La
huella de veinticuatro consortes
POR
BLANCA TORQUEMADA
Veinticuatro
esposas de Rey, desde que España existe como Nación consolidada. Las
Reinas que accedieron al Trono en calidad de consortes, y no por sus
propios derechos dinásticos (de ahí la ausencia en este apartado de
Isabel II, Juana la Loca o Isabel la Católica, quienes fueron Soberanas
per se) tienen peso y presencia en la Historia. Un vistazo atrás desde
nuestros días al siglo XVI nos revela la impronta de veinticuatro
mujeres dispares, de variable calado en su tiempo, y de las que sólo
una, María de las Mercedes de Orleáns, casada con Alfonso XII, ha
sido española de nacimiento. También enntonces se aplaudió la «boda
por amor».
SOFÍA
DE GRECIA
El fecundo presente
La Reina es para
todos los españoles un referente inequívoco, por la talla humana e
institucional que viene demostrando, día a día, desde que en 1962
contrajo matrimonio con el Príncipe Juan Carlos. Sofía Margarita Victoria
Federica Schleswig-Holstein Sonderburg nació en la localidad griega
de Psychiko, cerca de Atenas, el 2 de noviembre de 1938. Fue la primera
hija de Pablo I de Grecia y de la Reina Federica.
La infancia de la Reina fue muy azarosa, pues cuando contaba con sólo
dos años Mussolini invadió Grecia, lo que obligó a su abuelo el Rey
Jorge III, y a sus padres, los Príncipes Pablo y Federica, a exiliarse
durante cinco años. Pudieron regresar a su país en 1946 y un año después
Pablo de Grecia fue proclamado Rey. Doña Sofía estudió primero en
una pequeña escuela pública, austera y sin ningún tipo de privilegios,
y su formación prosiguió en Alemania. Después cursó puericultura en
la escuela ateniense de Mitera, en la que estuvo dos años como alumna
y tres trabajando como enfermera titulada. Al mismo tiempo, realizó
estudios sobre Bellas Artes y Arqueología, dos de sus grandes pasiones.
La joven hija del Rey Pablo conoció al Príncipe Juan Carlos en 1954
durante un crucero por las islas griegas, pero fue en 1960, en una
fiesta organizada por los duques de Württemberg cuando surgió el mutuo
interés y comenzó el noviazgo. En 1961 tuvo lugar la petición de mano
en Lausana, lugar de residencia de la Reina Victoria Eugenia. La boda
se celebró en Atenas el 14 de mayo de 1962. De su unión con Don Juan
Carlos, la Reina ha manifestado que «somos compañeros de viaje».
VICTORIA
EUGENIA DE BATTEMBERG
La dignidad consecuente
La dignidad
y la categoría intelectual y humana de Reina Victoria Eugenia queda
desdibujada por la sombra de la hemofilia, la enfermedad de carácter
hereditario que la sublime Ena (sobrenombre con el que se la conocía
en familia) llevó a la Dinastía. Victoria Eugenia, hija de la Princesa
Beatriz de Inglaterra y del Príncipe Enrique de Battemberg, nació
en el Palacio de Balmoral, en Escocia, el 24 de octubre de 1887. Alfonso
XIII la conoció en Londres en la primavera de 1905. Los acontecimientos
no se hicieron esperar y a los pocos meses se anunció oficialmente
el compromiso.El 31 de mayo de 1906 se celebró el enlace en la madrileña
iglesia de San Jerónimo el Real. La boda, sin embargo, tuvo un broche
funesto y bien conocido: la bomba del anarquista Mateo Morral. Pese
a estos negros augurios, Ena hizo un esfuerzo de integración en su
nueva patria, aunque su impecable labor pública tuvo el revés en su
vida familiar, en la que la hemofilia causó estragos. Su primer hijo,
Alfonso Pío, Príncipe de Asturias, nació en 1907 afectado por la enfermedad,
y lo mismo ocurrió con el menor de sus vástagos, Gonzalo Manuel, nacido
en 1914.
El 14 de abril de 1931, día de la proclamación de la República, Victoria
Eugenia marchó, con el Rey y sus hijos, rumbo al exilio, primero en
París y después en Fontainebleau. Más tarde, fallecido ya el Rey,
se estableció en Lausana, donde murió el 15 de abril de 1969. Desde
que dejó España en 1931, sólo regresó a nuestro país en febrero de
1968, con motivo del bautizo del Príncipe Felipe de Borbón, a quien
amadrinó. Falleció en 1969
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Eugenia, en dos ciudades
MARÍA
CRISTINA DE HABSBURGO
La Regente discreta
En
la Historia de España sólo María Cristina de Habsburgo ha alumbrado
un Rey, Alfonso XIII, el hijo póstumo de Alfonso XII. La Reina también
hubo de asumir la carga de superar, con su buen hacer, el peso de
la memoria de la infortunada María de las Mercedes, primera esposa
de Alfonso XII. Con María Cristina, el pragmatismo sucedía al romanticismo
en la vida del Rey. La Reina había nacido el 21 de julio de 1858 en
Gross Seelowitz (Austria), con el rango de archiduquesa de Austria-Este-Módena.
La viudez prematura de Alfonso XII llevó a la Corte a poner la vista
en ella, como candidata idónea para un segundo matrimonio del Monarca.
La boda se celebró en 1879 en la Basílica de Nuestra Señora de Atocha,
Un año después María Cristina dio a luz a su primera hija, María de
las Mercedes, Princesa de Asturias, malograda al poco de nacer. En
1882, vino al mundo María Teresa, quien falleció joven. Sólo habían
transcurrido seis años de matrimonio cuando Alfonso XII muere en El
Pardo, hallándose la Reina encinta. La situación sucesoria era muy
delicada y la Nación temió que se desbordasen los acontecimientos
en una España que había sufrido las Guerras Carlistas y en la que
también emergían facciones republicanas. Sin embargo, la Reina, después
de dar a luz a Alfonso XIII, mantuvo firme el pulso como regente y
supo arbitrar una etapa de estabilidad apoyada en la alternancia de
los Gobiernos liberales de Sagasta y los conservadores de Cánovas
del Castillo. Con la coronación de su hijo Alfonso XIII, en 1902,
la Reina abandonó el primer plano de la política nacional. Murió en
1929.
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