El estilo de Doña Sofía
El estilo de una Reina

«El Rey y yo no somos iguales, sino complementarios»

Doña Sofía con un "look" muy de los años 60


BEATRIZ CORTÁZAR

Sin duda alguna si hubiera que reducir a una palabra el estilo de nuestra Reina en su vestuario con decir corrección se entendería perfectamente lo que Doña Sofía tiene cada vez que hace una aparición pública o familiar. Es difícil encontrar un momento en el que la Reina no haya estado acorde con las circunstancias, ejemplar con los modos y correcta con el protocolo. Lógicamente desde que llegó a España su vestuario ha ido cambiando al tiempo que cambiaban las modas de los diseños. Nada tienen que ver los vestidos de corte trapecio de los años sesenta con los trajes de chaqueta que tanto le caracterizan ni los conjuntos premamá de entonces con los pantalones que hoy lucen las futuras mamá.

Pero si en el armario las prendas han cambiado según los cortes y colores que dictaban los diseñadores, lo que apenas ha variado Doña Sofía ha sido el peinado que desde hace años lleva casi igual y que se ha convertido en su santo y seña. Incluso en sus años como enfermera en la escuela infantil Mitera, ya lucía su clásico peinado ahuecado y con un largo que casi no admite la palabra melena. En eso sí ha sido fiel de la misma manera que su madre la Reina Federica lo fue con su corte de pelo que hoy tanto recuerda al de Doña Sofía.

Pero si corrección es la palabra clave para describir su estilo en actos oficiales, comodidad sería la que resumiría la manera en la que se viste durante las vacaciones o los viajes que hace de carácter solidario. De los trajes de chaqueta que hoy le cose Margarita Nuez y años atrás le firmaban los desaparecidos Jorge Gonsalves o Tere Palacios, la Reina pasa a los conjuntos de estilo camisero con grandes estampados que lleva cuando pasea por las calles de Mallorca o al recorrer zonas necesitadas en los destinos a los que acompaña a la Agencia Española de Cooperación Internacional. Es entonces cuando la Reina se pone unos vaqueros, un chaleco de corresponsal y un mocasín plano para dedicar todas sus energías a la ayuda que está prestando sin que nada impida ese cometido.

De la Reina se conocen sus gustos pero sobre todo sus «disgustos» en según que cosas. Aunque de recién casada sí lució algún abrigo de piel o por lo menos con cuellos y puños de animales, de la misma manera que asistió a alguna corrida de toros, en seguida decidió que ni volvería a los ruedos ni se pondría más abrigos de piel. Amante de los animales, su defensa no sólo se queda en las cosas del vestir sino que también se sabe que es vegetariana, algo que comparte con su hermana Doña Irene y su hija Doña Cristina. Como curiosidad, siempre se ha comentado que tampoco es amiga de colocarse sombreros ni pamelas puesto que se ve mejor con la cabeza despejada, salvo cuando luce mantilla española o las impresionantes tiaras que lleva en las ceremonias de gala.

En cuanto a sus gustos, le encantan los colores vivos, alegres, y de ahí que en los momentos clave de su vida haya lucido vestidos lisos de llamativos tonos. De rosa capote fue a la proclamación del Rey y de verde agua cinco días después al acto de exaltación de la Monarquía con una misa en los Jerónimos y una recepción en el palacio Real.

Conocedora del protocolo mejor que nadie, la Reina siempre ha sabido en qué momento debía ponerse según que joyas. Desde el lazo de la orden dinástica de la Reina María Luisa, que evitó en los primeros años, hasta la diadema convertible en collar que le regaló Franco por su compromiso nupcial, a la que le regaló su madre la Reina Federica, heredada de su abuela, y que años después lució su nuera, Doña Letizia, en su enlace.

Pero cuando Doña Sofía no tiene que lucir las valiosas joyas que lleva en las bodas y recepciones oficiales de gala es cuando aprovecha para llevar en su cuello y manos lo que ya es una colección amplísima de amuletos. Los populares ojos turcos u ojos azules que protegen a quien los lleva los luce en abundancia en forma de gargantilla o pulsera. Para la Reina los complementos son fundamentales en su vestir. Le gustan los bolsos de Chanel o Loewe y marca tendencia con algunos modelos que luce como este pasado verano cuando llevó un minúsculo modelo en forma de bandolera. En las largas recepciones suele gastar zapatos de salón con tacón medio y hechos a medida a juego de los trajes. En los últimos tiempos, a la Reina le gusta completar sus trajes con cómodas pashminas que la envuelven y vestidos de gala que recuerdan a las túnicas helénicas. Siempre se ha dicho que el estilo de Doña Sofía fue el mejor ejemplo para Doña Letizia cuando se comprometió con el Príncipe y de ahí que en sus primeras apariciones intentara parecerse a nuestra Reina hasta que entendió que tenía que encontrar su propio estilo tal y como en su día también hizo Doña Sofía.

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