener la ofensiva de los grupos terroristas».

Sin embargo, en palabras de la portavoz, la OTAN no ha recibido ninguna petición formal para intervenir en Malí ni ha discutido de momento esa posibilidad, por lo que no se plantean una intervención. «La Alianza como tal no está involucrada en esta crisis, pero por supuesto la situación en Malí es de gran preocupación para todos nosotros, porque amenaza la seguridad y la estabilidad del país, la región y más allá», ha determinado.

Por su parte, el comandante supremo de la Transformación de la OTAN, el general francés Jean-Paul Paloméros, ha señalado también el carácter «nacional» de la operación y ha insistido en que la alianza atlántica no tiene ningún papel en la operación. Finalmente, el militar ha señalado que está «muy orgulloso de que Francia esté asumiendo todo su papel en la lucha contra el terrorismo en esta parte del mundo».

Francia, que apoya desde el pasado viernes la lucha de las tropas malienses contra los grupos salafistas que controlan el norte del país, ya ha recibido amenazas de los yihadistas, que han afirmado que golpearán «el corazón» de Francia en respuesta a los ataques franceses y a su traslado de tropas al país.

Además, la jornada ha estado salpicada por la toma de la localidad central de Diabali por parte de los rebeldes salafistas. «Esta mañana tomaron Diabali después de un combate importante y de la resistencia del Ejército de Mali, que estaba insuficientemente dotado en ese momento», ha señalado el ministro de Defensa francés Jean-Yves Le Drian durante una entrevista a la cadena BFM.

Al parecer, y según ha señalado el titular de defensa, las fuerzas aéreas francesas enviadas al país (formadas principalmente por cazas Rafale) se están centrando en recuperar el control de esa zona, la cual se encuentra a 400 kilómetros de una región bajo influencia salafista. En cuanto a los combates, Le Drian no ha facilitado el número de bajas causadas por el bando rebelde, aunque sí ha señalado que el objetivo de los franceses será estrictamente «militar».

Con respecto a los yihadistas, Le Drian ha señalado que están «extremadamente armados y organizados», además de afirmar que Francia se ha embarcado en una intervención que puede ser larga. Finalmente, ha destacado la necesidad de que Malí recupere cuanto antes su integridad territorial.

En un balance sobre las operaciones, ha apuntado que los salafistas han abandonado ya la ciudad de Konna (en el este del país), y que en el norte las incursiones aéreas han dado «resultados extremadamente tangibles», con la destrucción de infraestructuras logísticas enemigas.

Por su parte, la moral de los salafistas parece no haber medrado a pesar de los ataques franceses. Al menos, eso ha señalado un portavoz del grupo islamista MUJWA (una de las principales facciones de la alianza rebelde), quien ha prometido a los ciudadanos franceses que pagarán por el ataque aéreo que costó la vida a decenas de sus combatientes en Gao.

«Deberían atacar en el suelo si son hombres. Vamos a darles la bienvenida con los brazos abiertos», ha afirmado el líder. «Francia ha abierto las puertas del infierno para todos los franceses. Ha caído en una trampa que es mucho más peligrosa que Irak, Afganistán o Somalia».