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«Nos ayuda más un día con nuestros seres queridos que los regalos más caros»

El psicólogo Jesús Matos cuestiona la creencia de que «los regalos dan la felicidad»

S. F.

Los españoles nos gastamos, de media, casi 700 euros en las compras navideñas, superando en un 30% la media europea, que se sitúa en algo más de 500 euros. La mayor parte del presupuesto va destinado a los regalos, seguido por la alimentación, los viajes y el ocio. Dinero, tecnología, ropa o productos gourmet constituyen algunas de las principales elecciones en estas fechas tan señaladas.

Las navidades se han convertido en la época de los regalos por excelencia. De hecho, por ejemplo, la industria juguetera echa el resto en estas fechas para consolidar sus datos anuales. Son unos días especiales que, a veces, ponen en un compromiso, no solo por las relaciones familiares que se reactivan, sino porque la cultura del regalo exige desarrollar la creatividad para acertar en las decisiones. ¿Es más feliz el que más regalos recibe? ¿Qué tipo de presentes debemos elegir? Aunque los estudios y las cifras nos indican que lo material se impone a la hora de regalar , existen otras opciones que empiezan a ser consideradas de mayor calidad.

Regalar felicidad

En este contexto, el psicólogo Jesús Matos, experto en la gestión de la tristeza y autor del libro «Buenos días, alegría» apunta algunas orientaciones clave a la hora de abordar estas fiestas con buen criterio para vincular el acto de obsequiar con el objetivo de generar felicidad: «En general, asociamos el acto de regalar y que nos regalen con emociones de felicidad y alegría. El problema es que cuando nos regalan algún objeto, la felicidad que sentimos es efímera. Poco a poco nos habituamos a él y la capacidad para generarnos emociones agradables se va perdiendo. Es decir, nos habituamos enseguida a este tipo de sensaciones».

Bajo esta premisa, y para acertar en esta Navidad, Matos propone que abandonemos la elecciones materiales por otras más naturales, más humanas. «Cuando los regalos son en forma de experiencias, el recuerdo de la misma tiene la capacidad de evocarnos emociones agradables durante mucho más tiempo. Según el modelo de Sonja Liubomirsky, el bienestar depende mucho más de lo que hagamos en el día a día para conseguirlo que de nuestras circunstancias personales. Es decir, nos ayuda mucho más pasar un día rodeado de seres queridos que tener los regalos más caros ».

Por otra parte, el acto de regalar, como nos recuerda Jesús Matos, tiene mucho que ver con la amabilidad. Numerosos estudios relacionan la emisión de conductas amables con niveles altos de bienestar: «Por ello, la recomendación profesional es invertir el dinero destinado a los regalos en experiencias que se puedan disfrutar con los seres queridos. En multitud de estudios se ha relacionado la calidad de las relaciones sociales con niveles altos de bienestar». Una reflexión para abordar esta Navidad de una manera, cuando menos, diferente.

Además, lleva años ejerciendo como psicólogo sanitario, ha asistido a congresos como ponente, colaborado en la secretaría científica de encuentros internacionales y publicado numerosos artículos en revistas científicas de prestigio.

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