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Los deberes escolares, la polémica que nunca se acaba entre los distintos estamentos educativos

Este año se han sucedido varias «huelgas de deberes» convocadas por asociaciones de padres que no están de acuerdo con que los niños hagan tareas en casa.

ABC

Cuando llegan los niños a casa después del colegio y se disponen a hacer sus deberes, la actitud de los padres es muy diferente según estén a favor o en contra de la realización de estas tareas. No hay duda de que cada familia es un mundo y de que las circunstancias personales y profesionales de los padres condicionan en gran medida la aceptación de que los niños continúen con labores escolares en el hogar.

Para Sonia García, secretaria de comunicación de Anpe (Sindicato Independiente de la Enseñanza Pública), habría que reducir un poco la cantidad de las tareas que los docentes mandan a los alumnos, pero no duda en asegurar que «los deberes son necesarios» . García afirma que hacer deberes supone un hábito que todo alumno debe adquirir desde la escuela para ser capaz de establecer unas rutinas y una responsabilidad personal que, posteriormente, le van a exigir en la universidad. Estas tareas ayudan a los estudiantes a comprender lo que es el esfuerzo personal . Añade que «suponen una fórmula muy adecuada para que adquieran disciplina y aprendan a distribuir su tiempo». Puntualiza que «por supuesto siempre hay que tener en cuenta la edad de cada estudiante y la carga de lectiva».

En esta misma línea se muestra Pedro José Caballero, presidente de Concapa, que recalca que «las tareas para casa ayudan a reforzar lo aprendido en clase, pero hay que conocer cuál es la carga adecuada a cada edad y adaptarla a las características de cada alumno, porque sólo así se motiva al alumno y también a la familia». Para Caballero «los deberes pueden ser también un momento de afianzar la identidad familiar , cuando padres e hijos trabajan conjuntamente, teniendo claro que no se trata de hacerles los deberes, sino de caminar juntos en el desarrollo escolar y familiar de los hijos». Finaliza recordando que «es fundamental la coordinación entre los distintos profesores y la colaboración entre los padres y los docentes».

Por otro lado, Eva Bailén, madre de tres hijos, y promotora de la campaña «Por unos deberes escolares justos», considera que los deberes para casa son «como las horas extras en el trabajo. A nadie le gusta hacer horas extra, al menos altruistamente, todos queremos disfrutar de nuestro tiempo libre, de los fines de semana o de las vacaciones. Es incomprensible que lo que los adultos reclamamos por derecho no se le conceda a los niños». Bailén asegura que los deberes tradicionales a menudo carecen de valor pedagógico : «He visto a mis hijos pasar horas copiando enunciados, copiando páginas enteras de un libro... no dejan lugar a la creatividad o al emprendimiento». Y concluye recalcando que «frustran a los niños, ya que en vez de jugar, que es completamente necesario e imprescindible para el correcto desarrollo de los niños, estos pasan las tardes haciendo deberes . Ven como tarde tras tarde se hace la hora de la cena sin haber podido jugar».

Tampoco Jesús Salido, ex presidente de la Ceapa, cree que los deberes sean necesarios. Apela a la OMS que apunta que «el alumnado español dedica muchas horas al día a realizar deberes durante el curso escolar y ha llamado la atención sobre los perjuicios que ello supone para su salud tanto física como mental, por la presión a la que se ven sometidos diariamente por esta causa . También influyen de forma negativa en la relación familiar ya que se reduce de una forma importante el tiempo que se comparte en familia al pasar mucho tiempo solos en sus cuartos».

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