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Las armas del Príncipe de Asturias [pág 2]

Por MANUEL RODRÍGUEZ DE MARIBONA
Genealogista


En la Heráldica española, como ocurre en otros reinos europeos, cabe la posibilidad de diferenciar un mismo blasón o escudo familiar según el miembro del linaje al que le corresponda, especialmente entre el jefe de la familia, su heredero y los hijos menores o infantes que constituyan nuevas lineas. Dejando claro que las armas puras o plenas, es decir completas y sin añadidos, son para el mencionado jefe de familia, que en este caso sería el propio Rey, para los demás se podrían usar dos sistemas que las distingan: el de la brisura y el de la diferencia de armas.


Por brisura se entiende el introducir dentro del campo del escudo un distintivo que sin alterar las piezas o figuras esenciales del mismo, nos haga ver que se trata de las armas de un hijo o de una linea menor. Con este fin se podrían invertir los esmaltes o colores, aumentar, disminuir o modificar las piezas o figuras que formaban el escudo, e incluso añadir una nueva pieza, siendo esta última posibilidad la más generalizada, especialmente con el lambel que hemos visto en las Armas del Príncipe, o bien con un escusón, una banda o una bordura, como luego veremos más detenidamente.
En cuanto a la diferencia de armas, que en realidad se le debería considerar como un modo de brisura, consiste en organizar los blasones de los diferentes hijos en un escudo cuartelado que cambiase el orden de sus cuarteles pero manteniendo los colores originales de las Armas Reales, con el fin de que no se alejen demasiado de ellas.


Inicialmente en el reino castellano, donde surgió por primera vez el uso del cuartelado en pleno siglo XIII, extendiéndose posteriormente por toda Europa, se utilizó el sistema de la diferencia de armas, pero sólo para los Infantes, y no así para el Príncipe Heredero, que utilizaría las paternas. En el caso, por ejemplo, del Rey Don Fernando III el Santo, su heredero, que luego sería el Rey Don Alfonso X el Sabio, usaba el mismo escudo que su padre, es decir lo que se llamaban armas plenas o derechas, con el cuartelado de Castilla y León. En cambio sus hermanos menores establecieron diversas combinaciones, y así Don Fadrique traía un solo cuartel, con un castillo de oro en campo de gules; Doña Berenguela usaba el mismo cuartelado de Castilla y León, añadiendo una bordura con castillos y águilas; Don Enrique también un cuartelado de Castilla, pero en vez de León, traía una cruz flordelisada; don Manuel un cuartelado de León y en el otro cuartel una mano alada empuñando una espada; Don Felipe un cuartelado de Castilla con un águila, y por último Don Luis, con un cuartelado de Castilla, combinando con tres fajas.
Desde el siglo XIV hasta el comienzo de la Edad Moderna, los príncipes herederos de Castilla no utilizarán ninguna brisura ni otra diferenciación en su escudo, usando las armas paternas plenas. 


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