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Familia

Cuidado con el sol esta Semana Santa

Dermatólogos advierten que el mes del año que ven mayor número de quemaduras solares es abril

Cuidado con el sol esta Semana Santa

Gema lendoiro

Este año, la Semana Santa coincide casi a finales de abril lo que significa que muchos podrán disfrutarla al sol en la playa o montaña. Pero, cuidado: la protección de la piel, especialmente la de los más pequeños de la casa debe ser una prioridad. Frases tipo: «este sol no hace daño», «a nosotros de pequeños no nos ponían nada y mira qué bien estamos»... hay que desterrarlas para siempre. El sol hace daño, especialmente en esta época, a determinadas horas y sin protección. No permitas que la piel de tus hijos no se proteja.

Virginia Sánchez, dermatóloga del Hospital Sanchinarro en Madrid , advierte de los peligros de tomar el sol en esta época sin precauciones. «Si tuviera que responder en qué mes del año vemos mayor número de quemaduras solares diría, sin dudarlo, que durante el mes de abril». Reconoce que los dermatólogos están acostumbrados a recibir en estas fechas a adultos y niños con diversas alteraciones cutáneas producidas como consecuencia directa de la exposición solar aguda: quemaduras solares, alergia al sol o reacciones de la piel por contacto con plantas y posterior exposición solar, entre otras.

La doctora recuerda que el sol tiene múltiples efectos positivos, principalmente sobre la síntesis de vitamina D y sobre su influencia en el estado de ánimo y en la regulación del ciclo sueño-vigilia. Pero también advierte que «para beneficiarnos de todo ello sólo necesitamos unos minutos de exposición al día».

El daño que puede producir una quemadura solar o una exposición solar intensa —advierte Virginia Sánchez— será irreversible y para siempre y quedará almacenada en la información genética situada en el interior del núcleo de las células del cuerpo humano. Con los años, este daño se manifestará en forma de manchas, arrugas y cáncer de piel.

Las primeras exposiciones solares son las más peligrosas porque no somos conscientes de que en primavera la intensidad de radiación ultravioleta (UVI) aumenta hasta un nivel similar al de verano. La doctora recomienda informarse cada día antes de salir sobre la previsión de UVI en la localidad en que nos encontremos.

Es consciente de que tenemos muchas ganas de sol después del invierno, pero hay que tener cuidado con el tiempo y el horario en el que nos exponemos. La doctora admite su preocupación: «la gente se olvida de usar fotoprotector: debemos utilizar filtro desde el mes de abril hasta septiembre (ambos incluidos), sobre todo en las horas del mediodía: de 12 a 17h».

Las personas castañas y morenas tienen la capacidad de crear melanina y broncearse tras las primeras exposiciones al sol. Si esto se consigue de forma gradual y en horas de baja intensidad de radiación, el bronceado se considera «saludable» ya que en realidad se trata de una “protección natural» frente a la radiación solar. La melanina se sitúa encima del núcleo de la célula a modo de «sombrero» protegiendo el ADN de su interior.

Sin embargo, las personas con piel clara carecen de la capacidad de síntesis de «melanina de calidad», es decir, no broncean o lo hacen de forma irregular y su piel siempre está expuesta al daño solar. Para ellas, el sol es mucho más peligroso y las precauciones deben ser extremas.

Protege a los niños

Cuando hablamos de los niños todas las precauciones son pocas teniendo en cuenta que se trata de las pieles más delicadas y necesitan unos cuidados extraordinarios para evitarles graves problemas en el futuro.

Para la doctora Sánchez, el común comentario de que «a los niños hay que ponerlos al sol porque es muy sano» o «para que cojan un poquito de color», en realidad tiene muy poco de sentido. Las razones, las siguientes:

1.Ni el bronceado es una manifestación clínica de salud ni la piel pálida es indicativo de mala salud o enfermedad. El color de la piel es genético y la capacidad de broncearse también.

2.«Sano» es lo que ocurre de forma beneficiosa y saludable, sin daño a ningún órgano del cuerpo. La exposición intensa al sol no produce ningún beneficio, solo daños irreparables, especialmente a los niños.

3.Se ha demostrado que la exposición solar en niños menores de cuatro años produce en la edad adulta una alta incidencia de cáncer de piel. No está aconsejado exponer a los niños directamente al sol antes de esta edad. Sólo se debe hacer de forma indirecta y en momentos de baja intensidad de radiación ultravioleta (UVI 1 ó 2).

4.Al niño le molesta el sol todavía más que a los adultos. Su piel es más fina y todavía no tiene la cantidad necesaria de melanina para protegerse de la radiación ultravioleta.

5.Los ojos infantiles están más expuestos al daño solar ya que sus pestañas son más cortas y finas. El iris suele ser más claro y los ojos más sensibles a las radiaciones.

6.Los niños se deshidratan más fácilmente que los adultos debido al calor del sol.

7.Los niños están más expuestos al daño solar ya que dependen de las medidas de protección solar que utilicen sus padres y cuidadores: horarios de exposición solar, uso de toldos, sombras, gafas de sol, filtro solar, camisetas de manga larga, pantalones largos, gorra…

Uno de los principales riesgos de la primavera ocurre en los patios de los colegios. Muchos niños van al colegio sin filtro solar, y sin gorra, y sin gafas de sol… Y en muchos colegios, hay recreos después de las 12h y no hay sombra para todos… Algunos niños presentan un fototipo alto (IV o mayor) y por lo tanto puede que su piel resista la radiación ultravioleta sin dañarse. Sin embargo, en un país como España, la mayoría tienen un fototipo castaño (III) que desarrollarán el daño solar en forma de «piel roja», pecas o peladura en las primeras exposiciones solares. Posteriormente, producirán la melanina necesaria para protegerse de las siguientes exposiciones, es decir, se pondrán morenos. El otro grupo de niños presenta un fototipo pelirrojo o rubio (fototipo I-II) y por lo tanto no tienen la capacidad de crear una melanina suficiente para protegerse del sol, es decir, siempre se queman y nunca se ponen morenos.

Los padres somos los responsables de enviar a nuestros hijos cada día al colegio con una buena dosis de filtro solar puesta y otra pendiente de reaplicar (por ellos mismos o sus cuidadores) en el interior de su mochila. Y sobretodo, somos responsables de transmitir a los niños la importancia de la protección solar en todos los sentidos: horarios saludables, filtros solares, ropas adecuadas, gafas de sol, gorras etc…

Y, por último, también somos los responsables de cambiar los horarios impuestos por la sociedad y la comunidad por otros «más saludables». Las piscinas abren a las 11:30, los parques de agua a las 11:00, las barbacoas entre amigos se organizan a las 13h… ¿qué pasaría si a partir de ahora las piscinas abrieran de 9h a 12h y de 16h a 20h? Y si fuéramos a la playa a las 9 y a las 12 nos fuéramos a tomar un aperitivo a la sombra y después a comer a casa y dormir la siesta para volver a bajar a la playa a las 17h? ¿qué pasaría?... Pues no pasaríamos tanto calor, no estaríamos tan apretados, y sobre todo no arriesgaríamos tanto nuestra salud y la de los nuestros.

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