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pADRES E HIJOS

La negación del embarazo, un trastorno que impide saber de la gestación hasta el momento del parto

Una mujer acaba de ser absuelta en Valencia por haber matado a su bebé

La negación del embarazo, un trastorno que impide saber de la gestación hasta el momento del parto

gema lendoiro

Madres que matan a sus hijos recién nacidos y que alegan, en su defensa, que ni siquiera sabían que estaban embarazadas. ¿Es esto cierto? ¿Es esto posible? Hace poco tiempo una mujer valenciana fue absuelta de la acusación de haber matado a su bebé que nació en el cuarto de baño de forma inesperada y, debido a que no llegó la asistencia sanitaria a tiempo, murió. Ella no sabía que estaba embarazada pero nadie la creyó y fue enviada a prisión. Ahora ha sido absuelta porque la valoración médica, además de los hechos (llamó más de veinte veces a una ambulancia en el momento del parto) indican que sufrió un trastorno del que pocas veces se habla pero que existe: La negación del embarazo.

Ibone Olza es psiquiatra infanto-juvenil. Creadora de la famosa organización El parto es nuestro, despeja las dudas sobre este tema: ¿Cómo es posible que una mujer no se entere de un embarazo hasta el momento de dar a luz? Olza explica que «es un trastorno psíquico en el que la mujer no es consciente de estar embarazada, y a menudo los que le rodean tampoco se dan cuenta porque son casos donde el embarazo apenas se nota físicamente. Casi siempre la mujer sólo se da cuenta una vez que sale el bebé, pudiendo ser un momento muy dramático y grave, ya que en muchos casos el parto acontece estando la mujer sola y de forma totalmente inesperada. En Francia se estima que se dan entre 600 y 1800 casos al año, en España no hay datos fiables. Afecta por igual a mujeres que ya han sido madres con anterioridad que a primíparas».

La negación del embarazo, sostiene la psiquiatra, supone una grave desconexión o disociación entre mente y cuerpo. «Los traumas infantiles que favorecen la disociación son los malos tratos repetidos ejercidos por familiares muy cercanos que son "seres queridos" para la niña, o los abusos sexuales, especialmente si se repiten a lo largo en la infancia», indica esta especialista. «Es importante recordar —prosigue—, que los malos tratos a menudo son psíquicos, no dejan marcas físicas, y por eso la huella que dejan en la psique puede ser mucho más difícil de percibir».

Mente y cuerpo, desconectados

¿Qué mecanismo usa el cerebro ante tanto dolor? Olza explica que «de alguna forma la mente se acostumbra a "desconectar " si lo que está viviendo el cuerpo es demasiado doloroso, o a negar las propias emociones si estas conllevan una amenaza de dejar de ser queridos por las principales figuras de apego. Sería una forma que tiene la mente infantil de decirle al cuerpo "esto no me está pasando, no puede ser real que un ser querido me haga tanto daño, porque si fuera real no podría sobrevivir". Una vez que el mecanismo de la disociación se aprende en la infancia ya está instaurado y se puede activar en momentos de la vida adulta de estrés o amenaza. Es una muestra de lo poderosa que puede ser la mente».

La buena noticia es que esto puede ser curado. Es un trastorno que puede ser tratado aunque, tal y como explica la doctora, «el tratamiento solo es posible una vez se ha detectado el embarazo o ya ha sucedido el parto, que como digo a veces es trágico. El tratamiento de elección es la psicoterapia ».

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