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Suiza quiere meter a sus prostitutas en cubículos

Estas «cajas del sexo» pretenden sacar a las prostitutas de las calles de Zurich

Suiza quiere meter a sus prostitutas en cubículos abc

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Al estilo del Barrio Rojo de Amsterdam , el ayuntamiento de Zurich ha aprobado un plan para construir «cajas del sexo». Una medida que pretende sacar a las prostitutas de la calle y proporcionarles una situación discreta a ellas y a los clientes. La iniciativa debería hacerse realidad a partir del próximo agosto en la parte más industrial de Zurich, según cuenta «The Telegraph».

Las casetas tendrán un tejado y muros para mantener la privacidad y un fácil acceso para los coches. El ayuntamiento estima que entorno a 30 prostitutas podrían beneficiarse de esta medida. «La gran diferencia es que hasta ahora la prostitución estaba reservada al espacio público, explica Michael Herzig responsable del departamento de Bienestar Social de Zurich a «Swiss Radio». «Ahora vamos a cambiar esto y definir nuevas reglas para la prostitución».

La apertura de estos cubículos coincidirá con una reforma más ambiciosa en las leyes que regulan la profesión más antigua del mundo en toda Suiza.

Esta práctica sexual se prohibió en ciertas áreas de Zurich hace unos años. El resultado fue nefasto. Comenzaron a amontonarse las quejas de mujeres que «se sentían acosadas» y aumentaron las actividades de los proxenetas, explica «The Telegraph»

Las prostitutas que utilicen las cajas sexuales tendrá que contratar un seguro médico y adquirir una licencia de unos 30 euros con el fin de ejercer su oficio. Además de eso, también tendrá que aportar alrededor de 4,5 euros en una máquina expendedora.

Sr. Herzig dijo que los atractivos de los cuadros de sexo para las prostitutas serán mayores que su ubicación industrial más bien austero, que se encuentra a pocos pasos de una estación de ferrocarril principal.

«Las mujeres estarán mejor protegidos de los ataques, y también harán más negocio» ya que «al estar todas juntas no hay tiempo de viaje para los clientes». El Consejo también considera que la privacidad que ofrecen las cajas ayuda a preservar el anonimato de los clientes.

Pero el problema fundamental según revelan las autoridades es comunicarles a las prostitutasl a medida, ya que m uchas de ellas son extranjeros y solo hablan un poco de alemán. La mayoría pueden no ser del todo conscientes de los cambios que se avecinan en su vida laboral.

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