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«Puedes criar perfectamente bien a tu hijo sin dar el pecho, ni colechar o portear»

Así lo aseguran los autores de «Crianza con ciencia», una guía desde el embarazo hasta los 3 años

Carlota Fominaya

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Hoy en día existen diversas tendencias, muchas veces opuestas o enfrentadas, que hacen que los padres se sientan inseguros sobre cuál es la mejor manera de criar a sus hijos. ¿Métodos conductistas para dormir o colecho? ¿El tan de moda Baby Led Weaning o purés de toda la vida? ¿Guardería o canguro en casa? Los debates en internet, apunta Marelo Lewin, coautor, junto con Irene García, de «Crianza con ciencia» , «son cada vez más terribles y encarnizados, en base a unas posturas ideologizadas. O es blanco o negro... Suponemos que es el signo de los tiempos. Es una tendencia que en los últimos seis años nos parece cada vez más grave, porque las posturas están cada vez más enfrentadas o polarizadas. Por eso hemos ido a ver qué dice la ciencia, lo que está demostrado y lo que no, y de ahí surge nuestra obra». Así, este libro de la editorial Vergara y de los fundadores del portal Todopapás pretende responder a alguna de estas preguntas sin dogmatismos, pero sí con toda la evidencia científica que han encontrado detrás de estas teorías.

Marcelo Lewin, coautor de «Crianza con Ciencia» y uno de los creadores del portal Todopapás

En la red se habla mucho de colecho, de dar el pecho... Pero muchas mujeres que no siguen estos métodos de crianza al pie de la letra declaran sentirse mal al respecto.

Efectivamente, a mucha gente le hace sentir mal, porque piensan que no lo están haciendo bien, pero también tiene que ver con la propia estructura de la sociedad actual. Pondré un ejemplo: mi madre no me dio el pecho. nací en el 70, ella no aprendió. Cuando yo fui padre, mi madre poco nos pudo ayudar porque poco nos podía contar. Se ha perdido el apoyo familiar, o la red de contactos que antes te apoyaban en la crianza. Ahora se acude a internet, donde uno se expone a ver teorías sin el menor sentido pero que suenan bien, y eso no es de extrañar que provoque mucho miedo. Tú puedes tener un vínculo con apego y estimular y sacar el máximo potencial de tu hijo sin darle el pecho, sin colechar y también sin portear . Puedes criar perfectamente bien sin hacer esto.

Se construye la misma relación de apego.

Si porque pongamos el ejemplo de la lactancia otra vez. ¿Qué pasa con aquellas que no pueden dar el pecho, o no quieren seguir dando el pecho porque el bebé tiene 9 meses? ¿Puedes seguir teniendo esa relación de apego, mirándole a los ojos, acariciándole, tomándote todo tu tiempo del mundo cuando le des el biberón? Lo importante es que el tiempo que se pasa con el bebé se tome conciencia de que lo que se está haciendo es importante. Hay mucha gente que tiene bebés y no son conscientes del impacto que la crianza y la educación que le están dando a ese bebé van a tener en sus próximos años.

Otras se debaten entre dejar a su hijo en la guardería, con los abuelos, o dejar el trabajo y hacerlo ellas mismas.

No hay una respuesta clara de qué es mejor, si una guardería, una nany o los abuelos. A veces acabamos llevándoles a una guardería donde dejan al niño tirado en la cuna y solo le cambian el pañal y le dan de comer en lugar de pagar a una nany que está cuidándole y estimulándole. Pero también se puede dar al revés, porque si esa mujer está mirando su móvil y deja al bebé que se aburra, no te sirve para nada y no le está haciendo ningún favor al niño. Lo importante es que quien lo cuide realmente le estimule y le atienda y responda rápidamente a las necesidades que tenga.

Si se da el caso de que el abuelo no está en su mejor salud para cuidar del menor, quizás esa no sea la mejor solución. Por contra si el mayor está en en condiciones físicas de cuidarlo, es genial porque hay una investigación que habla de que cuidar a los nietos aumenta la esperanza de vida unos cinco años (interactúan con otra gente, hacen más ejercicio físico...).

Personalmente pienso que lo más importante es que el bebé tenga una figura de apego seguro , que puede ser su mamá, su papá, su hermano mayor, su cuidador... Lo importante es que esa figura le permita explorar el mundo, la curiosidad innata que tiene el bebé, le permita explorar el mundo. En definitiva, eres responsable de ese bebé y debes preocuparte de que la persona que lo cuide -bien sean los abuelos, o las profesoras- estimule a ese bebé.

En cualquier caso, ustedes abogan por la estimulación precoz.

Sí, en el libro abordamos este hecho. Es importante que el niño interactúe con el entorno, pero incluso desde que está en la tripa de su mamá. Hay muchísimas investigaciones que indican los resultados de hablar con el feto, cantarle, o permitir que la luz del sol te de en la barriga. Eso hace que se estimulen las neuronas y las conexiones que se están produciendo.

Cuando ya esté en la familia, respetando que cada bebé tiene su tiempo (para comer, dormir, bañarse) y sin agotarle, es bueno que toda oportunidad que tengas, le estimules y veas que está contento. Que le muestres lo que es una flor, incluso que se la coma... Tiene que explorar por si mismo el mundo que le rodea, para que vaya desarrollándose mejor a nivel cognitivo a largo plazo.

Tampoco es el fin del mundo si no puedes ser tú. Siempre se puede formar a los abuelos o a la persona que contrates sobre cómo quieres que atiendan al bebé. Y si eres tú no necesariamente tienes que ser una loca de la teta y del porteo, eso genera mucha frustración y arrolla la mujer, cuando puede ser una buena madre sin hacer eso.

La realidad es que se escucha a muchas madres quejarse de que no pueden pasar tanto tiempo como les gustaría con sus bebés.

Si una mujer con un bebé tiene que trabajar mucho fuera de casa, el tiempo de calidad, que sea de verdad, pensando en el bebé y en el niño. Estando presente, mirándole a los ojos, atenta a lo que está pidiendo... Que si el niño te demanda algo tú le respondas como un adulto. Si a los 5 años te enseña una hoja y te dice ¡qué bonita es! tú le añades que es de un árbol perenne. Cuéntale cosas, porque esa es la forma de despertar su curiosidad.

Tú como madre o padre para tus hijos lo eres todo. Si le amplías esa información, les vas a despertar o crear más interés. Primero, porque se va a sentir querido, ya que va a ver que tienes interés en lo que te cuenta, que estáis juntos en el camino. Interactuar con el bebé es una forma de plantar semillitas. Si te pregunta por las plantas, y tú le cuentas qué la fotosíntesis, la fabricación de oxígeno, te va a volver a preguntar... No tenemos que minusvalorar la capacidad que tienen los niños de entender, comprender, o aprender. Son mucho más listos de lo que nosotros pensamos.

En su libro también se recuerda la recomendación de la Academia Americana de Pediatría: hasta los dos años cero interacción con una pantalla.

Es que no les están estimulando. No les están ayudando a comprender el mundo, es un tiempo que están perdiendo. No las prohiben porque les vaya a hacer daño. Es por que están utilizando un recurso escaso o limitado como es el tiempo para nada. Lo están desperdiciando por el trabajo que tiene un bebé es divertirse, jugar, con otros niños, con la mamá o el papá, con el perro... Con cualquier cosa que no sea darle a un botón de manera mecánica. Es más, con las pantallas se pierden aprendizajes . Todas las aplicaciones están concebidas además para generar adicción. Nos pasa a nosotros los adultos con las redes sociales.

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