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Julián Herranz Casado, presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos y de la Comisión Disciplinar de la Curia Romana y miembro del Opus Dei

Jurista reconocido en la cúpula de la curia vaticana, el cardenal cordobés Julián Herranz Casado, miembro de la Prelatura del Opus Dei, pasó de defender la revolución agraria andaluza durante su juventud a la presidencia del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos y de la Comisión Disciplinar Romana.

Nacido en Baena (Córdoba) el 31 de marzo de 1930, al igual que su padre Virgilio, Julián Herranz realizó estudios de Medicina. En 1949, y mientras estudiaba la carrera, ingresó en el Opus Dei, donde conoció muy de cerca a Josemaría Escrivá de Balaguer, con el que convivió después en Roma durante 22 años.

Estudió bachillerato en el Instituto Ramiro de Maeztu de Madrid y se doctoró en Medicina, tras haber cursado la carrera en las Universidades de Madrid y Barcelona. Alumno interno, por oposición, del Instituto de Investigaciones Médicas, del profesor Jiménez Díaz (Madrid), cursó la especialización de Psiquiatría, con el profesor Santiago Montserrat Esteve, en la Clínica Universitaria de Barcelona y se doctoró en Medicina y Cirugía por la Universidad de Navarra.

Calificado por algunos de sus compañeros de "jovial, campechano y estudioso", durante sus años de estudiante dirigió una revista universitaria y fue detenido por la policía cuando pintaba con otros compañeros grandes carteles en el paseo madrileño de la Castellana con la frase "Viva la revolución agraria en Andalucía".

En verano de 1953, cuando pensaba completar estudios en Alemania con una posible beca del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, le plantearon la posibilidad de estudiar en Roma adonde se trasladó en noviembre de ese mismo año.

Además de sus numerosas publicaciones especializadas de Derecho Canónico, es autor de un libro de poesía titulado "Atajos del silencio”.

Julián Herranz es un gran aficionado a la montaña desde que estudiaba en Madrid. En Italia iba con amigos del Club Alpino Italiano a los Alpes y en sus largos viajes de trabajo a América Latina subió algunos picos de los Andes como Ruko Pichincha, Fuia-Fuia y el Cotopaxi.

El 7 de agosto de 1955 se ordenó sacerdote en la Iglesia de la Concepción. Poco después redactó un artículo que tituló "Sacerdotes del Opus Dei", publicado en "Nuestro Tiempo", en Pamplona.

Con una tesis titulada "Pasión e imputabilidad", se doctoró en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino, de Roma, en 1956. Durante el Concilio Vaticano II fue nombrado por el Cardenal Pietro Ciriaci, ayudante con funciones de Subsecretario de Alvaro del Portillo, Secretario de la Comisión Conciliar de la Disciplina del Clero y del Pueblo Cristiano, de la que el Cardenal Ciriaci era Presidente.

Participó activamente en el Consejo de Redacción de las revistas "Studi Cattolici" (Milán) y "Ius Canonicum" (Pamplona). También ha sido relator o ponente en numerosos congresos y sesiones de estudio de Derecho Canónico. En junio pasado recibió un homenaje en Baena, su tierra natal, donde fue nombrado hijo predilecto y se impuso su nombre a una de las calles principales del pueblo con motivo de su consagración episcopal.

Durante veinte años trabajó en la reforma legislativa que llevó a la redacción del nuevo Código de Derecho Canónico (1983), y en 1984 fue nombrado Secretario del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos de la Iglesia, organismo que preside desde el 19 de diciembre de 1994.

Asimismo, es presidente de la Comisión Disciplinar de la Curia Romana desde 1999 y perteneció a la Comisión para la Disciplina del Clero en el Concilio Vaticano II, entre 1962 y 1965. En las declaraciones efectuadas a diversos medios de comunicación tras ser nombrado cardenal el 21 de octubre de 2003, Herranz señaló que su nombramiento constituye un acto de reconocimiento del pontífice a tres realidades: la importancia del Derecho Canónico, su cariño por España y su aprecio por el Opus Dei.