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Familia

El secreto de una buena educación

Los padres tienen en su mano que sus hijos sean seguros, sociables, triunfadores... felices. Conozca las pautas para empezar con buen pie

El secreto de una buena educación

Laura Peraita

Los padres de hoy sienten una gran preocupación por la educación de sus hijos y tienen mucha información al respecto, y «sin embargo, nunca han estado más despistados», asegura María Jesús Álava Reyes , psicóloga y autora —junto a Susana Aldecoa , directora del colegio Estilo —, de La Buena Educación (editorial La Esfera de los Libros), que acaba de ver la luz.

Aunque a algunos padres les cueste asumirlo, la educación de los hijos comienza desde el mismo momento en que nacen. «Prueba de ello, es que muchos pediatras recomiendan que el recién nacido duerma y coma a demanda, para que los padres no se obsesionen. Un grave error —asegura rotunda Álava Reyes—. Tenemos la consulta llena de padres desesperados porque han dado de comer y dejado dormir al niño cuando él ha querido y no pueden ni descansar por las noches por atender sus continuas demandas».

Le han acostumbrado desde un principio a que sea el pequeño el que lleve las riendas, convirtiendo a los padres en verdaderos esclavos. «La educación en los primeros años es la clave para el futuro comportamiento de los hijos —advierte esta psicóloga—. Es importante ponerles límites y saber decirles que no en el momento adecuado para ir entrenando sus emociones; de lo contrario, tendremos adolescentes frustados».

Enfrentarse a la realidad

De hecho, según los estudios, más del 40% de los niños y adolescentes no saben cómo enfrentarse ante la realidad que les rodea en su día a día porque siempre han hecho lo que han querido y cuando lo han considerado, de manera que cuando les llega la primera dificultad, no saben cómo reaccionar. «Por eso, actualmente hay tantos jóvenes que no saben comunicarse, que se aislan en su ordenador... Son muy débiles emocionalmente, muy influenciables, manipulables, inseguros y, por ello, la salida más fácil a su manera de sentirse es mostrar agresividad. Además, por buscar una vía de escape tienen grandes posibilidades de caer en la adicción a drogas o alcohol. Al no ser dueños de sus emociones se hunden y el precio que pagan es muy alto: la infelicidad».

Por este motivo, la directora del colegio Estilo , Susana Aldecoa, iniste a los padres en que todo se fragua desde la infancia «y todos los matices que rodean a los niños a estas edades son importantes». En las aulas del colegio Estilo se concede mucha importancia a las emociones y a la formación integral de los alumnos desde que son muy pequeños. Combinan la formación humanística y la cultural con la excelencia, la responsabilidad, el respeto a los demás, la convivencia... «Les enseñamos a pensar, a empaparse de buena literatura y varios idiomas. No usamos libros hasta los siete años, cuando los alumnos se estrenan con Dickens, y tenemos asignaturas complentarias como el debate, para que aprendan a mostrar y defender su propios criterios, el arte, la religión, ajedrez o la música, entre otras».

No hay que olvidar, tal y como apunta Álava Reyes, que a los seis años se desarrolla el 80% de su acervo intelectual y a los 8 años se instala su personalidad. Reconoce que cada vez es más frecuente encontrarse en consulta a jóvenes de 20 años con una edad emocional de ocho años. «Hay que hacer saltar las alarmas en la sociedad porque el gran fracaso de nuestro país es tener una población que no está bien educada emocionalmente. Si no se pone remedio, estos adolescentes mañana tendrán hijos y ¿cómo les educarán?: carentes de valores emocionales. La bola irá creciendo. Hay que reaccionar ya».

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